Mickey Mouse no es solo una estrella en el mundo del cine y la televisión, ya que el icónico ratón ha protagonizado incontables videojuegos, entre los que encontramos títulos de una calidad incuestionable que se situaron entre lo mejor de sus respectivas épocas. Si bien sus aventuras más recordadas datan de los tiempos de las consolas de 8 y 16 bits con obras tan míticas como Castle of Illusion, Land of Illusion o Mickey Mania, en 2010 también nos deleitó con uno de sus juegos más especiales, oscuros y atípicos: Epic Mickey.
Por desgracia, su condición de exclusivo de Wii ha hecho que haya quedado como una obra de difícil acceso para quienes no lo adquirieran en su momento, obligándonos a buscarnos la vida en el mercado de segunda mano y necesitando una Wii o Wii U para reproducir el disco, uno de los muchos recordatorios que tenemos en la industria de la necesidad de preservar el videojuego permitiendo el acceso a los clásicos en las nuevas plataformas para que todo el que esté interesado en jugarlos pueda hacerlo sin tener que pasar por estos trámites o por un mercado retro cuyos precios son cada vez más abusivos e insostenibles.
Esta vez, la buena fortuna ha querido que THQ Nordic haya decidido rescatar esta inolvidable aventura con una nueva versión para PS4, PS5, Xbox One, Xbox Series X/S, Switch y PC, y si bien todavía quedan unas pocas semanas para que podamos echarle el guante a su versión final el 24 de septiembre, la compañía acaba de estrenar una demo completamente gratuita en todas las plataformas que ya hemos podido jugar para comprobar si sigue manteniendo todo aquello que hizo que nos enamorásemos del original.
De vuelta al Páramo
Lo primero que hay que dejar claro es que nos encontramos ante lo que la propia THQ Nordic describe como un remake, aunque se trata de uno extremadamente fiel que mantiene la misma historia, los mismos niveles, las mismas misiones, los mismos secretos, las mismas mecánicas jugables y los mismos contenidos. Se han respetado hasta los diferentes estilos visuales con los que se nos presentaban las secuencias de vídeo, siendo las más importantes en 3D y las menos en 2D con una peculiar dirección artística que emula los dibujos animados clásicos. Así pues, los mayores cambios que aquí vamos a encontrar respecto a la versión de Wii residen en tres puntos clave: sus gráficos, sus controles y la inclusión de algunas mejoras de calidad de vida.
Pero ¿qué es exactamente Epic Mickey? Si nunca habéis tenido la oportunidad de jugarlo, debéis saber que se trata de una aventura de plataformas en 3D que fue dirigida y diseñada por el mismísimo Warren Spector, el creador de obras tan importantes e influyentes como Deus Ex o System Shock.
Su historia nos narra cómo nuestro ratón favorito llega un día al taller de Yen Sid, el mago al que conocimos en el icónico corto de "El aprendiz de brujo" de la película Fantasía. Como no podía ser de otro modo, Mickey no puede evitar el impulso de ponerse a curiosear y a trastear con los artilugios del hechicero y entre todos ellos hay algo que llama especialmente su atención: la maqueta de un mundo en miniatura.
Lo que nuestro orejudo protagonista no sabe es que eso, en realidad, es el hogar que Yen Sid ha creado para dar cobijo a todas las creaciones de Disney que han quedado olvidadas, desde viejos animatronics hasta dibujos animados clásicos que no han vuelto a reaparecer desde su debut original. Lamentablemente, la torpeza de Mickey acaba arruinando este mundo y convirtiéndolo en un páramo asolado por una terrible mancha que cobra vida propia y aterroriza a sus inocentes habitantes. Como podéis suponer, este poderoso enemigo arrastra al roedor hasta sus nuevos dominios, marcando el inicio de un épico viaje en el que vamos a tener que arreglar el lío que nosotros mismos hemos provocado mientras intentamos encontrar la forma de volver a casa.
Si por algo destaca Epic Mickey es por la importancia que da a la narrativa, la cual está muy presente durante toda la obra con numerosos vídeos y conversaciones cuya duración está muy bien medida para que nunca lleguen a cortar el ritmo. El relato es sencillo, pero se sigue con interés y acaba siendo todo un regalo para los fans de Disney y especialmente del ratón, con infinidad de guiños, referencias y homenajes que rinden un tributo fantástico a las primeras décadas de la compañía. Además, no podemos olvidar que este título nos dio, por primera vez, la oportunidad de ver juntos tanto a Mickey como a Oswald, el conejo afortunado que fue la estrella original de Disney, un encuentro que solo podemos catalogar de histórico y que tiene un profundo significado.
Otra de las características definitorias del título reside en el uso de la pintura y el disolvente, nuestras dos armas principales. Con la primera podemos reconstruir partes del escenario y convertir a los enemigos en aliados, mientras que con el segundo podemos destruir cosas y borrar de la existencia a cualquier criatura hostil. El uso de ambos elementos es imprescindible para abrirnos camino, resolver puzles y encontrar secretos, pero también tiene una importancia capital en el desarrollo narrativo de la aventura, ya que hay muchas situaciones que pueden resolverse de diferentes maneras, una que incrementa la destrucción del Páramo y otra que ayuda a repararlo, lo que va dando forma a nuestro viaje hasta llevarnos a un final u otro. Además, también hay decisiones adicionales, como un momento de esta misma demo en el que nos hacen escoger entre salvar a un gremlin atrapado o hacernos con los contenidos de un cofre.
Todo esto deriva en una aventura tan divertida y entretenida como imperfecta, pero eso es algo sobre lo que profundizaremos cuando toque dar nuestro veredicto final en el análisis, ya que esta versión de prueba apenas nos ha dejado jugar los primeros 30 minutos del título, cuando ni siquiera han terminado los tutoriales.
Lo que sí que hemos podido apreciar es que se ha solucionado por completo el que era, sin lugar a dudas, el mayor problema de la versión de Wii. Sí, hablamos de su cámara, la cual se comporta de un modo mucho mas satisfactorio, por no hablar de que la podemos controlar con total libertad gracias a que ahora disponemos de un segundo stick (originalmente solo podíamos jugar con Wiimote y Nunchuck). Puede no parecer para tanto, pero creednos cuando os decimos que la cámara del original era un auténtico espanto que hacía todo lo posible por arruinarnos la diversión.
En general, los controles nos han parecido más pulidos y precisos, consiguiendo que controlar a Mickey sea todo un placer. Algo que nos ha llamado mucho la atención es que se han añadido tres movimientos nuevos para permitirnos esquivar, correr e impulsarnos contra el suelo cuando estamos en el aire para dar un gran pisotón. Por motivos de diseño, ninguna de estas acciones resulta imprescindible para avanzar (al menos de momento), ya que en términos generales estamos hablando del mismo juego de Wii, donde dichas maniobras no existían, pero ayudan a que la aventura resulte más ágil. Hay escenarios que tienen un tamaño más o menos considerable y que nos obligan a dar varias vueltas buscando cosas, así que algo tan básico como poder correr alivia mucho los pateos que nos vamos a tener que dar en más de una ocasión.
Del mismo modo, la esquiva facilita los enfrentamientos, ya que nos permite apurar el lanzamiento de disolvente y pintura hasta el instante en el que vayamos a recibir un impacto. Por su parte, el salto bomba nos ha parecido especialmente útil para alcanzar la altura máxima rápidamente en las plataformas sobre las que podemos rebotar, como las camas elásticas.
Sin embargo, la mejora más notable es, sin duda, su nuevo y renovado apartado gráfico. Este es muy, muy fiel al estilo visual de Wii y todos los escenarios y personajes son perfectamente reconocibles, pero basta con echarle un vistazo para apreciar importantes mejoras en la iluminación, la calidad de los modelados, las texturas, los materiales y ciertos efectos. El resultado final nos ha parecido muy bueno, realzando su oscura y decadente dirección de arte a un nuevo nivel que nos ha gustado bastante y que da a los escenarios un aura más tétrica. Además, en PS5, donde hemos jugado, los tiempos de carga que dividen los niveles son inexistentes, la imagen es limpísima y el rendimiento impecable.
Lo único que no nos ha terminado de convencer es el ligero rediseño que ha sufrido el aspecto de la barra de vida, ya que se ha perdido el boceto con la cara de Mickey que iba cambiando y enrollándose a medida que recibíamos golpes. Sí, es una tontería, pero era algo que le daba encanto a la interfaz.
Sobre el sonido, no hemos notado cambios: la misma y espectacular banda sonora del original, los mismos efectos y el mismo doblaje español (hay selector de idiomas) para las pocas escenas narradas por Yen Sid. La mala noticia es que se ha desperdiciado esta oportunidad para incluir un doblaje completo como en la secuela y resulta un tanto extraño a día de hoy ver multitud de secuencias mudas y personajes hablándonos con cajas de textos a los que no escuchamos.
Una buena oportunidad para redescubrir un clásico muy querido
Lo que hemos visto en esta demo nos ha gustado. Epic Mickey sigue siendo un título muy divertido y especial y este remake apunta a permitirnos redescubrirlo en las mejores condiciones posibles y sin alterar lo más mínimo la esencia del original. La renovación gráfica es notable y está muy bien resuelta y las mejoras en los controles y la cámara hacen que sea, automáticamente, un mejor juego. ¿Habrá más sorpresas en la versión final? ¿Habrá aguantado todo el título igual de bien el paso del tiempo? Muy pronto, el 24 de septiembre, viajaremos nuevamente al Páramo para salir de dudas.
Hemos escrito estas impresiones descargando la demo gratuita en PlayStation 5.
