Como viene siendo habitual en Japón, Rune Factory presenta una nueva entrega de uno de esos títulos que es prácticamente imposible de catalogar en un género específico, aunque en muchas publicaciones o anuncios aparezca enmarcado dentro del RPG. Y es que el tipo de jugabilidad y evolución dentro del título de Neverland, a pesar de tener ciertos toques de juego de rol, es tan heterogénea que podría encajar también en otros tipos de géneros con la misma facilidad.
Rune Factory es una saga que nació en 2006 en Nintendo DS y a pesar de haber pasado cinco largos años, puede seguir considerándose una saga de reciente aparición si echamos la vista atrás. Categóricamente Rune Factory no es más que una evolución a modo de spin-off de otra conocida saga llamada Harvest Moon y enmarcada como un juego de rol y simulador campestre. Harvest Moon nació en 1996 en Super Nintendo y desde entonces es como una tradición el lanzamiento de un nuevo título dentro de un plazo anual o bianual.
El paso de las generaciones no ha hecho que esta saga muera en ningún momento, sino que siempre ha continuado publicando títulos en diferentes soportes, ya fueran de Nintendo o Sony. De hecho la misma franquicia Rune Factory, surgió con razón de la celebración del décimo aniversario de la saga Harvest Moon y el propio productor de ésta saga, Yoshifumi Hashimoto, denominó a Rune Factory como: "Un Harvest Moon donde puedes llevar una espada".
Rune Factory nació como decíamos en 2006 en Nintendo DS y lo hizo con el subtítulo: "A Fantasy Harvest Moon" con el objetivo de atraer a la comunidad de jugadores de la conocida saga que de otra forma se podrían haber perdido en el agujero de la desinformación. Tras el primer título llego un segundo (Rune Factory 2) a principios de 2008 para el mismo soporte, y a finales del mismo año la saga dio el salto a Wii con Rune Factory Frontier. La producción de títulos del estudio Neverland no terminó aquí, sino que Rune Factory 3 se presentó en DS en 2009 y a principios de este año ha llegado la segunda entrega de la saga en Wii Rune Factory Oceans, el cual también se ha adaptado por primera vez a la PS3 de Sony.
En Europa podemos no sentirnos completamente desencantados con este título, ya que más tarde que temprano los títulos van llegando a occidente. Si bien es cierto que hemos recibido la primera y segunda entrega de DS y el primer capítulo de Wii, Rune Factory Frontier, los títulos de esta saga parecen seguir un patrón temporal superior a un año y medio para su localización europea, mientras que la americana suele reducirse a tan sólo unos meses.
Dos en uno
La historia de Rune Factory Oceans comienza con los protagonistas viviendo en su mundo particular...
Mientras Azel y Sonia caminan por un bosque pensando en los futuros acontecimientos, un pequeño estanque comienza a brillar con una luz mágica ante la atenta y pavorosa mirada de nuestros protagonistas. Finalmente ambos héroes pierden el conocimiento ante el extraño acontecimiento y una vez recobrado el sentido, Azel y Sonia se encuentran en una extraña isla desconocida y ambos se han fundido en un solo cuerpo. Mientras que Azel refleja el aspecto externo de un varón, tanto su voz como la de Sonia pueden ser escuchadas por el resto de las personas. Mientras aún intentan comprender la situación actual, una nueva chica llamada Odett hace su aparición y nos lleva a la localidad más cercana donde comenzaremos a vivir nuestra nueva vida. En dicha aldea conoceremos a Elena, Sera, Lili, James y otros muchos habitantes gracias la visita guiada de nuestra anfitriona, la cual también nos ofrece una habitación donde podremos quedarnos a vivir de manera permanente. Tras un primer día agotador en el que tendremos que conocer todos los lugares y personas de la aldea, el protagonista encuentra una semilla que decide plantar en la parte trasera de su nueva habitación antes de irse a dormir. Esa misma noche un gran estruendo despierta a los habitantes del pueblo, la semilla plantada por Azel ha mutado en una especie de gigante llamado Ymir, en el cual podremos montar y explorar el océano que rodea la isla. Este es el punto de partida de Rune Factory Oceans, una nueva ciudad, la personalidad de un hombre y una mujer compartiendo un mismo cuerpo y un gigante que nos sirva de vehículo marítimo.
Recolecta, crea, pelea y enamórate
Lo primero que hay que mencionar para los menos conocedores de este particular género es que el tiempo es un elemento muy importante dentro de Rune Factory Oceans. Cada algunos segundos pasará una hora dentro del juego, la semana está compuesta por seis días, cada mes por 30 días y cada una de las cuatro estaciones por cuatro meses (el tiempo no pasa si apagamos la consola). El elemento temporal como decíamos es muy importante en varios sentidos. Las tiendas tienen un horario establecido así que no podremos visitarlas durante la noche y el mercado al aire libre sólo se abre ciertos días de la semana. Además ciertos eventos especiales como la competición de trajes de baño, torneos de pesca o los cumpleaños de cada uno de los habitantes sólo tienen lugar un día específico y deberemos estar al tanto de estas fechas para poder disfrutar de todo el contenido del juego. Por otro lado deberemos intentar dormir a diario una buena cantidad de horas ya que nuestras barras de vida y resistencia podrán verse reducidas si decidimos no descansar lo suficiente. Por todos estos y otros elementos que veremos más adelante, el tiempo se convierte en un elemento único y esencial dentro de Rune Factory Oceans, al igual que ya lo hizo en otras entregas.
Durante nuestra estancia en la aldea nos relacionaremos a diario con las personas que pueblan el lugar. Además de poder comprar o disfrutar de los servicios que ofrecen los distintos habitantes, nuestra relación con cada uno de ellos podrá evolucionar hasta convertirnos en muy buenos amigos o incluso en marido y mujer. Las relaciones sociales también son un clásico dentro de la saga, y podremos observar la evolución en la relación con cada uno de los personajes a través de unos porcentajes en una tabla específica.
En el hostal de la ciudad se postearán periódicamente algunas claves sobre los gustos de algunos habitantes, así como algunas ofertas de trabajo que éstos ofrecerán. Una vez realizadas estas misiones o bien a través de los regalos que podremos realizar en cualquier momento, modificaremos nuestras relaciones y con el paso del tiempo incluso estas personas podrán ofrecernos un trabajo temporal en el establecimiento que regentan o dejarán su puerta abierta para nosotros a cualquier hora.
En otro orden de cosas, el combate es algo que diferencia en gran medida a Rune Factory de su predecesor Harvest Moon. A pesar de vivir en una isla pacífica, gracias a nuestro gigante personal, Ymir, podremos adentrarnos en el océano y hacer emerger ciertas islas ocultas en lo profundo del mar. En estas islas normalmente podremos encontrar un buen número de monstruos que aparecerán de una serie de portales ya conocidos de anteriores entregas. Estos viajes a lomos de Ymir a tierras desconocidas son vitales a la hora de conseguir objetos necesarios para la creación de comidas y armas, así como para encontrar lugares donde poder cosechar nuestras plantas y hortalizas.
En Rune Factory Oceans el combate no destaca por su complejidad, ya que principalmente nos dedicaremos a pulsar repetidamente el botón A (hemos probado la versión de Wii) y movernos en la dirección donde se encuentren los monstruos. Para ello contaremos con varios tipos de armas, más rápidas o lentas, pesadas o ligeras, con un rango de ataque más extenso o más corto, y dentro de las cuales podremos elegir la que mejor vaya con nosotros. A pesar de que el combate es parte esencial, nuestras barras de salud y resistencia (Rune Points) también son muy importantes. Mientras que la primera es obvia, la segunda marcará nuestro aguante. A medida que realicemos golpes con nuestra espada o realicemos ciertas acciones irá en descenso. Cuando llegue al mínimo nuestra barra de salud también decrecerá y seremos más vulnerables a los ataques enemigos. Así pues si queremos pasar una buena cantidad de horas matando monstruos, deberemos llevar en nuestra mochila una buena cantidad de objetos para restablecer nuestros valores.
También se incluye la posibilidad de "tamear" (domesticar) a algunos de nuestros enemigos. Una vez que estén de nuestro lado pasarán a permanecer en una cavidad interior a modo de madriguera que Ymir tiene en su pecho y donde podremos tener hasta 10 criaturas. Allí, al igual que ocurre con las relaciones sociales, podremos mejorar nuestra afinidad con los animales y más tarde decidir si los llevamos al combate con nosotros, les dejamos a cargo del riego y cuidado de nuestras plantas en alguna isla o bien les dejamos descansar en la madriguera. Por supuesto no todo será tan simple como domesticar al animal y ponerle a trabajar, sino que deberemos cepillarlo y darle alimentos para aumentar su afinidad y que el animal no acabe dejándonos.
En las diferentes islas la otra actividad básica que deberemos realizar aparte de la lucha y domesticación de las criaturas, supone la recolección de materiales y cosecha de nuestras plantas y hortalizas. Para ello contaremos con un buen número de utensilios como hachas para cortar madera, hoces para recoger nuestras plantas, picos para los minerales, etc. Ciertos animales también podrán procurarnos huevos y leche por ejemplo. En general el gran apartado heredado de Harvest Moon, todo lo que se refiere a un simulador campestre, en el que deberemos gestionar nuestras cosechas y animales. Y no será excesivamente sencillo ya que dependiendo de la estación o la isla, las plantas resultantes podrían ser diferentes. El riego podría ser descuidado dependiendo de las circunstancias meteorológicas y otra serie de factores. En general siguiendo la estela dejada por sus antecesores y mejorando (y en ocasiones simplificando o haciendo más complejo) el completo funcionamiento de la gestión.
Para acabar de rizar el rizo, con la cantidad de objetos que, o bien hemos conseguido de las cosechas o cuidando de los animales, o bien las materias primas que hemos adquirido en nuestra exploración, en la ciudad podremos realizar muchos nuevos objetos a través de diferentes artes como la forja, la cocina, la alquimia y otras habilidades. Estas artes deberán realizarse en un lugar específico aunque a lo largo del juego, y cuando hayamos conseguido algo de dinero, podremos modificar nuestra propia habitación para hacernos con las consecuentes mesas de trabajo y no tener que recorrer la isla de un lado a otro. El objetivo final de todo el plan anual de cosecha, recolección, creación, aniquilación, y demás trabajo duro no es otro que el de vender, comerciar, realizar misiones, mejorar nuestras armas o regalar objetos al resto de la población mejorar nuestras relaciones. Mucho trabajo y más trabajo duro.
En resumen Rune Factory Oceans sigue la estela de anteriores entregas, con un argumento original y nuevos elementos que mejoran la experiencia del juego. A lo largo del título nos dedicaremos a pelar, descubrir nuevas islas, cosechar y recolectar, cuidar de nuestras criaturas y evolucionar nuestras relaciones sociales en el día a día. Es tanta la diversidad de acciones a realizar que es difícil de catalogar en un género específico este tipo de títulos. Tienen un poco de Love Plus en las relaciones sociales, un poco de Monster Hunter en la creación y mejora de armas así como todo el elemento relacionado con la creación de objetos, y además se incluye todo lo referente a la gestión de nuestros campos cuyo pionero en este aspecto podemos mencionar a Animal Crossing.
Además el elemento RPG se puede intuir en la subida de niveles y mejora de cada una de las habilidades. Así a lo largo de todo el juego, y mientras vamos usando las habilidades oportunas, iremos descubriendo nuevas recetas para crear nuevos objetos con cada una de las actividades y ampliando el ya de por sí complejo sistema jugable.
Aspecto visual colorido
El apartado gráfico del juego no destaca especialmente por su calidad y las animaciones y modelados de los personajes recuerdan más a un título de la anterior generación. Si bien es cierto que no es un elemento esencial en este tipo de título, sí que un lavado de cara más a fondo le hubiese sentado muy bien. Sin embargo es bastante complicado y comprensible ver un cambio drástico en este apartado teniendo en cuenta el volumen de producción (juego por año aproximadamente) al que estamos acostumbrados.
El juego goza de un gran colorido y un aspecto que parece apuntar a un público más infantil, algo que queda completamente descartado una vez nos adentramos en el juego y observamos el complicado sistema y la gran cantidad de apartados que componen cada pequeño elemento del título. El diseño sigue la línea del manga japonés e incluso podremos disfrutar de algunas secuencias animadas en los momentos más importantes del argumento.
Por su parte el sonido no destaca en exceso. Con un buen doblaje al japonés (aunque no en todos los diálogos) y una banda sonora bastante genérica pero con ciertas melodías que pueden poner los pelos de punta.
Conclusiones
Cada nueva entrega de Rune Factory mejora su predecesor con nuevos elementos o acciones a realizar. La esencia del título se mantiene intacta y es precisamente ésta la que hace especial al juego y la que ha atraído a un buen número de fans desde hace muchos años. Es esta ocasión la ampliación de elementos se ve complementada con la inclusión de Ymir y la exploración marina. Además la situación en las que se encuentra nuestro personaje principal Azel, con su amiga Sonia dentro de su propio cuerpo, nos pondrá en situaciones muy cómicas al intentar acercarnos a otras chicas y la primera sentirse un poco celosa.
En general para los seguidores tanto de Harvest Moon como de esta saga, Rune Factory Oceans cumplirá con las expectativas, quizás convirtiéndose en el más completo de su saga, para los no iniciados en el género puede ser una buena oportunidad de adentrarse en el complejo y duro mundo laboral de la cosecha. Sin embargo y a pesar de denominarse como juego de rol y contar con elementos de acción, es muy difícil que los más puritanos jugadores de estos géneros vean en Rune Factory un título de su gusto. Ahora toca remangarse, preparar las azadas y esperar que el título aparezca finalmente en Europa.