Salvo que tengas un nombre, atraer la atención de los jugadores hoy en día es complicado. Necesitas algo diferente y único, lo cual es todavía más complicado. En una industria en la que las sorpresas llegan generalmente de la mano de pequeños estudios independientes, Japan Studio se atreve a hacer algo que no habíamos visto hasta el momento en videojuegos, reuniendo todos los requisitos para, cuanto menos, sorprender a primera vista.
Buscando una historia única
Rain es una historia de amor. Pero no de amor entre el personaje femenino y el masculino de turno. Es una historia de amor en la que un niño se enamora de lo desconocido, que, por extrañas razones, tiene forma de una chica de su edad.
Ya sabemos que el amor no atiende a razones, y sin pensárselo dos veces, se embarca en una aventura a través de la oscuridad y la lluvia por reencontrarse con esta chica misteriosa, que huye de algo que no alcanzamos a entender.
El juego, tras una breve secuencia, comienza poniéndonos en situación, con un texto que se integra con la ciudad en la que se desarrolla la aventura. "Allí era de noche. La lluvia caía sin cesar en la ciudad. [...] Revelando la figura que el chico había perdido". Entonces tomamos el control de este joven, que como pronto descubriremos, sólo es visible bajo la lluvia, algo que será elemento clave y diferenciador en la jugabilidad de Rain.
Perdidos bajo la lluvia
Este título de Japan Studio es muy sencillo, y apenas con un par de botones podremos progresar por todo el juego –al menos hasta donde hemos podido probar–, utilizando puntualmente un tercero para interactuar. Nuestro protagonista está totalmente indefenso frente a las amenazas que pueblan esta lluviosa ciudad, por lo que nuestras mejores, por no decir únicas, bazas serán pasar desapercibidos... aunque no siempre. Pero vayamos por partes.
Ya hemos explicado que controlamos a un personaje invisible, por lo que para poder ver su forma será necesario que la lluvia caiga sobre él. Por diferentes razones, no siempre lo hará, y tendremos que recurrir a diferentes recursos para ubicar nuestro personaje. El más inmediato es el de las huellas, ya que, tras andar por superficies mojadas, dejaremos pisadas húmedas por allá por donde andemos, durante un breve periodo de tiempo. Otro, es el de derribar o mover objetos que encontramos a nuestro paso, y que revelan nuestra posición.
Puede parecer una tontería, pero la verdad es que nos ha transmitido un poco de agobio el perder a nuestro personaje de vista. Estás deseando volver a ubicar al protagonista, lo que suele suponer una falsa sensación de seguridad. Y es que, precisamente, cuando nuestro personaje es visible, es cuando está en peligro. Unas extrañas criaturas, también invisibles, comparten escenario con nosotros, deseando detectarnos para ir en nuestro ataque. Por esto no podremos permanecer descubiertos permanentemente, sino que tendremos que encontrar la ruta más "seca" hacia la siguiente sección.
Utilizando el entorno a nuestro favor
Poco a poco descubriremos que las criaturas enemigas no sólo estarán para atacarnos, sino que, paradójicamente, serán la clave para progresar. Apareciendo momentáneamente bajo la lluvia podremos arrastrarlas hacia las zonas que más nos convengan, o, por ejemplo, podremos hacer ruido –muchas veces pisando un charco con fuerza– para atraerlas y que dejen desprotegida la puerta por la que tenemos que pasar, o derriben un andamio que nos bloquea el paso.
En un primer momento estos pequeños "puzles" o momentos de estrategia suelen ser bastante obvios, aunque en la parte final de la demo sí que se empezaban a complicar, e incluso nos mataron algunas veces mientras encontrábamos la fórmula adecuada. No creemos que el juego vaya a ser muy largo, pero sí que tiene mucho potencial para crear situaciones muy, muy únicas y particulares según vamos progresando, ya que durante el rato que jugamos se sucedieron bastantes que consiguieron sorprendernos.
Personalidad propia
Lo que ofrece Rain es algo que difícilmente podremos encontrar en ningún otro juego. Lo que más nos ha gustado de esta toma de contacto con él es cómo combina la sencillez de su jugabilidad con la diversidad de situaciones que consiguen hacernos pensar de una manera diferente. En la inmensa mayoría de juegos, si hay algo que esté permanente en pantalla es el protagonista –aunque tan sólo sean las manos–, y tener que buscar recursos en el entorno para poder, ya no verlo, sino ubicarlo, es un pequeño gran giro de tuerca que nos hace sentir nuevas sensaciones.
El estilo artístico, el ritmo del relato, su habilidad para mezclar la paz y la tensión... Éstos son sólo algunos de las características de Rain que más nos atrajeron al probarlo, y eso que lo hicimos en un evento, con otros compañeros de profesión alrededor, escuchando el sonido de otros juegos... por lo que pensamos que la experiencia puede ganar muchos enteros jugando en casa, tranquilos, y disfrutando del sonido –un factor muy importante– con calma.
Rain intenta hacerse un hueco en las ludotecas de los usuarios de PlayStation 3 derrochando personalidad, y con una jugabilidad directa y sencilla que recompensa más el tener una mente ágil que unos pulgares rápidos. Como suele pasar con estos casos, tenemos que ver cómo se completa la experiencia, si la duración es correcta y si no acaba resultando repetitivo. Por el momento, tenemos la sensación de que va a ser un soplo de aire fresco, y eso es algo que siempre agradeceremos.