Al igual que pasa con la Fórmula 1, los aficionados al motociclismo tienen una espinita clavada con los videojuegos basados en este deporte, ya que pocos han llegado a la excelencia, como sí ha ocurrido últimamente con otros deportes. Ya no solo eso, sino que en un gran número de ocasiones se ha desaprovechado la licencia de MotoGP en títulos bastante lamentables, aunque preferimos quedarnos con los buenos, como los desarrollados por los ingleses Climax para THQ lanzados en Xbox y PC, GP500 de Microprose para PC, las entregas de Namco para PlayStation 2 y el logrado Tourist Trophy de Polyphony Digital también para esta consola.
Después de estar varios años la licencia de MotoGP en manos de Namco y THQ, en 2007 Capcom se hace con todos los derechos del campeonato, lanzando ese mismo año para PlayStation 2 un juego bastante discreto, desarrollado por los italianos Milestone. Al año siguiente vuelven a probar suerte esta vez para todas las plataformas incluidas Xbox 360 y PlayStation 3, pero con idénticos y vulgares resultados. Mientras esto ocurría, Capcom ya estaba planeando un reinicio de la franquicia, esta vez depositando su confianza en los ingleses Monumental Games, compañía fundada por algunos ex-componentes de Climax -creadores de los muy notables MotoGP de THQ-.
Tras dos años de trabajo, llegaba la nueva entrega -MotoGP 09/10-, con la ambición de convencer del todo a los amantes de las dos ruedas, pero una vez más Capcom volvía a naufragar, y pese a no recibir notas muy negativas por parte de la prensa especializada -entorno al siete-, los jugadores no lo recibieron con mucho entusiasmo, siendo especialmente criticado por los aficionados a las motos por su falta de realismo, entre otros factores. Desarrollado por el mismo estudio británico, la compañía japonesa vuelve a contraatacar un año después con otra entrega, que hemos podido probar a mes y medio de su lanzamiento -18 de marzo- y de que comience el campeonato -20 de marzo en Catar-.
Nada más comenzar el juego deberemos elegir entre una de las cuatro dificultades -fácil, moderada, difícil y extrema-, y hecho esto pasaremos el menú principal, donde nos llevamos la primera sorpresa. Negativa en este caso, ya que contamos exactamente con los mismos modos de juego que el año pasado, con un cambio de nombre en el modo Arcade que ahora se llama Desafío, pero que realmente es lo mismo, esto es, correr contra el reloj pasando por los puntos de control antes de que se acabe el tiempo, como en los juegos de velocidad de las recreativas de antaño.
Los otros son Campeonato del Mundo -donde podremos correr en una de las tres categorías eligiendo a uno de los pilotos oficiales pasando por todos los circuitos-, Contrarreloj -simplemente picarnos para conseguir los mejores tiempo en uno de los 18 circuitos- el Multijugador -carreras online de hasta 20 jugadores-, y el modo Historia, sin duda el más complejo y completo, que detallaremos en profundidad más adelante.
A diferencia de la edición del año pasado, aquí desde el principio tenemos libre acceso a las tres categorías -125, Moto2 y MotoGP-, y a todos sus pilotos, pero como ya ocurrió en aquel todos los datos de las escuderías son los pertenecientes a la temporada pasada -2010 en este caso-, y no será hasta un tiempo después de su lanzamiento cuando se actualizan los datos a la nueva temporada 2011, al parecer y de momento solo en la categoría de MotoGP, una actualización que esperamos no tarde tanto en aparecer como la del año pasado, que llegó en el mes de julio. Algunos de los cambios más importantes para esta temporada son el fichaje de Rossi por Ducati, el de Stoner por Honda, y en el terreno del reglamento la modificación de la parrilla de salida, que pasa a ser de tres pilotos por línea en las categorías de 125 y Moto2, algo que hasta ahora solo ocurría en MotoGP.
En la edición de este año contamos con más libertad para configurar la asistencia al pilotaje, de manera que tenemos en un extremo una conducción más arcade si activamos todas las ayudas, y en el otro algo más parecido a un simulador si las desactivamos por completo, lo que conseguirá satisfacer un poco más a los amantes de las dos ruedas, aunque ni haciendo esto conseguimos unas sensaciones demasiado realistas, sino aumentar la dificultad. Esto se debe a que aunque contamos como en la anterior entrega con la diferenciación del freno trasero y delantero, y la posibilidad de replegarse en la moto para disminuir la resistencia al viento –dos buenas ideas-, de nada sirven si la física de la moto y del piloto siguen siendo tan irreales, y ni conduciendo a 5 km/h y tumbándonos completamente hacia un lado conseguiremos caernos.
A esto se le suma la irreal velocidad a la que transcurre la acción, ya que está bien que el juego se mueva fluido –algo digno de elogio-, pero por momentos parece que las motos cuentan con los motores de las naves del WipeOut, y cuando nos replegamos para reducir la resistencia parece que hemos activado un turbo. Por tanto, creemos que a quienes no les convenció la edición del año pasado por su falta de realismo o por no ser un simulador, tampoco les gustará la versión de este año, ya que apenas se notan mejoras apreciables, y sigue estando en un punto intermedio entre el arcade y el simulador. Para quienes no sean tan exigentes, o meros aficionados a la velocidad que se quieran entretener con un juego de motos, en esta tarea cumple, y resulta bastante divertido, sobre todo en su modo Historia.
En este deberemos crear un piloto escribiendo su nombre, nacionalidad, dorsal -siempre y cuando esté libre- y circuito local, además pudiendo configurar estéticamente la moto, así como el mono y el casco, eligiendo entre varios diseños y una gran paleta de colores. Empezaremos en 125, y desde aquí tendremos que hacernos un nombre e ir ganando dinero, así como contratar distinto personal, desde ingenieros hasta jefes de prensa, por lo que deberemos ir ganando dinero para poder pagarles puntualmente. Este dinero lo ganaremos de distintas maneras, una de ellas mediante los contratos con los patrocinadores, que nos premiarán con más o menos dinero dependiendo de las metas a alcanzar que acordemos con ellos.
Antes de comenzar un gran premio podemos seleccionar la dificultad, el número de vueltas y el desgaste de los neumáticos, y según toquemos estos parámetros el dinero que podemos ganar aumenta o disminuye, por lo que es un sistema bastante flexible que se ajusta al nivel de exigencia de cada jugador. Como novedad este año podemos jugar este modo de manera cooperativa, formando parte los dos jugadores del mismo equipo, compitiendo a pantalla partida por llevar nuestra escudería a lo más alto.
Otra cosa que nos ha gustado son los objetivos dinámicos en las carreras, estos aparecen en cualquier momento y nos invitan a realizar determinadas tareas antes de que acabe una cuenta atrás, como adelantar a determinado rival o alcanzar cierta velocidad en un tramo del circuito. Si cumplimos estos objetivos se nos proporcionan puntos de bonificación, que nunca están de más para la valoración final de la carrera, que depende de otros factores como los adelantamientos -a favor o en contra-, las colisiones, la trazada en la conducción o el uso que hayamos hecho de las segundas oportunidades, una opción que vuelve y que parece se ha puesto de moda en los juegos de velocidad.
En lo técnico es muy continuista respecto a su predecesor, y vuelve a contar –aparentemente y a falta de probar la versión final- con los mismos vicios y virtudes, estos son unas texturas demasiado modestas –en el caso de los monos llegando al sonrojo-, falta de efectos gráficos, unos modelados de los pilotos y las motos muy sencillos, y unos circuitos nada espectaculares, pero a su favor hay que decir que todo se mueve muy fluido, lo que seguro tiene relación directa con todos los defectos mencionados. El sonido se percibe algo mejorado, y cuenta otra vez con comentarios en castellano, en esta ocasión el encargado es la famosa y reconocible voz de Más que coches de Telecinco, que ya hemos podido oír en otros videojuegos.
A menos de dos meses para su lanzamiento ya podemos sacar algunas conclusiones claras, la principal es que a los que nos les gustó nada la edición del año pasado dudamos mucho que el nuevo MotoGP 10/11 les vaya a enamorar, y a los que sí consiguió satisfacer encontrarán aquí una apuesta segura, aunque con escasas novedades. Se trata de una evolución, con pequeños retoques y mejoras, pero tras un juego simplemente correcto creemos que hacía falta mucho más para dar un salto de calidad en la franquicia, y el camino que se ha tomado es continuista y poco arriesgado, a falta -insistimos- de jugar en profundidad la versión final. Aun así, seguro que muchos aficionados están deseando echarle el guante para poder emular a sus pilotos favoritos desde casa, ante la llegada de una nueva temporada de motociclismo que se presenta apasionante.
