Las películas de 007 nunca fueron grandes protagonistas en un mundo del videojuego que desde sus mismos inicios tuvo adaptaciones de grandes estrenos, comenzando desde el principio la tónica de juegos mediocres que, nutriéndose de la licencia, lograban alcanzar unas buenas ventas. La irrupción de 007 tardó hasta los años 90, bien pasado el estreno de Goldeneye, la película en la que se basaba el juego, con un juego que se convertiría en un gran mito: de la mano de Rareware, y sin apenas expectación, ni expectativas, un equipo de unas cinco personas creó el juego que demostró, por primera vez, que la acción en primera persona era posible en consola con un control de consola.
Desde el mito ha llovido mucho y la licencia 007 ha pasado por grandes cambios, tanto en el cine como en los videojuegos. A Pierce Brosnan lo substituyó Daniel Craig hace un par de años, y la licencia para videojuegos , valorada tras Goldeneye, se paseó por varias compañías, con varios tipos de juegos, destacando los de EA, que dotó al personaje de nuevas historias, usando al propio Brosnan para la captura de movimientos.
Activison se hizo con la licencia de 007 hace un par de años, tras el estreno de Casino Royale y Daniel Craig en el papel del agente, y prepara ahora este Quantum of Solace, previsto para salir junto a la película del mismo nombre, en la que el agente del MI6 continúa las aventuras de la anterior, Casino Royale.
El corazón de Call of Duty 4
Lo importante de Quantum of Solace no es tanto la historia, que ni siquiera introduciremos para no destripar nada a los aún no han visto, si es que los hay, Casino Royale, sino su jugabilidad. Utilizando como base el motor gráfico de Call of Duty 4, que los desarrolladores tienen desde que comenzó la producción del juego, el equipo ha creado un juego de acción en primera persona, con partes en tercera persona, que cuenta, ya de por sí, con la base sólida de uno de los mejores juegos del momento, pero adaptada a lo que se espera de un juego de Bond.En la Games Convention tuvimos oportunidad de ver una variada demo donde se nos mostraron unos cuantos niveles, cada uno con su particular estilo. En el primero, Bond se movía por unas catacumbas a toda velocidad, enfrentándose a numerosos enemigos, mientras al mismo tiempo sucedían constantemente eventos predefinidos como derrumbamientos o explosiones. Entre tiroteo y tiroteo pudimos comprobar cómo el juego hace uso deun sistema de coberturas similar al de juegos en tercera persona como Gears of War, pudiendo parapetarnos tras estructuras, asomarnos para disparar, o incluso disparar a ciegas aunque, claro, con ese desdén elegante que caracteriza a Bond.
Tras indicarnos brevemente que el teléfono de Bond se usará para obtener en tiempo real información del nivel en el que juguemos, nos mostraron una frenética persecuión por los tejados de Siena, en Italia, en la que nos deslizábamos tras perder el equilibrio, para acabar saltando hacia otro tejado, en la otra acera de la calle, desde la que, por supuesto, nos disparaban los sicarios, protegiendo a su compañero, al que intentábamos dar caza, ya descolgados de la persecución, con disparos de rifle de francotirador. En este momento nos indicaron la importancia que tendrá el escenario del juego, no solo a la hora de interactuar con el cubriéndonos o realizando movimientos acrobáticos, sino también para usarlo contra el enemigo. Disparando en puntos estratégicos, podremos provocar derrumbamientos, explosiones, u otros efectos destructivos, para acabar de una tacada con varios adversarios.
Acaba con ellos de un golpe
Luego se nos mostró un nivel ambientado en el Casino Royale de la primera película (habrá varios niveles contando la historia de ésta), y nos enseñaron cómo cambia el juego dependiendo de si jugamos al estilo sigiloso, o si en cambio lo hacemos a lo bestia, entrando con una ametralladora en la mano. En ambos casos se podía superar el nivel perfectamente, aunque claro, el primero nos exigía estar atentos a los movimientos de los enemigos y, para eliminarlos, o bien usar la pistola con silenciador, o bien los movimientos de eliminación, o "Takedown". Estos movimientos cinemáticos, en la línea de God of War o, más apropiadamente, la Conspiración Bourne, nos exigen pulsar el botón adecuado cuando el juego nos lo pida.
También habrá que usar el sigilo en ciertas zonas donde la pantalla se partirá en dos y en la inferior veremos a nuestro Bond en acción, pudiéndolo controlar, mientras que en la inferior podremos ver qué están haciendo los enemigos, para de ese modo controlar cuándo podemos pasar sin ser vistos. También teníamos que evitar cámaras en un nuevo nivel que nos mostraron, ya fuese desconectándolas como pudiésemos, o bien directamente evitándolas, sin intentar nada sofisticado.
007: Quantum of Solace nos ha dejado muy buena impresión. El paso de la licencia a Activision parece ser que se ha tomado con mimo por parte de la gigantesca compañía americana, que parece decidida a no perder el tren de Bond, que ha resurgido con la última película en lo que a recaudación en taquilla se refiere, y así convertirla en una gran franquicia de los videojuegos, mundillo en el que el agente secreto de Su Majestad encaja como anillo al dedo. A falta de jugarlo en profundidad y ver una versión completa, resulta un juego muy prometedor, sin que por ello vaya a ser el shooter definitivo, ni un nuevo Goldeneye, pero sí un muy competente juego oficial de la película.
