Namco es una compañía con una extraordinaria versatilidad en lo que respecta a su catálogo de juegos. Soul Blade/Calibur y Tekken son dos de los mejores exponentes de los "beat´em up" del uno contra uno en 3D. La saga de rol Tales cuenta con un gran número de seguidores en el país del Sol Naciente, y títulos tan dispares como Ace Combat, Time Crisis, Moto GP, Klonoa o Ridge Racer demuestran a las claras que los creadores de Pac Man no quieren limitar su producción a unos escasos géneros.
En ese intento de abarcar la mayoría de estilos jugables posibles, nació Dead to Rights, un juego de acción representado por el típico policía de turno que se revelaba contra las injusticias sociales, sufridas en este caso, en primera persona.
En la primera parte, Jack Slate, el protagonista en cuestión, encontraba asesinado a su padre después de haberse batido contra unos cuantos ladrones en una misión de trabajo y era acusado de asesinato. Ante este panorama y sin nadie en quien confiar, sería él mismo quien tendría que tomar cartas en el asunto y tomarse la justicia por su cuenta.
Tres años después, en esta continuación de Dead To Rights, el agente Slate todavía tiene asuntos pendientes que resolver con los mafiosos de Grant City, cuando el distinguido juez McGuffin es secuestrado por los criminales de la ciudad y, dada la estrecha relación que unía al magistrado con el padre del protagonista, éste se ve obligado a actuar en su rescate. Las cosas se irán complicando a medida que avanzamos en la aventura, y Jack tendrá que derrotar a una enorme legión de pandilleros, asesinos y demás fauna callejera para encontrar la verdad en un juego de acción que mezclará elementos para que no caiga en la monotonía.
El motor gráfico de la primera entrega servirá de base para la realización del apartado técnico de Dead to Rights II. A pesar de ello, se puede apreciar un mejor conocimiento y uso del mismo por parte de los desarrolladores, lo que da como fruto unos personajes y escenarios más detallados y con una mayor nitidez en las texturas. Los modelados de esta segunda parte cuentan con un mayor número de polígonos y las animaciones son más realistas, sobre todo lo que se refiere a los movimientos en los combates cuerpo a cuerpo. En general, los gráficos de esta secuela subtitulada Hell to Pay, serán superiores a los de la entrega anterior y aprovecharán mejor el potencial de las máquinas.
La acción se desarrollará en garitos de mala muerte, sótanos, almacenes, callejones y demás localizaciones de los más marginales barrios de Grant City, y además los escenarios serán más interactivos pudiendo utilizar elementos de los mismos como un coche para derribar a nuestros oponentes, o devastándose al paso del huracán Slate por los mismos, como por ejemplo en la destrucción de equipos informáticos o en la rotura de botellas de algún pub repleto de fulanas y camellos de poca monta.
Las explosiones estarán a la orden del día, como no podía ser de otra manera tratándose de un juego de acción, y sus efectos formarán parte de algunos de los momentos más emocionantes de la aventura. El nivel de violencia que mostrará, así mismo, será bastante elevado con disparos a quemarropa, sangre y tiroteos en abundancia.
La jugabilidad mantendrá el mismo estilo que su predecesor intentando depurar los aspectos más renqueantes del primer episodio. Para acabar con los enemigos, tendremos que utilizar el sistema de fijación de objetivo automático, mediante el cual podremos eliminar la amenaza más cercana infringiendo un daño mayor cuanto más acercados estemos a él, y visualizando el nivel de daño a través de diferentes colores en el punto de mira.
Uno de los movimientos que más frescura aporta al juego es una especie de "combo-zambullida", con el que el agente Slate aniquila a los asesinos en distancias cortas, bien usando sus puños y sobre todo moviéndose de manera que inmoviliza al oponente para tirotearlo a placer. También podremos maniatar a nuestros adversarios y utilizarlos como escudos humanos disminuyendo así nuestro riesgo en los combates más complicados.
El "tiempo bala" que popularizara el exitoso Max Payne de Remedy Entertainment en los videojuegos, y del que beben títulos como éste de Namco o True Crime L.A., es otro rasgo que caracteriza a Dead To Rights II. Su mecánica es de lo más sencilla, algo que todo aficionado al mundillo conocerá con mayores o menores matices. Resumiendo, cuando activemos el "tiempo bala" la acción del juego transcurrirá a cámara lenta, pudiendo esquivar los balazos de nuestros oponentes, y disparándoles a la misma velocidad que cuando el juego se desarrolla en el modo normal, lo que nos dará una más que notable ventaja frente a nuestros rivales. El arsenal de armas disponibles será muy variado e incluirá toda la gama de calibre 45, granadas, recortadas, metralletas ligeras y un largo etcétera que se irá completando a medida que avanzamos en la aventura y obtengamos artillería pesada.
Shadow, el fiel escudero del agente Slate, no le ha abandonado para esta segunda parte, y le sacará de más de un apuro en las misiones, emulando a otros famosos canes que ya acompañaran a James Belushi o Tom Hanks en las películas El Superagente K-9 y Socios y Sabuesos respectivamente, o el más reciente Rex, de la serie austriaca que se emite en Antena 3. Shadow no acompañará a Jack durante la acción, y para que aparezca en escena su amo tendrá que llamarle. Apuntando a un enemigo concreto, el perro lo noqueará y además le entregará el arma que llevaba. Pero también existe la posibilidad de que el chucho entre en batalla y cargue contra el rival más peligroso y amenaza más cercana hacia el protagonista del juego. Al igual que la característica de cámara lenta, el uso de Shadow disminuirá el nivel de adrenalina, por lo que, pese a su eficacia, no es conveniente abusar de él, y si sacarlo cuando verdaderamente se necesite de su ayuda.
En definitiva, Dead To Rights II promete no volver a caer en errores del pasado, renovando su apartado técnico, ajustando el control de juego y ofreciendo una aventura con un ritmo frenético y trepidante, donde la acción estará presente en todo su esplendor. Sed de venganza, altas dosis de violencia y la búsqueda de la verdad completarán uno de los últimos títulos de Namco en su empeño por ampliar su abanico de productos. Un juego que no defraudará a todos aquellos que se lo pasaron de lo lindo repartiendo estopa por la ciudad de Grant City y que parece estar destinado a todos aquellos jugadores que quieran descargar adrenalina limpiando la calle de asesinos.