Todo el mundo recuerda el espectacular tráiler con el que se anunció Tom Clancy’s The Division, uno de esos juegos que, durante los anuncios de las nuevas consolas, no hacían soñar con lo que serían capaces visualmente. Miedos de downgrades aparte, nos quedan todavía muchas dudas sobre cómo iba a funcionar este título, y finalmente hemos podido jugarlo para, esperamos, poder resolver alguna de las dudas que se nos han ido planteando durante todo este tiempo.
Un nuevo concepto
Tom Clancy’s The Division es un juego de acción cooperativa con un toque de estrategia, y con énfasis en el multijugador. Desde una perspectiva en tercera persona, recorremos una Nueva York que parece haber sido afectada por una pandemia que ha acabado con la Gran Manzana desolada, y diferentes facciones luchando por la supervivencia.
Precisamente, para recrear tamaño entorno hostil, hemos probado el modo multijugador competitivo, que a su vez introduce un elemento cooperativo.
Así, nos adentramos en la "Dark Zone", una "zona oscura" donde los niveles de radiación son más altos de lo habitual, por lo que tenemos que intentar conseguir un objeto clave y escapar de allí a través de un punto de extracción lo más rápido posible. Éste es sólo uno de los modos multijugador competitivos, aunque ya nos han adelantado que habrá más. En él, participan tres equipos de tres jugadores cada uno, así como otros personajes controlados por la inteligencia artificial.
Una de las peculiaridades es que estos equipos pueden cooperar contra la inteligencia artificial y compartir la recompensa o enfrentarse entre sí y proclamarse único vencedor y propietario de todo el botín. Durante nuestra experiencia, e intentando ir de buenas, siempre nos hemos encontrado con otros jugadores que no estaban dispuestos a colaborar, por lo que hemos acabado enfrentándonos a todo lo que se movía.
Esto puede que se deba a que por el momento no se ha implementado el sistema de comunicación entre personajes, que nos permitirá en un futuro hacer una serie de señas representativas de nuestras acciones, aunque sobra decir que los gestos no tienen por qué coincidir con nuestras intenciones reales. Sí que es posible comunicarnos con nuestros compañeros de equipo vía chat de voz, algo prácticamente imprescindible para progresar con éxito.
Cooperando
Si bien es posible jugar en solitario –que no offline–, el juego de Ubisoft Massive está diseñado para jugar en compañía. La idea es explorar Nueva York con nuestro equipo, ya que cada personaje tendrá sus propias habilidades –que podremos evolucionar subiendo de nivel y con, valga la redundancia, un completo árbol de habilidades–, sus objetos y sus armas, y conseguir un equipo equilibrado será ideal.
Para que os hagáis una idea, en nuestro equipo uno de los personajes tenía un enfoque más curativo –pudiendo sanar a sus compañeros–, otro más defensivo –con torretas y herramientas que le permitían detectar a los enemigos cerca– y otro más ofensivo –con diferentes tipos de granadas especiales–, y si conseguíamos funcionar bien, era prácticamente imposible detenernos. Tom Clancy’s The Division es un juego bastante abierto, pudiendo enfocar cada enfrentamiento de la manera que consideremos más oportuna.
A la hora de pasar a la acción hemos intentado utilizar casi siempre un enfoque dirigido al flanqueo, intentando ganarle la espalda a nuestros enemigos para luego lanzar una fuerte ofensiva y sorprenderlos, independientemente de que fuesen inteligencia artificial o humana. Si conseguimos herir gravemente a un enemigo, éste caerá al suelo, pero como si de Gears of War se tratase, podrá desplazarse moribundo mientras espera la ayuda de un compañero. No existen las ejecuciones, pero sí que es importante intentar acabar con ellos para propiciar que pierdan tiempo reapareciendo.
Las mecánicas de Tom Clancy’s The Division son muy sencillas y directas, potenciando la cobertura tanto para el combate como la infiltración, pero con ese toque estratégico que le da el juego en equipo. No es un título que exija mucho –al menos en un principio–, pero sí que desprende unas buenas sensaciones y partidas de lo más intensas. Nos hemos quedado con las ganas de probar más armas y más entornos, pero nos han prometido que habrá muchas posibilidades.
No nos podemos olvidar de algo que nos ha encantado, que es cómo la transición al modo online es prácticamente perfecta. Simplemente con saltar una valla ya estamos dentro. Ubisoft nos ha afirmado que hemos jugado en un servidor –no en LAN– y, aunque las condiciones suponemos que eran óptimas, la idea es muy buena y no rompe en absoluto la inmersión.
Un mundo que explorar
Tom Clancy’s The Division nos lleva hasta una Nueva York que estará abierta desde el principio, aunque algunas zonas serán inviables si no tenemos el nivel suficiente para enfrentarnos a los amigos que allí aguardan. Algo bastante prometedor es que será necesario explorar la ciudad para conseguir armas y equipo raro, que no estarán al alcance de jugadores que simplemente se limiten a realizar misiones del modo campaña o multijugador.
Si bien no abandonaremos la capital neoyorquina, otro aspecto es que han prometido seguir expandiendo el juego tras el lanzamiento con multitud de contenido con el objetivo de conseguir que los usuarios siempre tengan algo que hacer, incluso después de haber completado la historia principal. Los planes para el futuro, eso sí, no se han detallado.
Visualmente correcto, pero lejos de la espectacularidad
Ubisoft, seguramente, ha aprendido la lección, y últimamente parece ser bastante más honesta con el tema gráfico a la hora de mostrar sus novedades. Por desgracia, cuando Tom Clancy’s The Division se mostró la primera vez la compañía francesa prefería tirar por lo alto, y la versión que hemos podido probar el este título está lejos de la espectacularidad de aquélla.
¿Tom Clancy’s The Division se ve mal? No, ni mucho menos. Nosotros hemos jugado la versión de Xbox One, y está a la altura de cualquier juego actual, más o menos en la línea de Assassin’s Creed Unity, para que os hagáis una idea. La iluminación, los efectos gráficos, el detalle y las texturas están bastante por detrás de aquello que nos enseñaron en 2013, pero también hemos visto un progreso razonable desde la versión que vimos el año pasado en la gamescom.
A destacar, probablemente, su tasa de imágenes por segundo, que aun siendo de 30, es de lo más estable incluso cuando el caos se suma en pantalla y jugando online. La resolución, eso sí, no era de 1080p, ya que podíamos apreciar la falta de nitidez al acercarnos a la pantalla. Ubisoft nos ha asegurado que todavía hay varios meses por delante, y que seguirán trabajando en mejorar el aspecto gráfico de Tom Clancy’s The Division.
Dudas en el aire, buenas sensaciones
Todavía nos queda por probar la campaña y explorar Nueva York, pero nos lo hemos pasado genial cooperando en el modo online, que nos ha sorprendido por lo bien integrado que está en el modo historia. La mezcla de acción directa y estrategia, las posibilidades de un mundo que promete ser rico y complejo para explorar, y unas sensaciones muy satisfactorias a la hora de jugar nos ilusionan y nos hacen pensar que podemos estar ante algo grande, pero a su vez queremos permanecer cautos, ya que Tom Clancy’s The Division es un juego muy grande y ambicioso, y todavía nos queda mucho por ver antes de realizar ninguna afirmación.
Probablemente, éste no sea la maravilla gráfica que nos vendieron hace unos años, pero sí que tiene las bases para convertirse en un título capaz de robarnos decenas de horas al jugarlo con amigos. Por el momento, os recomendáis que no le perdáis la pista.