Los zombis en los videojuegos se han vuelto un género en sí mismos, y prácticamente no hay mes en el que no salga un juego con muertos vivientes como enemigos. Una moda que en algún momento nos llegó a parecer una especie de burbuja, pero que se ha prolongado tanto en el tiempo en el cine, los cómics, la literatura, la televisión y los videojuegos, que parece que estaremos acompañados de no muertos durante bastante tiempo.
Ninguna compañía quiere perder el tren de contar con un título protagonizado por estas terroríficas criaturas, y en este mismo E3 hemos podido ver dos títulos tan importantes como Dead Rising 3, juego de lanzamiento y exclusivo de Xbox One, y este Dying Light, toda una sorpresa, que ahora intentaremos explicar por qué nos ha gustado tanto.
Dying Light es lo nuevo de Warner Bros desarrollado por los polacos Techland, conocidos por la saga Call of Juarez y Dead Island, una aventura de acción con zombis en mundo abierto, título con el que su nuevo trabajo tiene más que similitudes. Volvemos a tener un mundo abierto, zombis como enemigos, los podemos golpear y desmembrar con todo tipo de armas que podemos crear en los bancos de trabajo, y hasta la exótica y decadente ciudad donde transcurre recuerda mucho a algunos de los soleados paisajes de Dead Island.
Si lo hubieran presentado como Dead Island 2 a nadie le hubiera extrañado, pero claro no podría publicarlo Warner Bros, al pertenecer los derechos a Deep Silver. Hablando claro, han cogido su anterior juego de zombis, le han cambiado el nombre, y han introducido una serie de novedades y mejoras bastante interesantes que hacen que se sienta como algo fresco y nuevo, pero realmente la sensación de estar ante un nuevo Dead Island es constante.
Lo mayor novedad es la manera que tenemos de movernos por la intrincada ciudad, nuevamente en primera persona pero con unas animaciones mucho más fluidas y rápidas, acompañadas de algunos movimientos de parkour, que nos permiten dar grandes saltos y apoyarnos en las paredes, o incluso los zombis, para llegar más alto. Ahora que está nuevamente en boca de todos, la manera de desplazarnos recuerda mucho a la de Mirror's Edge de DICE, juego del que curiosamente esta semana hemos sabido que habrá una nueva entrega, que se desarrollará también en un mundo abierto.
La rapidez para correr, para dar saltos largos, para agarrarnos a todo tipo de salientes y cornisas, para escalar largos postes de luz, o para apoyarnos en la cabeza o la espalda de un zombi y llegar a un sitio elevado, hacen que el simple hecho de recorrer la ciudad parezca divertido, y el explorar cada recoveco para encontrar suministros y sobrevivir será algo muy importante.
El sistema de combate es tremendamente parecido al de Dead Island, pero mejor, más rápido y fluido, y con una delicatessen visual, como es el hecho de que con ciertos golpes vemos durante apenas un segundo una radiografía de cómo hemos roto los huesos a al zombi, ya sea el brazo, una pierna, el torso o la cabeza, viendo en detalle la rotura. Algo parecido a lo que vimos en el últimos Mortal Kombat, y que la verdad mola mucho. Los desmembramientos siguen a la orden del día, y para conseguirlo tenemos todo tipo de armas, y un sistema de crafting para crear nuevas, un ejemplo que vimos fue un machete electrificado.
En algunas localizaciones nos encontramos con cantidades industriales de zombis, y con distintas clases, como unos especialmente rápidos, o unos gigantones que nos embisten como un toro, un tipo de enemigo que exactamente igual existe en Dead Island. También vimos una especie de soldados o mercenarios humanos, que un primer encuentro no resultaron ser hostiles aunque nos advirtieron que no nos acercáramos a ellos, y que parece jugarán un papel importante durante la aventura.
Lo bueno es que para huir de tanta amenaza tenemos multitud de recursos, ya sea elevarnos rápidamente de un salto, apoyándonos contra una pared o un zombi, o bien echar a correr o meternos por algún recoveco, como un agujero en una valla, gracias al movimiento de deslizarse por el suelo mientras corremos.
El eslogan del juego es "good night, good luck" –buena noche, buena suerte-, algo que entendimos ya bien avanzada la demostración, cuando se hizo la oscuridad gracias al ciclo de día y noche que marcará el ritmo en esta aventura. Al llegar la noche, además de no ver apenas nada y tener que alumbrarnos con una linterna, por algún extraño motivo que todavía desconocemos, los zombis se vuelven muchos más agresivos y hostiles, e incluso aparecen una nueva clase de monstruos que nos busca incansablemente, y que tenemos que eludir y evitar a toda costa.
Pasamos de ser un cazador, ya que podemos machacar grandes cantidades de zombis sin demasiados problemas durante el día, a ser una presa, y tener que huir constantemente, un cambio de tornas más que interesante. Vimos cómo mediante sigilo podíamos evitar la mirada de esas extrañas criaturas que os hemos mencionado, con forma humanoide pero más monstruos que zombis, que no paran de patrullar las calles incansablemente, en busca de algo.
Y ese algo que buscan somos nosotros, y cuando nos ven se vuelven literalmente locos, corren como alma que lleva el diablo en nuestra dirección, y empiezan a llamar a otros compañeros que aparecen por todas partes. Aquí es cuando nos alegramos que el personaje sea tan rápido y pueda hacer parkour, pero ni eso es suficiente para eludir a estos malditos monstruos, que aparecen de todas partes y corren a gran velocidad.
En la mitad de una agotadora y agobiante persecución terminó la demo, que nos dejó un sabor de boca inmejorable. Por el día estamos ante un Dead Island, por la noche ante una aventura de terror puro, en la que debemos dar esquinazo a los enemigos y evitar que nos vean, y sí nos ven, echar a correr a toda pastilla desesperadamente, en escenas de acción tan estresantes como espectaculares. Y si algo ayudó a que nos gustará, además de su interesante planteamiento jugable, fue su espectacular apartado gráfico.
En este el E3 de las nuevas consolas, hemos tenido sensaciones encontradas, al ver juegos que parecen una evolución o ligera mejora de lo que estábamos viendo hasta ahora en PlayStation 3 y Xbox 360, hasta otros, los menos, que parecen un auténtico salto generacional. Dying Light pertenece a este segundo grupo, y cuenta con un apartado técnico simplemente rotundo, junto a una cuidada y efectiva dirección artística.
Una ciudad enorme, con una distancia de dibujado prácticamente infinita, multitud de detalles en los escenarios, una iluminación hipnóticamente cuidada, una vegetación que cubre cada palmo de la ciudad y que se mueve de manera muy realista azotada por el viento, cantidades ingentes de zombis, en definitiva, un apartado gráfico más que vistoso, que se movía además sólido como una roca sobre un PC, pero que ya nos han dicho se verá prácticamente igual en Xbox One y PlayStation 4.
Una grata sorpresa
Nos esperábamos mucho de este nuevo título, parecía un Dead Island con parkour y poco más, pero nos ha sorprendido en lo jugable, con sus toques de plataformas y de terror al caer la noche, y su apartado técnico, que luce impresionante. Llegará a lo largo de 2014 para PlayStation 4, Xbox One, PC, PlayStation 3 y Xbox 360, y tiene muy buena pinta. Si los dos Dead Island ya fueron buenos juegos, aunque con sus imperfecciones, es posible que con Dying Light el estudio polaco dé definitivamente un gran salto de calidad. Los amantes de la acción, el terror y los zombis no deberíais perderlo de vista.