Semanas antes de que se celebrase este E3 se fueron filtrando imágenes y hasta un vídeo de un misterioso título llamado Project Beast que finalmente ha resultado ser Bloodborne, lo nuevo de Hidetaka Miyazaki, el diseñador de From Software que ideó Demon's Souls y Dark Souls. Este juego exclusivo de PlayStation 4 ha debutado en la conferencia de Sony en el E3 y contra todo pronóstico se mostraba también en la feria en una versión muy temprana. A puerta cerrada y en un rincón de la habitación para prensa de Sony nos enseñaron un título que comparte buena parte del espíritu de los Souls combinándolo con una nueva ambientación y los nuevos gráficos que permite la consola de Sony.
Una ambientación siniestra y gótica
Habrá quien diga que Bloodborne es un Dark Souls con otro skin, y puede que no le falte cierta razón, pero lo que hemos visto en el E3 nos ha gustado mucho y dejado los dientes muy largos.
Como en la saga Souls, los desarrolladores quieren que cada batalla de Bloodborne sea una lucha a vida o muerte, que cada enemigo al que nos enfrentemos en el juego pueda matarnos fácilmente si nos despitamos o bajamos la guardia.
El título tiene una ambientación completamente diferente y a nivel de historia no tiene nada que ver. Bloodborne está ambientado en una realidad alternativa, ambientado en una época algo así como victoriana, de finales del siglo XIX, con una estética a medio camino entre lo gótico y lo steampunk. La acción ocurre en la ciudad de Yharnam, repleta de monstruos y criaturas terroríficas, capaces de tendernos emboscadas y trampas, sorprendiéndonos desde cualquier rincón o fingiendo estar muertos para cogernos desprevenidos.
Para hacer frente a estos engendros nuestro protagonista contaba en la demo con dos armas que nos han gustado mucho. La primera es una especie de cuchillo extensible de dientes de sierra con dos modos diferentes. Cuando está plegado hace ataques rápidos y de menor daño, y pulsando un botón lo extendemos y damos golpes de largo recorrido, con mayor alcance y dañando más al enemigo, pero obviamente más lentos. El repertorio de ataques se completaba con la descarga de una pistola, letal en las distancias cortas, que en la demostración se aprovechó un par de veces para quitarnos un enemigo de encima y rematarlo rápidamente con el arma blanca.
Enemigos peligrosos, acción más directa
En general la impresión que nos dio el juego en la demostración, aunque todavía en un estado muy temprano, es que pese a mantener muchas de las mecánicas de la familia Souls, la forma de jugar será algo más directa y menos cautelosa; al menos, así es como nos enseñaron el juego, haciendo frente a los enemigos directamente salvo cuando había más de dos al mismo tiempo, y en general tomando menos precauciones que en los títulos de ambientación fantástica. Que no haya un escudo para la defensa y sí una pistola que descerrajar cuando estemos en apuros es toda una declaración de intenciones. En la demostración el personaje recibió varios daños pero no había ningún indicador en la pantalla para ver cómo de graves eran. Los desarrolladores nos explicaron que la versión final tendrá un hud tradicional, pero que no estaba disponible en un estado tan preliminar.
Parece que, manteniendo ese estilo difícil y hardcore de Dark Souls, el título intentará encontrar su propia personalidad, ayudado por un diseño artístico que nos ha encantado. Si The Order 1886 tiene lugar en una época victoriana de ciencia ficción, la de Bloodborne es más oscura, llena de violencia, gore y podredumbre. Los monstruos y los entornos sucios a los que nos tendremos que enfrentar se combinan con una arquitectura recargada y un cielo fantasmagórico. A nivel técnico el título despuntaba algo menos, con alguna que otra ralentización y la sensación de que Bloodborne se encuentra en un estado muy preliminar y no está sacando provecho aún de todo lo que puede dar PS4.
Todavía temprano, pero muy prometedor
Con lanzamiento previsto para 2015, esta exclusiva de Sony ha encantado a los jugadores, y no sin razón. Demon's Souls fue una sorpresa que los europeos tardamos demasiados meses en disfrutar, con un lanzamiento muy tardío respecto a su debut original en Japón, pero Bloodborne ya recibe desde el primer minuto el tratamiento de superproducción que merece, lo que significa que Sony destinará todos los recursos necesarios para que se convierta en uno de los referentes de la consola, un título en el que morir cientos de veces a manos de monstruos de pesadilla.