Hace un mes viajamos a Londres a jugar a Haze, lo nuevo de Free Radical, creadores de la saga TimeSplitters e integrantes en parte del equipo de Rare que diseño Goldeneye. Ya os ofrecimos hace poco unas impresiones de la aventura individual, así como del cooperativo, y en esta ocasión vamos a hablar un poco del modo para varios jugadores, en el cual se ha invertido mucho tiempo del desarrollo.
Antes de nada, recordemos que Haze es un típico juego de acción en primera persona, con dos bandos enfrentados, la corporación Mantel y los rebeldes. Hasta aquí, nada sorprendente. La novedad que aporta Haze reside en la utilización de una peculiar droga, el Néctar, que debemos saber utilizar –y bien, además- para explotar sus posibilidades jugables. Es interesante, pero no revolucionario, ya que no consigue eclipsar el hecho de que Haze sea un shooter bastante tradicional.
Probamos varios modos contra otra docena de periodistas europeos (el juego acepta un máximo de dieciséis), siempre en red local. Lo cierto es que el multijugador, más allá del uso del Néctar, es bastante convencional. No es algo negativo en si, pero la saturación del género dispara-todo-lo-que-veas empieza a requerir cierta originalidad en los nuevos lanzamientos.
Lo que diferencia a Haze del resto de shooters en la distinción clave entre los bandos y el uso de la droga. Así, es muy diferente jugar como soldado de Mantel a jugar como rebelde. Las armas son diferentes, así como las habilidades especiales. Los soldados cuentan desde el principio con las inyecciones de Néctar, especialmente útiles a la hora de apuntar (los enemigos se iluminan y tenemos más zoom), y que además nos dotan de mayor velocidad y capacidad de recuperación, por ejemplo. Pero no es infalible. Una sobredosis nos vuelve locos y nos hace convertirnos en un problema para nuestros propios compañeros. El bando rebelde puede provocar esta situación disparando al suministrador de droga que los soldados llevan en la espalda. Es clave también ir fabricando granadas con el Néctar de los cadáveres. Por otro lado, las armas con las que comienzan los rebeldes son notablemente más poderosas. Para las primeras partidas es recomendable empezar como rebelde, ya que resulta más sencillo de controlar, al no tener que estar tanto pendiente de la droga.
En general resulta bastante divertido jugar a Haze. Es muy dinámico, con unos escenarios que dan juego a la estrategia y poseen cierta interactividad. Al jugar en equipo resulta imprescindible seguir unas pautas: ir en grupo, rodear al enemigo, tender emboscadas… El juego en equipo es fundamental, ya que tenemos muy poca vida y en cualquier momento acabarán con nosotros si no tenemos protección. Son suficientes un par de disparos bien apuntados, o una buena ráfaga ametrallada para abatirnos.
Los amantes de la larga distancia están de suerte, ya que tienen multitud de sitios donde apostarse, aunque generalmente con varios accesos en los que se les puede pillar por sorpresa. Lo bueno de los distintos niveles es que no se ciñen a una sencilla puntuación por muertes, sino que tienen ciertos objetivos. En el primer nivel que jugamos, los rebeldes tenían que hacerse con una llave-tarjeta y proteger durante 60 segundos un terminal con el que lanzar un misil. Naturalmente, los soldados debían evitar a toda costa que esto se produjera, resultando victoriosos si expiraba el tiempo de juego sin que se efectuase el lanzamiento.
Un nivel en la jungla era el más original. El objetivo rebelde era coger un lanzallamas y chamuscar unas plantaciones de Néctar en mitad de la selva. El objetivo Mantel, protegerlas. La idea es divertida, y de hecho funciona bastante bien, pero el elevadísimo tiempo de resurrección tras morir consigue desesperar al jugador. Esto no es así en el resto de niveles, con un tiempo más acertado.
Terminamos el evento con una divertida partida de combate individual, todos contra todos. Vandal Online quedó en un honroso sexto puesto, causado en parte por el tiempo que tardamos en descubrir los secretos del escenario. Lo cierto es que Haze esconde diversos trucos en los mapas, como puntos elevados difíciles de acceder y bastante seguros, excelentes para ejercer de francotiradores.
Por otro lado, el modo multijugador mantiene un nivel técnico bastante notable, moviéndose con bastante suavidad, luciendo numerosos efectos (explosiones, reflejos, fluidos, destellos…) y mostrando un buen nivel de detalle en modelados. Haze no es puntero en este sentido, pero está a la altura de lo que se espera en un juego de sus características. Comparando con la aventura para un jugador, podemos decir que apenas se resiente del elevado número de jugadores que soporta, lo cual es algo muy positivo.
De esta forma podemos concluir diciendo que el modo multijugador de Haze promete bastante. Es muy clásico, pero está trabajado y es muy divertido. Demuestra que no es necesario inventar nada para entretener, pero a estas alturas tal vez alguna novedad no estaría de más. Todavía le queda pasar su prueba más importante, el juego online, con las dificultades de retardo que pueda sufrir, pero en las condiciones idílicas que ofrece una red local la conclusión es que podemos tirarnos horas y horas jugando. Al fin y al cabo, no deja de ser un "todos contra todos". Recordemos que Haze sale a la venta, de forma exclusiva para PlayStation 3, el próximo 22 de mayo, con una demo anunciada para comienzos del mismo mes. Podéis leer las impresiones de la aventura para un jugador aquí.