Hemos comentado muchas veces la importancia de ser innovador en el tema de los juegos independiente. "Da igual" –entre comillas, no os asustéis– lo bueno que sea un juego si nadie lo ve, por lo que entrar por los ojos es clave. El juego que nos ocupa, Never Alone, no es particularmente innovador en lo jugable, pero sí que sabe entrar por los ojos. De hecho, si lo habéis visto antes, seguro que lo recordaréis en cuanto entréis en este artículo y veáis las imágenes. Pero no os entretenemos más, y os contamos qué nos han parecido los primeros niveles de Never Alone, los cuales hemos podido probar en una versión en desarrollo.
Una conexión cultural
Never Alone tiene unas mecánicas jugables muy sencillas en las que profundizaremos más adelante, pero su base temática es cultural, y al menos para nosotros, muy interesante: hablarnos de la cultura de los pueblos nativos de Alaska. Más concretamente, nos cuenta una historia inspirada por la tradición narrativa de los Iñuipaq, a lo largo de una colaboración con los propios nativos que se ha extendido a lo largo de dos años.
Este título nos relata una historia ambientada, obviamente, en Alaska, donde una joven se enfrenta a una terrible ventisca que nunca parece acabar. Ella se propone encontrar el origen de esta tormenta, y se embarca en una aventura en la que la ventisca será sólo uno de los problemas a los que habrá de enfrentarse, ya que tanto la fauna que allí habita y otros personajes que harán acto de presencia se interpondrán en nuestro progreso.
Las posibilidades jugables
A la hora de tomar los mandos, nos encontraremos con un juego de plataformas con un toquecito de puzles, y de desarrollo lateral. Básicamente, tendremos que recorrer escenarios nevados, saltando e intentando superar los obstáculos que los construyen. La clave es cooperar entre la niña y un zorro polar, los cuales podemos controlar alternando entre ambos personajes con tan solo pulsar un botón, o, lo que es más recomendable, con dos jugadores, tomando cada uno el control de un personaje.
Lo más básico es el salto. El zorro puede trepar un poco por una pared, y saltar de pared en pared, para, por ejemplo, tirar una cuerda por la que pueda trepar su acompañante. La niña tiene un salto básico, pero puede empujar cajas para llegar a zonas inaccesibles. Otro movimiento básico que tienen ambos es protegerse de la ventisca, la cual nos empujará hacia adelante o hacia atrás, y puede tirarnos del escenario. La ventisca también podemos aprovecharla para llegar a zonas inaccesibles, ya que nos puede impulsar mientras estamos en el aire.
Las habilidades únicas son la de arrastrarse en el caso del zorro, pudiendo cruzar túneles angostos, y en el caso de la niña, lanzar una especie de honda con la que se puede derribar a ciertos enemigos y ciertos obstáculos, así como "activar" a algunos espíritus. ¿No hemos hablado aún de los espíritus? Siguiendo la estela de la cultura de los Iñuipaq, contaremos con una serie de espíritus protectores que nos ayudarán durante nuestra aventura.
Éstos pueden aparecer mágicamente, o puede ser necesario que los despertemos con la mencionada honda. El zorro puede también modificarlos, llevándolos a un lado y otro del escenario, ligeramente, para que la niña pueda acceder a ellos. Más o menos, os imagináis cómo funciona el juego, ¿verdad? Tenemos que poner en marcha todas las posibilidades entre ambos para poder progresar. Hay momentos más basados en el pensar con pausa cómo avanzar, y momentos de actuar rápido, pero generalmente, es necesario que trabajen el uno para el otro.
Buen concepto, ejecución mejorable
La idea nos ha gustado mucho, aunque por el momento necesita pulir sobre todo el control. Hay momentos en los que los controles tardan en responder, y según el momento, puede ser decisivo. Obviamente, todavía quedan meses para pulir la experiencia, pero por el momento hay que dejar claro que hay mucho margen de mejora. Además, hay una gran variedad de situaciones dentro de la propuesta que este título viene a ofrecer, y consecuentemente, tenemos que estar preparado para todo. Es decir, quizás ahora necesitamos simplemente andar hasta una ubicación concreta, pero antes de que nos demos cuenta, estamos saltando a toda velocidad, y la respuesta de los controles es decisiva.
Técnicamente el juego cumple muy bien, y su estética es muy agradable, perfecta para lo que quiere contar. Las animaciones a veces son un poco toscas, pero bueno, como decimos el juego tiene varios meses de desarrollo por delante. Las cinemáticas apuestan por el arte nativo, e incluso podemos desbloquear vídeos en el que los propios nativos nos cuentan historias de su pueblo, muy interesante e ilustrativo. Además, está ya traducido al español, tanto de España como de Sudamérica. Quedan todavía líneas por añadir, pero es bueno saber que nuestra lengua estará presente.
Una aventura prometedora
Never Alone promete mucho, aunque hemos jugado sólo el inicio de la aventura, y quedan muchas dudas en el aire que resolver. Por el momento, su idea nos ha conquistado, no sólo por su temática, sino también por el valor didáctico del que quiere impregnarse. Todavía tiene que mejorar su ejecución y demostrar que su desarrollo es tan dinámico y variado como hemos visto hasta ahora, pero si sois amantes de esos juegos independientes en los que la ambientación y la temática se convierten en la clave de la experiencia, éste es uno a tener en cuenta.