2015 no ha sido uno de los mejores años para Nintendo 3DS, pero el 2016 va a venir bastante fuerte para los jugadores occidentales, sobre todo para aquellos amantes de los JRPG, con propuestas para todos los gustos como Project X Zone 2: Brave New World, Bravely Second: End Layer, The Legend of Legacy, Stella Glow, Dragon Quest VII: Fragmentos de un mundo olvidado, Dragon Quest VIII: El Periplo del Rey Maldito, Fire Emblem Fates y unos cuantos más que nos dejamos en el tintero.
El año lo va a inaugurar Final Fantasy Explorers, un spin-off exclusivo de la portátil de Nintendo que ya hemos podido probar en profundidad, conociendo mejor cuáles son sus intenciones, siendo una especie de mezcla de Final Fantasy Crystal Chronicles y Monster Hunter, con algunos elementos de los MMO de la saga, como Final Fantasy XI y Final Fantasy XIV: A Realm Reborn.
Sin duda a lo que más nos ha recordado por su estructura es a la exitosa saga de Capcom, en un juego que deja de un lado la historia, prácticamente inexistente, para ofrecernos más de 200 misiones, teniendo que derrotar a todo tipo de monstruos mientras aprendemos nuevas habilidades y mejoramos nuestro equipo.
El sistema de combate es muy sencillo en las primeras horas de juego, con un botón de ataque y pulsando los botones L y R desplegamos las habilidades equipadas (hasta 8), que pueden ser tanto ofensivas como de protección, atraer a los enemigos, curarnos y un largo etcétera.
La gracia es que podemos desbloquear hasta 21 oficios o clases habituales de la saga Final Fantasy, y cada una de estas clases puede equiparse diferente armamento, equipo y habilidades. La clase por defecto es aprendiz, capaz de utilizar todo el equipamiento, pero una vez hemos superado los primeros tutoriales podemos elegir entre caballero -espada-, monje -puños-, guardabosques -arco-, mago blanco y mago negro, teniendo cada oficio su propio equipo. Siempre que estemos en Libertas, la ciudad en la que realizamos las gestiones y desde la que partimos a las misiones, podemos cambiar de clase sin ningún problema, aunque hay que tener en cuenta si tenemos el equipo y las habilidades necesarias, o nos tocará pasar por un comercio.
Superando misiones, que en lo que hemos podido jugar consisten básicamente en eliminar a cierto número de enemigos o derrotar a un gran jefe, conseguimos unos puntos que nos sirven para adquirir mejor equipo y habilidades. Aquí no hay un sistema de progresión clásico como en otros RPG, de obtener puntos de experiencia y subir de nivel, sino que tenemos que mejorar el equipo y las habilidades (más de 100), y desbloquear las distintas clases de personaje, descubriendo sus virtudes y defectos.
En la ciudad de Libertas podemos hacer compras, ver la lista de misiones y hablar con algunos NPC, aunque por lo que hemos jugado la historia parece anecdótica, no busquéis una trama compleja similar a la de otros Final Fantasy. Podemos acudir al taller para forjar nuevos objetos con las piezas que dejan caer los enemigos en los combates, desbloquear nuevas habilidades en el Central Crystal, acudir a una pitonisa para que nos dé consejos, o incluso equipar monstruos en el Monster Lab.
Una vez que hemos activado una misión en el Order Desk y nos acercamos a las puertas del pueblo, el juego nos teletransporta al lugar de la misión, ya sea un enorme campo abierto o una mazmorra, que en un principio no parecen demasiado complejas. Aquí la exploración es inexistente, y el juego se centra completamente en los combates y en la gestión de nuestro personaje, de sus habilidades y equipo.
Como hemos dicho antes si bien en las primeras horas los combates parecen muy sencillos, poco a poco vas descubriendo que tienes muchísimas posibilidades, con ataques especiales al encadenar el uso de varias habilidades, o la posibilidad de transformarnos en un famosos personaje de la saga Final Fantasy durante unos segundos, como Cloud, Squall o Lightning. También puedes reclutar monstruos, invocarlos en los combates y subirlos de nivel, y seguramente el mayor punto fuerte del juego vaya a ser su modo cooperativo para 4 jugadores, ya sea de manera local o a través de internet.
Como ocurre con Monster Hunter la experiencia se disfruta mucho más de manera cooperativa, y los jugadores se pueden compenetrar para utilizar los puntos fuertes de su clase de personaje. Pudimos probarlo tanto solos como acompañados, y en solitario nos pareció un juego un tanto aburrido, aunque también hay que dejar claro que las primeras horas de la aventura qson muy lentas, con muchos tutoriales y explicaciones, y sin todas las posibilidades jugables desbloqueadas, que hemos visto que son muchas.
Los gráficos son bastante resultones, con unos escenarios un tanto vacíos y faltos de detalles pero con un diseño de personajes y de enemigos muy buenos, sobre todo en los jefes finales, ya que nos podremos enfrentar a los espectaculares doce eidolones (Dríade, Fénix, Bahamut, Diablo, Shiva, Ifrit, Odin, Leviatán, Amaterasu, Fenril, Alexander y Lamú), que además podemos llegar a reclutar para nuestra causa.
La música parece bastante buena, con melodías nuevas y clásicas, y el aspecto más negativo para los jugadores hispanohablantes es que Final Fantasy Explorers va a llegar a España completamente en inglés, algo que molesta mucho cuando se trata de un juego de rol. Aunque no queremos justificar esta decisión, hay que dejar claro que la historia es prácticamente inexistente, y no va a ser un gran problema disfrutarlo aunque nuestro conocimiento de inglés sea muy básico.
Para empezar con fuerza el 2016
Para resumir de manera muy sencilla en qué consiste Final Fantasy Explorers, podríamos decir que se trata de un Monster Hunter en el universo Final Fantasy, con sus personajes, enemigos e invocaciones. Ya sabéis, un montón de misiones, conseguir las mejores armas y habilidades, y una experiencia muy gratificante si la disfrutamos junto a unos amigos, que puede durarnos muchísimas horas. Final Fantasy Explorers saldrá a la venta en exclusiva para Nintendo 3D el 29 de enero.
Para realizar estas impresiones hemos jugado a Final Fantasy Explorers en las oficinas de Koch Media en Madrid, la distribuidora del juego en España.