Análisis de Racing Evoluzione (Xbox)

¿Se puede evolucionar en el saturado mundo de los juegos de conducción? Ésta siempre ha sido una de las losas que tenían los juegos de este estilo y Racing Evoluzione, como su nombre indica, va a intentar cambiarlo. A lo largo del análisis comentaremos si lo ha logrado y, de ser así, en qué medida lo ha conseguido. Nada más ver la introducción y encontrarnos que en el menú resaltan dos cosas: la primera de ellas es que el juego está en español, y la otra es ver cómo se encuentran dos apartados del juego bien diferenciados: el modo Dream y el modo Arcade. En este último nos encontramos con los típicos modos como son el modo contrarreloj, carrera rápida y el uno contra uno, en los cuales podemos conducir más de 70 coches en multitud de circuitos. El punto fuerte del juego llega en el modo Dream; y es la parte que, aunque no en exceso, innova en los juegos de conducción.

Cuando comenzamos en dicho modo Dream, lo primero que tenemos que hacer es elegir la insignia y el nombre de nuestra empresa. Sí, y digo bien, ya que nos acabamos de convertir en empresarios en el siempre complicado sector automovilístico. Todos estos datos aparecen posteriormente reflejados en nuestros uniformes, coches y carteles publicitarios. Cuando empezamos lo hacemos en un garaje bastante pequeño y con la única ayuda de una persona y un solo coche, y todo esto lo tendremos que transformar en una gran multinacional del sector automovilístico y conseguir empleados.

A simple vista parece muy atractiva esta parte al más puro estilo "manager", pero en realidad es todo muy automático. Según vayamos ganado carreras seremos mas famosos, lo que hará que ciertos periódicos y publicistas se interesen en nuestro coche, ofreciéndonos retos que si logramos superar nos veremos recompensados por mayores ventas de dicho coche y mayores ingresos económicos. Y así todo el rato.

Las carreras son la parte principal del juego, ya que según las posiciones que logramos vemos nuestra reputación aumentada, lo que se traduce en mayores ventas. Cuando hayamos alcanzado un número determinado de ventas se nos ofrecerá la opción de crear un nuevo coche, contratar una secretaria o aumentar nuestro pequeño garaje en otro recinto de mayor dimensión. Lo peor de todo esto es que con la excepción de elegir el nuevo prototipo a crear, que es manual, el resto de acciones son automáticas: en un determinado momento contratan una secretaria, aumentan el tamaño de nuestra empresa o crean un nuevo departamento, lo cual hace que la parte "manager" tenga menos interacción de lo que nos hubiera gustado.

Nos encontramos con más de 30 campeonatos a lo largo de todo este modo, con las más variadas pistas localizadas en distintas zonas del mundo y con distintos planteamientos. Así, podemos correr en pruebas de montaña, ciudad, estadio y circuito cerrado. Centrándonos ya en el aspecto propiamente de conducción, lo primero que hay que resaltar es que se trata de un juego más orientado al arcade que a la simulación, con todo lo que ello conlleva. Es un juego al que tomarle la medida cuesta muy poco, a las pocas carreras ya te aclimatas a su conducción; aparte hay que decir que la dificultad de este titulo no es muy elevada, lo que hace que la longevidad del juego en su modo Dream sea corta.

Aunque la conducción y el juego en general sean fáciles, esto no significa que vayamos a barrer a nuestros contrincantes en todas las carreras. Los pilotos contrarios tienen una buena inteligencia artificial, lo que hace que en ciertos momentos nos bloqueen el paso e incluso nos intenten sacar del arcén, hecho que nos ocasionará abolladuras. Abolladuras que, por desgracia, no sirven para nada más que para el aspecto gráfico, pues no influyen en nuestra conducción; además son aleatorias, ya que no se abolla el sitio que ha sufrido el impacto, y siempre correremos como si hubiéramos dado un paseo un domingo cualquiera con nuestro coche. En definitiva, que no tienen relación directa con la conducción. Aparte de esto, dichas abolladuras tampoco toman parte en el modo Dream, ya que si llegamos con nuestro coche lleno de golpes nuestro ayudante no dirá nada sobre ellos y en la próxima carrera y sin un gasto extra tendremos nuestro coche como si acabara de pasar la ITV.

Llegamos al apartado de los gráficos, sin duda alguna la mejor parte del juego, aunque con ciertas lagunas. Después de ver las primeras imágenes que se mostraron de este juego cuando todavía se llamaba Apex (nombre que mantiene en los Estados Unidos), lo que a todo el mundo llamó la atención fue su impresionante acabado técnico: unos paisajes increíbles y unos coches con aspecto foto-realista. Finalmente, cuando el juego salió a la venta pudimos comprobar que las fotos no engañaban, estábamos ante uno de los juegos de Xbox con mejores gráficos, superando a otros de su género como Project Gotham. Los circuitos y escenarios están repletos de detalles como vallas publicitarias, personas animando o grandes y bellos prados o montañas. Por el contrario, los coches no están a la altura de los decorados, lo que no quiere decir que sean malos, sino que son inferiores o por lo menos no son tan destacados respecto a otros títulos como lo son en el apartado de los circuitos y paisajes. Eso sí, hay que destacar los increíbles reflejos dados en el asfalto y en los coches, aunque en estos últimos quizá pecan de reflejarse demasiado, llegando a parecer que el coche ha salido del lavadero de coches al ver esos exagerados brillos. Otro punto en su contra es que, por desgracia y como viene siendo habitual en los títulos de la consola de Microsoft, "solo" va a 30 Fps constantes, aunque, eso sí, sin sufrir ralentización alguna; por el contrario, tenemos el gusto de disfrutar del antialiasing.

Por fin llegamos al que sin duda alguna es el peor apartado del juego, los temas musicales y los efectos sonoros. Todavía nos estamos preguntando en qué pensaban sus creadores mientras ponían tan pocas canciones y además sin ningún atractivo, estando presentes en las carreras una y otra vez las mismas melodías. En momentos como este, la opción de poner la música de tu disco duro, más que una opción es una obligación, y por suerte en este juego sí que está nuestra lista de canciones metidas en el disco duro para poderlas oír durante la carrera. Otro pequeño fallo a tener en cuenta se da cuando estamos corriendo en circuitos largos y la canción dura menos que nuestra carrera, ya que cada vez que termina una canción se vuelve a repetir la misma, sin pasar a otra distinta como sucede en, por ejemplo, Project Gotham. Los efectos de sonido no desentonan respecto al apartado sonoro en general, pues también están descuidados: el sonido del motor, los impactos contra las vallas o los choques de coches no son del todo buenos, siendo bastantes irreales según qué situaciones.

Como conclusión hay que decir que nos deja un cierto sabor agridulce, un juego que parecía destinado a barrer a todos los títulos de conducción existentes con un amplio margen, finalmente y por diversos defectos importantes (música, sonidos) y otros que no lo son tanto (abolladuras irreales), se queda a las puertas de superar a unos y supera ligeramente a otros. Hay que resaltar, también, que lo que podría haber sido una gran innovación con todo el tema Manager finalmente no es más que una excusa, ya que nuestra gestión se limita a correr para ganar dinero y poder desarrollar más coches; se echa en falta el poder elegir tu equipo técnico, ampliar tus oficinas o negociar contratos publicitarios. Si buscas un juego directo, fácil de jugar y te gustan los juegos de coches deberías hacerte con él sin dudarlo; un juego con un estilo distinto a otros como Rallysport Challenge o Project Gotham que debería estar en tu estantería.