Análisis de Tetris Party (Wii)
Cuando pensamos en un juego de puzles, lo más posible es que lo primero que nos venga a la cabeza es Tetris. Y no es que haya pocos juegos del género, tanto grandes clásicos añejos como Columns o Panel de Pon, como nuevas apuestas llenas de encanto, como Trism o Lumines, así que el hecho de que el concepto de Tetris siga vigente hoy en día es algo mucho más destacable, aun cuando es cierto que muchos veteranos siguen con entregas en la actualidad, gracias a que su base jugable es tan sólida que apenas envejecen, y son capaces de llevar a la gente a la cárcel, como en el caso de Faiz Chopdat, quien se negó a apagar el teléfono móvil en el que estaba jugando a Tetris en un vuelo hacia la ciudad de Manchester, acabando con sus huesos entre rejas durante cuatro meses (al menos, eso dice el libro Guinness de los Récords).
Eso hace que cualquier aficionado tenga, a estas alturas, un par de copias de Tetris dando vueltas por casa, y si no es así, lo más probable es que tenga a su disposición cualquiera de sus clones (más o menos legales) gratuitos... y sin embargo, sigue funcionando.
Es cierto que los puzles pasaron serios problemas de supervivencia en el campo doméstico llegada la generación de los polígonos, lo que se fue acentuando con los años, relegándolos casi por completo a las portátiles, donde el usuario no buscaba necesariamente gráficos impresionantes de alto presupuesto. Pero, cosas de la vida, resulta que las nuevas domésticas han traído bajo el brazo sistemas de distribución digital que han dado nueva vida a las producciones de pequeño presupuesto y a géneros algo olvidados, como matamarcianos y puzles. Por supuesto, Wii no se mantiene ajena, y entre la Consola Virtual (donde llegan juegos de consolas antiguas) y WiiWare tenemos ya un buen repertorio de puzles de todo tipo.
Tetris Party es, claro, la enésima encarnación de Tetris, juego que ha visitado de una forma u otra todas las consolas de Nintendo, y móviles, y PlayStation, y ordenadores, y servicios online, y... mil y una entregas en las que, en muchas ocasiones, el juego ha sabido aportar algo nuevo. La verdad es que una de las más completas que habíamos visto en los últimos tiempos ha sido la de Nintendo DS, pues no sólo recuperaba el interesante componente de juego en línea sino que añadía múltiples modos de juego derivados de la interfaz táctil.
Ahora, en WiiWare Tetris Party repite fórmula: el Tetris clásico, buen multijugador local y en línea, y la incorporación de elementos especiales derivados de la interfaz de Wii... pero que no es el puntero del mando remoto, sino la tabla Wii Balance Board de Wii Fit. La parte clásica no tiene mucho misterio: un grupo de fichas, bajando de una en una, con sus diferentes formas, los tetriminos, que debemos apilar completando filas; al hacerlo, las filas desaparecen y sumamos puntos, y sumamos más cuantas más filas eliminemos a la vez, siendo un máximo de cuatro gracias al tetrimino alargado. Y si lo hacemos en serie, es un combo, y se multiplica igualmente la puntuación.
Además, hay que tener en cuenta que se ha integrado una suerte de sistemas de logros interno que mantiene un registro de nuestras partidas, y unas buenas estadísticas y tablas de posiciones. Eso sí, conviene ir a las opciones y poner nuestra región para que las tablas sean completamente efectivas, pues se pueden ver globales, por región (Europa y Oceanía van juntas), y por país, además de, claro, por amigos.
Por desgracia, el sistema de juego en línea es algo escaso pues se limita a un enfrentamiento contra otros jugadores en el modo más tradicional (mientras que en modo local hay muchos modos de juego), y la verdad es que la experiencia con más competidores podría haberse visto mucho más beneficiada con más modos de juego disponibles.
Si queremos jugar con la Wii Balance Board, la verdad es que la apuesta es original, pero nada imprescindible, así que los usuarios que no hayan decidido apostar por un poco de ejercicio con Wii Fit (pues la tabla no se vende por separado) no se van a perder gran cosa. No es que sea malo; de hecho, funciona bien y es curioso, pero no deja de ser eso, una curiosidad. La zona de juego es más pequeña, con tetriminos de formas diferentes y mayor tamaño, para hacerlo todo más sencillo y no necesitar la precisión que se exige en el resto de modos (algo normal, dado el uso de la tabla). Al echar el peso a los lados, las fichas van a los lados, y si nos inclinamos adelante o atrás, van más rápido. Para que la ficha gire sobre su eje (siempre hacia la derecha) basta con dar un toquecito con los talones. Al principio cuesta un poco, y es difícil, pero poco a poco nos vamos haciendo con el control y aprendemos a fijarnos en la interfaz, pues muestra una tabla con la posición del peso mediante una práctica bolita, y eso será de ayuda.
Fuera de eso, el sistema de control es plenamente tradicional y puede usarse tanto el mando remoto en posición horizontal como el mando clásico, que en algunas situaciones nos ha parecido algo más cómodo, sobre todo al usar los objetos que aparecern en algunos modos de juego. Como nota curiosa, el título está preparado para ser jugado con sólo una mano (y esto no es una suerte de leyenda urbana como en los Dead or Alive Xtreme), siendo en esa situación cuando el mando remoto se coge en vertical (es decir, su posición por defecto). Esto se activa automáticamente, es decir, podemos estar jugando normal y cambiar la posición del mando y pasar a jugarlo de esta manera. En esta situación no podemos realizar una caída inmediata ni rotar los tetriminos a la izquierda, sino sólo a la derecha, y las fichas se mueven a izquierda y derecha de la pantalla moviendo nosotros el mando.
Igualmente reseñable, aunque posiblemente anecdótica para los veteranos, es la inclusión de ítems en el juego en los modos de enfrentamiento multijugador, que pueden funcionar como modificadores de la partida al tener efectos sobre los rivales y sobre nosotros mismos, aportando un margen de variación y aleatoriedad que puede igualar a jugadores expertos con los menos habituales, de manera similar a lo que sucede con los objetos habituales en sagas como, por ejemplo, Mario Kart. Algunos de los efectos que causan los ítems son llenar de humo el campo de juego de un rival (basta con apuntar a él y pulsar B), haciendo que él deba agitar su mando para despejar el humo, acelerar su ritmo de juego, o disparar bloques colocándolos gracias al puntero donde queramos en la zona de juego de un contrincante. En total hay diez objetos y podemos acumular hasta tres para hacerle la puñeta a los rivales, siendo capaces de afectar realmente al desarrollo de la partida.
Pero no todos los modos multijugador son competitivos, pues destaca la inclusión del Tetris cooperativo, donde debemos jugar unidos para borrar las líneas de una zona de juego de gran tamaño. Es en estos modos donde al usar el mando remoto de Wii (en posición horizontal) hay que emplear los botones A y/o B, que no siempre resultan muy accesibles, y en ese sentido nos hemos sentido más cómodos usando el mando clásico, pese a que su uso es muchas veces testimonial (por ejemplo, retener una ficha y dejarla en la reserva para cuando nos interese, o usar un objeto). Desde luego, este modo cooperativo puede ser frenético, pues si jugamos con la máquina es imposible coordinarse, así que se trata de no molestarse y conseguir eliminar filas larguísimas, mientras que al hacerlo con otra persona la cosa puede volverse muy divertida.
Otros modos multijugador son el Espacios de duelo, Corredor de etapas, Sombra, Líneas al rojo vivo, Escalador y el Versus clásico. En el modo Sombra el objetivo es completar el puzle poniendo cada tetrimino en su sombra correspondiente. Por su parte, Escalador nos invita a alcanzar la meta colocando fichas sin olvidarnos de recoger las banderas que haya por el camino, teniendo que alcanzar el objetivo antes que los rivales y, por último, en Corredor de etapas se trata de alcanzar la línea 400 antes que los contrincantes guiando una ficha por un caminito... sabiendo que hay obstáculos en forma de bloques en la pantalla. Cada uno de estos modos multijugador exite también para el juego en solitario, a los que habría que sumar un Tetris para principiantes.
Bien vale que nos detengamos un momento para explicar más detalladamente algunos d elos más especiales. El Escalador consiste en colocar las fichas una encima de la otra para crear un camino que pueda recorrer un personaje, pequeño y blanco, el escalador, que debe ir trepando. Sólo puede subir un escalón de altura, y aplastarlo será perder la partida, teniendo, por tanto, que hacerle un caminito para llegue hasta la meta. El Corredor de etapas, por su parte, consiste en guiar un tetrimino a través de los obstáculos que haya en el camino, deslizándolo y girándolo tan rápido como sea posible. Es decir: no se trata de hacer líneas, sino de no dejar encajada la ficha.
De esta manera, los único modos que sólo exiten (lógicamente) en multijugador son En Líneas al rojo vivo, donde el objetivo es hacer todas las líneas de arriba antes que los rivales, y Espacios de duelo (sólo para dos jugadores), en el que tenemos que hacernos con la mayor extensión posible de la zona de juego del oponente jugando por turnos, lo que lo diferencia del versus de Lumines.
El campo del juego en línea, aunque estrictamente es sólo un versus clásico, nos ofrece la opción de Tetris mundial, donde hay rivales de todo el mundo, o bien contra amigos (previo intercambio de códigos de amigo). Algo a destacar es que hay una opción de chat, aunque funciona sólo antes de las partidas y con frases predefinidas asignadas las direcciones de la cruceta digital. Escaso, sin duda alguna, aunque al menos hay una lista de frases predefinidas que podemos asignar de toda la lista a las cuatro direcciones, y la ventaja es que con independencia de dónde sea el jugador rival lo leerá en su idioma. Eso sí, en el juego en línea más interesante puede ser el torneo, aunque todavía no hay ninguno en marcha. Se trata de competiciones organizadas y de las que, en teoría, se informará tanto a través de la web del juego, como mediante la opción de noticias del menú del juego. Esperamos que se parezcan a los retos de Mario Kart Wii, que es un importante aliciente para su juego en línea.
Tetris Party es bastante soso gráficamente, y no porque sea un juego de puzles, sino porque después de todo el despliegue de Tetris DS esperábamos algo más. Los fondos son simples, aunque no estáticos, pero les falta vida, y desde luego algunos modos multijugador no son apropiados para pantallas pequeñas al presentar múltiples zonas de juego simultáneamente. Se integran los Miis, pero poco, y eso en definitiva, junto a unos menús muy simples, explicaciones a veces poco claras y una combinación de inglés y español en los textos hacen que el título se quede un poco corto en este sentido. La música, por su parte, es la clásica música genérica de puzle, con esos momentos de aceleración y tensión cuando estamos en una situación peliaguda, pero poco más.
Conclusiones
Tetris es una apuesta segura casi siempre (lo ha sido siempre, salvo cuando se han hecho experimentos realmente extraños). Aquí quizás echamos en falta algún uso más intenso de la interfaz por detección de movimientos y el puntero del mando de Wii, pero lo cierto es que cuando lo usa, funciona bien, sin abusos, y respetando todo el espíritu de una fórmula jugable con un par de décadas a sus espaldas. Tetris Party se ve beneficiado de la mayor facilidad del multijugador en un sistema doméstico frente a las portátiles (donde hace falta una consola por usuario), y se permite el lujo de hacer pruebas estrambóticas como con la Wii Balance Board.
Su juego en línea (hasta seis participantes) tendría que ser más completo, como el multijugador local, pero no se puede decir que sepa a poco. Nos hubiese gustado más, y creemos que los jugadores más apasionados desearán más igualmente, pero para el público ocasional hay de sobras. Y todo ello, no hay que olvidarlo, por un precio comedido gracias a la distribución digital en WiiWare, lo que lo hace una apuesta mucho más que recomendable.