Análisis de Heron: Steam Machine WiiW (Wii)
Ya hemos hablado en repetidas ocasiones acerca de la curiosa predilección de la plataforma Wiiware por el género puzle. Bueno, o más bien la predilección que los desarrolladores (muchos de ellos independientes) de videojuegos sienten por esta plataforma en particular a la hora de plantear un título simple y adictivo del género mencionado. Quizás sea por la limitación a nivel técnico de la consola, lo que hace que puedan salir dignamente parados juegos de características gráficas y sonoras que a lo mejor no serían bien vistos en las plataformas de nueva generación. O quizás sea, simplemente, a causa del tipo de público que juega a la consola, lo cual, a todas luces, es mucho más probable.
Pero ¿es la consola la que hace al público o viceversa? Seguramente, la elección de una compañía sobre el repertorio de videojuegos que se licencian para una consola sea el factor que determine, en primer lugar, el tipo de público que accede a ella. Por eso, sin lugar a dudas, la Wii es la consola idónea para todo aquel aficionado novel, niño o adulto, que guste de juegos sencillos y sin demasiadas complicaciones, incluso de juegos que sólo sean para pasar el rato durante un lapso corto de tiempo. En defensa de los seguidores de la consola, también contamos con grandes juegos para la misma, y esperemos que próximamente podamos ver una mayor cantidad de juegos enfocados hacia un público más adulto y de mayor gusto por aventuras de gran calibre en su catálogo. Pero, hoy por hoy, los puzles y las recopilaciones de minijuegos, así como los juegos para toda la familia en los que la interacción corporal con el videojuego es lo más importante (véanse, cómo no, juegos de la talla de Wiisports o Wiifit, así como la multiplicidad de derivados que de ambos géneros se han dado en los últimos años).
Por eso, no es de extrañar que un juego como Heron: Steam Machine haya salido para Wii, más concretamente dentro de los lanzamientos mensuales para la plataforma de descarga Wiiware. Curiosamente, es un juego que ha sido lanzado dentro de la tienda Apple para las plataformas iPhone o iTouch, lo que dice mucho de la experiencia de juego a la que nos enfrentamos. La verdad es que, seguramente, el formato portátil le siente mejor al juego, ya que ha sido diseñado para enfrentarnos dentro de él a partidas rápidas y sin más objetivo que el de conseguir la mayor puntuación posible. Pero la posibilidad de disfrutarlo hasta con cuatro jugadores simultáneamente es exclusiva de Wii, lo cual es una buena razón para hacerse con él para la consola en cuestión.
Patos de goma bajo estrés laboral
A base de una serie corta de animaciones dentro de un diseño puramente caricaturesco, se nos relata la historia que da vida al título, aunque ciertamente sea éste un juego que no necesite de ninguna historia para ponerse en marcha. No obstante, la inclusión de un argumento, por nimio que éste sea, es graciosa y predispone al jugador hacia una complicidad con el personaje principal, Ron, el cual irá apareciendo en pantalla cada dos por tres alegrándose de nuestros éxitos o gesticulando nerviosamente cuando la cosa se ponga fea.
Pues bien, el argumento nos pone en la piel del operario Ron, un explotado trabajador de una fábrica de patitos de goma (¿existen fábricas de ese tipo?). Por lo visto, el antiguo jefe y dueño de la fábrica, un bondadoso anciano, se jubila y cede la dirección de la empresa a su maquiavélico hijo (todo visto desde la perspectiva obrera, claro está), el cual quiere aumentar la producción de la fábrica hasta límites insostenibles, haciendo que Ron, por una vez en su vida, trabaje realmente duro. Como parece que Ron es el único responsable del mantenimiento y funcionamiento de toda la fábrica, y visto que no hay sindicato ni comisión de trabajadores que pueda echarle un cable en el ámbito laboral o jurídico, deberemos de ser nosotros, jugadores y buenos samaritanos, los que le ayudemos a que la producción masiva de patos de goma tire adelante.
"Under pressure", como decía la canción...
El juego nos recuerda en muchos aspectos al clásico juego de ordenadores Amiga llamado Pipe Mania, el cual, por otra parte, fue porteado a casi todas las plataformas de ocho y dieciséis bits habidas y por haber, a parte de una edición de recreativa producida por la factoría de sueños LucasArts (en este caso, no era Disney, pero cada uno es libre de soñar lo que le dé la gana) llamada PipeDream. Curiosamente, hará cosa de un año salió al mercado una reedición del clásico para las plataformas de Sony Playstation 2 y PSP que, por cierto, mantenía muy vivo el espíritu del original, ofreciendo una experiencia de juego fresca e intensa, con gráficos y sonido mejorados, claro.
Nuestra misión será, simplemente, ir uniendo entre sí fragmentos de tubería de diferentes colores para unir el extremo izquierdo del panel de juego con el derecho. Tendremos dos tipos de tubería básica: uno recto, que nos permitirá conectar en horizontal o vertical con otra tubería, y otro formando un ángulo recto, el cual nos permitirá formar curvas en todos los sentidos, dependiendo de dónde vengamos y hacia dónde queramos dirigirnos, claro está. La cuestión es que, lo que a primera vista parece sencillo, dada la limitación de piezas a utilizar, se convierte en una tarea realmente estresante debido a la limitación de tiempo (implícita a todo este género de juegos) y al hecho de que contaremos con cuatro contadores diferentes, uno para cada color de tubería.
Deberemos, pues, de estar pendientes de cuatro válvulas en la máquina sobre la cual se dispone el panel de juego. Estas cuatro válvulas vienen diferenciadas por colores, cada uno de los cuales se corresponde con un color de tubería determinado. Así, las tuberías verdes se corresponderán a la válvula de vapor; las amarillas, a la electricidad; las azules al nivel de agua y las rojas a los niveles de aceite. Cuando aparezca un color determinado de tubería en pantalla, el nivel de la válvula correspondiente comenzará a subir. En caso de que consigamos unir ambos extremos de la correspondiente tubería, el índice de presión en la válvula correspondiente bajará, y las piezas utilizadas desaparecerán de pantalla. Esto, cuando sólo aparezcan uno o dos colores en pantalla no resulta extremadamente complicado. No obstante, con cuatro colores en pantalla el reto resulta, francamente, duro de roer.
Por otro lado, claro está, contaremos con bonificaciones de puntuación (en un juego de estas características, era de esperar), los cuales deberemos de conectar con nuestras tuberías para conseguir duplicar los puntos que con su eliminación consigamos. En caso de que unamos más de un multiplicador con la misma tubería, nuestra puntuación se potenciará aún más, pudiendo llegar a multiplicarse hasta ciento veintiocho veces la puntuación original que obtendríamos por una cadena de tuberías de cierta longitud. Tendremos también bonificaciones de tiempo que bajarán la presión de las diferentes válvulas, en caso de que las conectemos con nuestra cadena de tuberías. Éstas vendrán representadas con los símbolos representativos de cada válvula (recordemos: vapor, electricidad, agua y aceite), y nos darán un pequeño respiro dentro de la trepidante experiencia de juego. Por último, contaremos con algunas bombas que, directamente, eliminarán todas las piezas del tablero de un golpe, lo que nos será de mucha ayuda en caso de que no seamos capaces de combinar las piezas que tengamos en un momento determinado para conectar un extremo de la pantalla con el otro.
Colabora con otros operarios
El multijugador del título es uno de sus puntos fuertes, sin duda. En él, el panel de juego se dividirá verticalmente en dos, tres o cuatro partes (dependiendo del número de jugadores que hayamos seleccionado), cada una con un color de fondo determinado. Los jugadores únicamente deberán limitarse al espacio limitado para ellos dentro del panel, por lo que la colaboración entre todos es fundamental para conseguir el éxito en la partida, ya que únicamente seremos responsables de un limitado número de piezas a nuestro cargo.
Conclusiones
Heron: Steam Machine es un título notable de puzle para la plataforma Wiiware que, por el precio por el que se nos ofrece, vale la pena probar, sobre todo por su vertiente multijugador. De gráficos simpaticones y con una música pegadiza, aunque un tanto repetitiva, la principal baza a favor del título es su extrema sencillez jugable y la alta adicción que produce, sobre todo en intervalos cortos de tiempo. Un título divertido, aunque un tanto estresante, no apto para cardíacos o hipertensos.