Análisis de Contra Rebirth WiiW (Wii)

Poco a poco (vamos, en una progresión de poco más de un minuto) todo estará lleno de enemigos y disparos cruzando la pantalla, y hay que tener cuidado. Nuestro objetivo es avanzar, eliminarlos a todo e impedir que nos toquen, pues con un único contacto ya habremos perdido una vida, y el arma que llevemos (salvo si jugamos en el nivel de dificultad más baja).

En ese sentido, es importante llevar el arma apropiada. Podemos tener una en la reserva, y vamos recogiendo las armas que dejan algunos enemigos: la pistola, los misiles dirigidos y el láser son las opciones, cada una de ellas con sus puntos a favor y en contra. Por tanto, tener dos armas que podemos ir intercambiando sobre la marcha nos da un buen abanico de posibilidades para lo que hay que hacer aquí. El láser tiene la ventaja de que atraviesa a los enemigos, así que si vienen en línea o abanico podemos cargarnos a varios con un único disparo si la trayectoria es fija, mientras que la escopeta dispersa el tiro y es más fácil abarcar más enemigos (aunque con menos potencia en los impactos).
Habrá quien prefiera una u otra, en función de su estilo de juego, pero está claro que a dobles suele dar muy buen resultado tener una combinación de una y otra. Del mismo modo, y como decíamos antes, llevamos una siempre en reserva, y hay que tener cuidado porque al morir perdemos el arma que estamos usando; es recomendable, por tanto, recurrir a los viejos trucos de toda la vida, como cambiar de arma en el último segundo para no perder la "buena." En esta entrega, así mismo, no es posible usar dos armas al mismo tiempo, ni tenemos la clásica arma superdestructiva que elimina a todo lo que haya en pantalla, lo que refuerza un poco más la sensación general de dificultad.

Esta nueva entrega es algo corta, mucho, de hecho. Se sustenta en que sus cinco fases son muy rejugables, y el subjefe y jefe final de cada una de ellas son variados, estrambóticos e intensos, por lo que resulta muy divertido. Igualmente, la dificultad es un punto a su favor: realmente no es tan enloquecida ni imposible, pero requiere tiempo para dominar, conocer y manejarse casi a la perfección todo centímetro del escenario. Además, Contra Rebirth apuesta íntegramente por su jugabilidad nuclear, sin variaciones ni distracciones que, tradicionalmente, aportaban algo de variedad a algunas de las entregas previas. Quizás sea por la limitación de espacio de la distribución digital, o quizás sea consecuencia directa de la intención de crear un título que parece claramente destinado a los fans más apasionados de la serie, pero lo cierto es que en todo momento va directo al grano, sin distracciones, y eso, en cierto modo, se agradece y le sienta bien.
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