Análisis Sonic X Shadow Generations, dos aventuras que miran al pasado para hacernos soñar con el futuro (PS5, PC, PS4, Xbox Series X/S, Xbox One, Switch)

Tratar a Sonic X Shadow Generations como una simplemente remasterización es un error. Sí, nos permite rejugar una versión remasterizada de la que para muchos es la mejor entrega 3D que ha protagonizado nunca el icónico erizo, pero también trae bajo el brazo un juego completamente nuevo que por fin hace justicia a la figura de Shadow. Y no, no nos referimos solo a un pequeño extra con el que darle valor añadido al producto de cara a quienes ya jugasen el original, sino de una aventura con entidad propia que se ha convertido, automáticamente, en uno de nuestros títulos favoritos de toda la saga. Pero vayamos por partes.

Sonic Generations: Una buena puesta al día de una de las mejores aventuras de la mascota de Sega

Como acabamos de decir, lo primero que debéis saber es que estamos ante un producto que, en realidad, incluye dos juegos completamente distintos e independientes entre sí a los que podemos acceder desde el primer minuto.

El primero de ellos y el más obvio es Sonic Generations, una remasterización del clásico de 2011 que Sega lanzó para PS3, Xbox 360 y PC como celebración del vigésimo aniversario del erizo.

Al igual que en el original, se trata de una aventura de plataformas que nos lleva a recorrer fases inspiradas en algunos de los niveles más míticos de la historia de la licencia, como Green Hill, Chemical Plant, City Escape o Rooftop Run, permitiéndonos disfrutar de un nostálgico repaso por las diferentes entregas principales que protagonizó Sonic en sus primeros 20 años de vida.

Su peculiaridad más llamativa y celebrada es que cada una de estas fases consta de dos actos distintos: uno protagonizado por el Sonic clásico y otro por el Sonic moderno. Las primeras son de desarrollo lateral y en lo jugable beben directamente de las entregas de Mega Drive, mientras que las segundas alternan secciones 2D y 3D mientras nos permiten avanzar a toda velocidad usando el turbo y los movimientos más característicos del personaje desde los Sonic Adventure en adelante, como el Homing Attack.

Pese a lo que pudiese parecer, el juego hizo un trabajo excelente en ambos casos, reconciliando en un solo título dos formas muy distintas de entender la saga. Una jugabilidad pulida y satisfactoria que nos permite hacer muchas virguerías una vez la dominamos, un diseño de niveles fantástico, rejugable y repleto de momentazos, rutas alternativas y secretos, una buena cantidad de contenidos y un apartado audiovisual muy competente y espectacular fueron sus principales señas de identidad. Virtudes que, por supuesto, se han mantenido intactas en esta versión.

Como remasterización, lo cierto es que no hay mucho que decir, ya que Sonic Team ha preferido limitarse a actualizar sus gráficos a las resoluciones actuales, estandarizar las 60 imágenes por segundo en consolas e introducir pequeños retoques o mejoras de calidad de vida. Entre las novedades más destacadas, tenemos que señalar que ahora ambas versiones de Sonic pueden utilizar el Drop Dash, un movimiento que se introdujo por primera vez en Sonic Mania que nos ha permitido optimizar nuestros tiempos y rutas respecto a la versión original y al que le hemos sacado bastante partido, ayudando a que el desarrollo de las partidas sea más fluido, frenético y satisfactorio que antes si cabe.

Además, ahora cada fase esconde tres Chao que tenemos que rescatar, un nuevo tipo de coleccionable que se suma a los anillos rojos. Eso sí, ya os vamos avisando de que están tremendamente bien escondidos y que dar con algunos de ellos nos ha costado muchísimo, ya que se camuflan con el entorno, se ocultan en sitios completamente insospechados y su pequeño tamaño hace que sean bastante difíciles de ver. Al menos, si os desesperáis buscándolos, hay un sistema de pistas en la galería que os puede orientar para acotar las búsquedas.

También hay un buen puñado de cambios menores, como un nuevo sistema de control estándar que replica la disposición de botones de Sonic Frontiers (si lo preferís, podéis seguir jugando con el esquema clásico) o diversas mejoras en la interfaz como que nos indiquen cuál de los cinco anillos rojos de una fase acabamos de conseguir durante el transcurso de un nivel. Y sí, ahora el sistema de vidas es completamente opcional y está desactivado por defecto.

Curiosamente, también se han retocado algunas secuencias de vídeo y ciertos diálogos han sido reescritos por Ian Flynn con el particular estilo repleto de referencias que lo caracteriza, pero la historia como tal no se ha alterado y se han mantenido sus frases más recordadas, como Eggman lamentando que ya nadie lo llama Robotnik. Por supuesto, esto ha obligado a regrabar muchas escenas, lo que en el caso de España ha implicado cambiar la voz de Sonic para que Ángel de Gracia, su actor habitual en los últimos años, se encargue de interpretarlo.

Como veis, se trata de una remasterización que se limita a actualizar el juego a los estándares actuales para que siga siendo igual de disfrutable hoy que hace 13 años. Por pedir, nos habría gustado que se hubiesen revisado algunos de los combates contra jefes (lo más flojo del juego) y que se hubiese incluido la versión de Sonic Generations para Nintendo 3DS, un título muy reivindicable que habría supuesto la guinda del pastel, pero en líneas generales se ha hecho un buen trabajo y el título luce realmente bien en pantalla y es más agradable a los mandos. Lo único realmente negativo es que nos hemos topado con algunos errores de programación un tanto extraños que nos han hecho perder valiosos segundos e incluso nos han llevado a sufrir alguna que otra muerte bastante absurda. No es que sean muy habituales, pero ahí están.

Shadow Generations: El juego que la forma de vida definitiva se merecía

Pero aunque Sonic Generations siga siendo un juegazo muy recomendable, el auténtico atractivo de este nuevo lanzamiento lo tenemos en Shadow Generations, un título completamente nuevo que se ha hecho en exclusiva para la ocasión y que es mucho, mucho más de lo que podría parecer en un principio.

Para que os hagáis una idea de su nivel de ambición, basta decir que ha sido desarrollado con un motor distinto para no quedar limitado por el del original, lo que ha permitido al Sonic Team sacarle partido a las posibilidades tecnológicas de la actualidad para crear el que es, sin lugar a dudas, el juego más espectacular y potente a nivel gráfico de toda la saga.

Como su propio nombre indica, esta nueva aventura está protagonizada por Shadow y se desarrolla en paralelo a los acontecimientos que tienen lugar en Sonic Generations. No vamos a decir nada sobre su historia para evitar destripes, pero sí que podemos confirmaros que nos ha gustado mucho el tratamiento que se le da a la figura de su protagonista, ahondando en su pasado, sus traumas y su forma de encarar el futuro y afrontar su dolor, dejándonos para el recuerdo algunas escenas que como fans de la saga nos han resultado especialmente emotivas y significativas.

Por supuesto, la trama principal como tal es muy sencilla y simple, pero está bien escrita y las conexiones que hace con la historia del juego de 2011 están muy bien planteadas para que todo encaje. Además, las secuencias de vídeo tienen una factura brillante y digna de una buena película de animación, por lo que son todo un gustazo de ver.

Centrándonos en el juego como tal, lo primero que llama la atención es el control tan perfecto que tiene Shadow. La forma en la que gira lo hace mucho más preciso que Sonic en cualquiera de sus juegos, las físicas son geniales y los saltos nos dan un control aéreo realmente bueno. Sí, el control se dificulta cuando vamos a toda velocidad (algo lógico y normal), pero jamás nos habíamos sentido tan cómodos a los mandos con un título 3D de la serie.

Lo mejor de todo es que la forma de vida definitiva no es un simple clon del Sonic moderno como ocurría, por ejemplo, en Sonic Adventure 2. Esta vez Sonic Team se ha esforzado en darle sabor propio para que jugar con él sea una experiencia muy distinta. Para ello, le han dado una serie de poderes únicos que hacen que en lo jugable sea un personaje bastante más complejo y con un mayor nivel de profundidad.

Para empezar, tiene doble salto, su Homing Attack es un teletransporte que le permite atravesar obstáculos sin ser dañado, puede usar el Chaos Control para detener el tiempo (¡incluso el del cronómetro!) y crear nuevas rutas, tiene un impulso en el aire y la capacidad de lanzar rayos de energía para activar interruptores y derrotar enemigos, puede surfear por el agua y fundirse sobre ciertas superficies y puede lanzar enemigos de una patada a lugares muy lejanos para teletransportarse al lugar en el que impacten. Y por si todo esto no fuese suficiente, en los compases finales aprendemos incluso a volar.

Obviamente, todos estos poderes no están disponibles desde el principio, pero todas las fases han sido diseñadas con ellos en mente para que estemos constantemente sacándoles partido, lo que hace que la experiencia de juego sea divertidísima. Y ya que mencionamos el diseño de niveles, decir que las pantallas que hemos jugado aquí nos han parecido las mejores que se han hecho jamás para una entrega tridimensional de la saga.

Estas siguen la línea vista en Sonic Generations y hasta se replica su modelo dos actos por zona, con uno tridimensional y otro de avance lateral (salvo una excepción). No dejan de ser unos niveles por los que avanzar a toda pastilla hasta llegar a la meta, pero el esfuerzo que ha puesto en ellos el estudio de desarrollo es digno de elogio.

Como decimos, nos obligan a usar constantemente todas nuestras herramientas para encadenar una acrobacia tras otra y crear nuevas oportunidades que nos permitan tomar desvíos y nuevas rutas, ya sea para atajar y recortar segundos al cronómetro o para llegar hasta nuevos secretos. La clave está en que, precisamente, los poderes de Shadow han permitido que el Sonic Team se haya podido desmelenar y crear toda clase de nuevas e inéditas situaciones, así como introducir más mecánicas y, sobre todo, muchísimos más caminos alternativos que nunca.

Durante las partidas no paran de suceder cosas en pantalla y a poco que estemos un poco atentos vamos a encontrar montones de oportunidades para recortar segundos con algo de ingenio. ¿Nos bombardean con misiles? Activa el Chaos Control y úsalos como plataformas improvisadas para evitar el peligro y llegar a esa plataforma suspendida en el aire a la que parecía que no se podía llegar.

Son fases complejas y muy bien estudiadas que quieren tenernos constantemente activos y atentos haciendo uso de nuestras habilidades en vez de limitarnos únicamente a pulsar el botón de turbo. Además, son un auténtico espectáculo y están repletas de sorpresas, mecánicas únicas y momentos inesperados que cambian las reglas del nivel, como ciertas secciones en las que el mundo comienza a transformarse en tiempo real a nuestro alrededor. Por cierto, también nos ha llamado lo atención lo largas que son la mayoría, bastante más que las de Sonic Generations, con muchos niveles poniendo la marca del rango S en los 5 minutos.

Al igual que en el juego de 2011, estas pantallas están inspiradas en las de otros juegos de la saga, aunque la selección no nos ha parecido tan buena, quizá por la falta de apego nostálgico que sentimos por muchas de ellas a excepción de Space Colony ARK y Radical Highway de Sonic Adventure 2. Revivir fases de Sonic 2006 o Sonic Forces como Kingdom Valley o Sunset Heights respectivamente no es que sea lo que más nos entusiasme, Rail Canyon dista de ser de nuestras zonas favoritas de Sonic Heroes y aunque nos ha gustado que Sonic Frontiers tenga su representación con Chaos Island, no es precisamente el escenario más memorable de la saga. Quizá por eso, tenga el doble de mérito que hayan conseguido hacer unos niveles tan rematadamente buenos con la base que se ha usado.

En total, hay seis zonas con dos actos cada una, algo a lo que debemos sumarle un buen puñado de niveles de desafío que nos proponen cumplir diversos retos ambientados en secciones concretas de las pantallas principales. Y sí, tampoco os van a faltar jefes a los que derrotar, los cuales nos han ofrecido algunas de las mejores batallas de toda la serie. Son espectaculares, épicos, tienen una puesta en escena de lujo, mecánicamente son muy variados y cuentan con numerosas fases distintas, algo que alcanza su culmen en el increíble duelo final, donde el Sonic Team lo ha dado todo para terminar la aventura por todo lo alto.

Más allá de las fases principales, los niveles de desafío y los jefes, tenemos que destacar el hecho de que Shadow Generations introduce una zona central que nos ha recordado mucho a las islas de Sonic Frontiers. Se trata del Espacio Blanco, una gran zona abierta que podemos explorar a placer y donde encontraremos las puertas que nos llevan a cada una de las pantallas. No es especialmente grande, pero está repleta de coleccionables y pequeños desafíos que la convierten en un campo de juego muy entretenido en el que podemos poner en práctica nuestras habilidades mientras intentamos buscar la forma de llegar a los sitios.

Como decimos, hay montones de coleccionables que sirven para desbloquear nuevos contenidos para la galería e incluso canciones para personalizar la música de cada fase, aunque no nos va a bastar con encontrar los cofres en los que se ocultan, ya que para abrirlos necesitamos unas llaves que se consiguen en las fases, dándonos así un incentivo para que las rejuguemos y exploremos todos sus caminos.

Nuestra mayor pega aquí es que una de las misiones opcionales que nos encargan, consistente en encontrar 80 tornillos por que hay repartidos por todo el lugar, acaba teniendo una recompensa muy decepcionante para lo laboriosa que resulta, pero quitando esto, nos lo hemos pasado bastante bien corriendo a toda pastilla y realizando toda clase de acrobacias por esta zona mientras íbamos de un sitio a otro, completábamos pruebas a contrarreloj y descubríamos nuevos secretos.

Por cierto, ya que hemos mencionado la galería, decir que es una auténtica pasada la cantidad de bocetos y artes que hay tanto de Shadow Generations como de los títulos anteriores en los que ha aparecido este sombrío erizo. También hay resúmenes de la historia del personaje que nos cuentan lo que hizo en entregas previas, una interesante reproducción del diario de Gerald Robotnik y un reproductor de música y vídeos.

Todo esto nos lleva a la gran pregunta: ¿Cuánto dura realmente esta nueva aventura? Aunque el título intenta alargar las cosas un poco de manera un tanto artificial al obligarnos a jugar los niveles de desafío para desbloquear las llaves de los jefes (esto es algo que ya hacía Sonic Generations, pero de un modo más comedido), la historia principal puede completarse perfectamente en cerca de tres horas si vais muy al grano.

Ahora bien, si queréis sacarle el máximo partido a sus contenidos, conseguir todos los coleccionables sin usar guía y obtener los rangos S de cada pantalla, la cosa se dispara fácilmente hasta las 10 y 12 horas, una cifra bastante respetable que, sumada a las 15 o 18 horas que nos puede llevar hacer lo mismo en Sonic Generations, acaba por dejarnos un producto muy completo.

En lo que respecta a su apartado gráfico, tal y como hemos comentado ya, hace gala de un nuevo motor que ha permitido que nos deleiten con modelados mucho más trabajados y cuidados (el de Shadow es simplemente perfecto), unas animaciones muy por encima de la media de la saga y escenarios más amplios y detallados. Además, cuenta con algunos efectos muy sorprendentes y todo luce a un nivel realmente bueno. Si nos detenemos a fijarnos bien, veremos alguna que otra textura un poco irregular, pero considerando que estamos hablando de un título en el que nos movemos a velocidades de vértigo, no es algo que afecte lo más mínimo a la espectacular impresión visual que transmite en todo momento.

Repetimos: en términos puramente visuales, es el juego más potente que se ha hecho nunca en la saga y no hay ninguna otra entrega que pueda competir con él en cuanto a espectáculo y puesta en escena, y la distancia de dibujado en el Espacio Blanco se ha aumentado considerablemente frente a las zonas abiertas de Sonic Frontiers para evitar el constante y molesto popping que sufría aquel título.

Como dato adicional, en PS5, la versión que hemos jugado, hay modo Rendimiento y Calidad. Obviamente, os recomendamos encarecidamente que juguéis en Rendimiento, ya que los 60 fps aquí son innegociables y, nosotros al menos, no hemos sido capaces de apreciar diferencias visuales notables entre uno y otro.

Del sonido también solo tenemos buenas palabras, ya que la banda sonora es una absoluta maravilla, con nuevas y geniales remezclas de temas clásicos que no han parado de deleitar nuestros oídos. Además, podemos desbloquear una ingente cantidad de melodías y canciones de otras entregas para escucharlas durante nuestras partidas. Los efectos también están a un gran nivel y son tan reconocibles como siempre, mientras que el doblaje español nos ha gustado mucho, con voces bien escogidas e interpretaciones muy convincentes. Solo nos ha fallado cierto personaje femenino clave que nos ha dejado un tanto fríos y no ha conseguido transmitirnos todo lo que debería.

Conclusiones

Sonic X Shadow Generations es un juego prácticamente imprescindible para cualquier fan de este icono de los videojuegos. No solo incluye la remasterización de una de sus mejores entregas hasta la fecha, sino que también nos sorprende con una aventura completamente nueva que con su calidad nos ha hecho soñar con el futuro y desear que tuviese el doble de fases.

Sega fracasó a la hora de hacer justicia a Shadow con el juego que le dedicó en los 128 bits, pero ahora el Sonic Team ha conseguido redimir a este querido personaje por todo lo alto dejándole protagonizar las mejores fases que hemos jugado hasta la fecha en una entrega 3D de la saga. Además, sus nuevos poderes hacen que goce de una jugabilidad mucho más divertida y profunda que la del propio Sonic, los controles están más pulidos que nunca, el Espacio Blanco funciona bastante bien como mundo central, los jefes son epiquísimos y su historia, dentro de su sencillez, está bien escrita y ha sabido emocionarnos.

Si el siguiente juego principal del erizo azul consigue mantener el nivel de calidad, espectacularidad y complejidad de los niveles de Shadow Generations a la vez que termina de pulir la fórmula de zonas abiertas de exploración libre que vimos en Frontiers y con la que aquí han seguido experimentando y probando ideas, estamos convencidos de que ese gran futuro del que Sonic nos habló en 2011 está más cerca que nunca de hacerse realidad.

Hemos escrito este análisis gracias a un código de descarga para PS5 que nos ha facilitado Cosmocover.