Análisis de Vampire Rain: Altered Species (PS3)

El sol cae lentamente y la inquietante oscuridad trae consigo un sangriento caos que está diezmando a la población tal y como la conocemos. Tras más de un año respecto a su salida en Xbox 360, Vampire Rain Altered Species regresa con sus características intactas, y con ello, la terrorífica realidad de Artoon e Ignition Entertainment fija su violento argumento sobre la máquina de Sony, retomando nuevamente una fórmula en la que algunos de sus componentes más básicos no terminan de mezclarse de manera correcta. Poseedores de una naturaleza sobrenatural, el implacable ejército de vampiros avanza firme entre la incesante lluvia.

Miedo nocturno

A modo de retrospectiva, la perturbadora secuencia inicial nos muestra los efectos adheridos a la creciente masividad de vampiros en nuestra sociedad, monstruosidades sin piedad que están acabando con la vida de los seres humanos. Cada año, millones de personas mueren a manos de estas horribles criaturas, ocultando los incidentes a la opinión pública por parte del gobierno, y tratando a las víctimas simplemente como desaparecidos.

Tras casi cien años negando la realidad, la situación ha tomado un cariz de crisis insostenible que precisa ser erradicada de raíz, por lo que el gobierno de los Estados Unidos crea un nuevo departamento dentro de la AIB. Conocido como el departamento americano de la información, la AIB es una organización secreta diseñada y entrenada para recolectar y analizar toda la información concerniente a las posibles amenazas terroristas, ya sean de carácter nacional o internacional, y que tengan como objetivo poner en peligro la seguridad pública. Así, pasaremos a formar parte del Equipo de Eliminación de Nightwalkers, apelativo con el que se identificará a los inmortales vampiros.

En lo que a nosotros concierne, nos enfundaremos en la piel de John Lloyd, un antiguo miembro de las fuerzas especiales, que por su condición de único superviviente en un incidente pasado contra los vampiros, constituirá una pieza clave en el entendimiento de los Nightwalkers. Gracias a sus habilidades de combate avanzadas, John compartirá cartel con un veterano soldado que desempeñará el papel de líder, junto a dos compañeros más expertos en materias de comunicación y armas de largo alcance.

Correctamente narrada, la trama de la aventura supondrá uno de los pocos puntos fuertes del título, desgranando de manera eficaz multitud de datos esclarecedores que darán cuerpo al guión, al tiempo que se van conociendo más detalles acerca de la naturaleza de esos vampiros y sus verdaderas intenciones.

Probando suerte

Metido en faena, la jugabilidad en Vampire Rain Altered Species bebe en gran medida de títulos como Splinter Cell o Metal Gear Solid, adaptando para la ocasión una estrategia obligatoria de infiltración y sigilo.

De esta forma, nuestra omnipresente tarea final pasará siempre por localizar y destruir a todos los engendros nocturnos con pocas ganas de conversar. Para ello, el equipo formado por los cuatro miembros irá recibiendo instrucciones procedentes de los altos mandos de la organización, teniendo que capturar diferentes objetivos secundarios hasta terminar en el punto de encuentro.

Por desgracia pero, la rica diversidad de situaciones propias del bueno de Sam Fisher o Snake encuentran aquí una mecánica de ensayo y error tan excesiva, que puede incluso llegar a desesperar al jugador por momentos.

Y es que debido a los seres inmortales a los que nos enfrentamos, en caso de ser descubiertos por un Nightwalker nuestra barra vida comenzará un repetitivo e inevitable viaje hacia el punto de control más próximo, contemplando impotentes cómo la criatura nos descuartiza en un par de golpes letales.

A efectos prácticos, el armamento disponible en nuestro inventario será de nula utilidad a la hora de hacer mella sobre nuestros poderosos enemigos, por lo que en cuanto se percaten de nuestra presencia, no existirán rutas de escape, medidas de defensa, o posibilidad alguna de acribillarlos a balazos, tan solo, una frustrante muerte.

Con tal de no ir desnudos de cara a la batalla, nuestro equipamiento de visor contará con un dispositivo especial llamado necrovisión, un sofisticado artilugio que a través de un análisis de las moléculas de gas que desprende la piel, nos facilitará la distinción entre humanos y criaturas. Además, no faltarán a la cita una modalidad de visión nocturna, ideal para localizar el peligro en la penumbra, y una mira telescópica para ver con claridad objetos que se encuentren en la lejanía.

Unidas a nuestros progresos, las abundantes secuencias de video ayudarán a mantener vivo el hilo argumental, pudiendo volver a visionarlas tantas veces como se nos antoje desde el modo galería. Casi siempre de contenido explícito, estas violentas secuencias reflejarán la despiadada metodología del enemigo al que nos enfrentamos, dejando claro que Vampire Rain Altered Species puede llegar a ser poco recomendable para los más pequeños de la casa.

Retomando nuestras incursiones nocturnas, la excesiva mecánica de ensayo y error a la que aludíamos puede llegar a despertar una molesta sensación de impaciencia en el jugador, enturbiando así la experiencia de juego. A primera vista, los múltiples caminos para llegar al punto de final de pantalla supondrán varias rutas para avanzar, nada más lejos de la realidad al comprobar como calles y demás accesos del escenario estarán bloqueados por muros invisibles. Esto, unido al armamento menos efectivo que seamos capaces de imaginar frente a nuestros rivales, dará como resultado una tónica de intentos reiterados poco atractiva a la hora de mantenernos pegados a los mandos de nuestra consola.

Para más inri, los pocos caminos que se descubran como alternativos en una primera impresión, no serán más que nidos infestados de vampiros que nos mandarán de vuelta al último guardado más cercano que hayamos efectuado.

John Snake

Tal y como apuntábamos al inicio, la práctica totalidad del título consistirá en pasar desapercibidos a la vista y olfato de los Nightwalkers, con lo que los movimientos del personaje irán acordes a la tarea. De este modo, siempre que el radar nos alerte de la molesta presencia enemiga en las cercanías, podremos pegar nuestra espalda en la pared para asomar levemente la cabeza por la esquina y tasar la situación. A esto, movimientos como andar encorvado o tumbarse para reptar se darán la mano con saltos de tirolina, encaramientos por tuberías, o deslizamientos por cornisas, contemplando un abanico de opciones muy similar a cualquier título de infiltración en el mercado.

En cuanto al sistema de apuntado, la cámara se situará sobre el hombro del personaje, dejando ver una retícula verde para enfilar a nuestro objetivo. Cabe destacar, que nada más a partir de mitad de juego, y solo en según que momentos puntuales, nuestro curtido John contará con la opción de manejar armas más devastadoras que conseguirán hacer blanco sobre las criaturas, pudiendo sentir una satisfacción efímera a la hora de despachar felizmente a todos y cada unos de los vampiros que osen ponerse por delante. Posteriormente pero, y para desgracia de la diversión sin pretensiones, la rutina volverá a llamar a nuestra puerta.

Referente a la naturaleza de los Nightwalkers, su multiplicación será posible gracias a los seres humanos que caigan en sus manos, alimentándose de su sangre, y agrandando así las filas de este peculiar ejército de las tinieblas. No obstante, a cada grupo le corresponderá un individuo principal, una especie de coronel al mando que podrá capitanear al resto de sus infectados. Bastante más inteligente, la destrucción de este asesino principal supondrá la única llave rápida y eficaz para acabar con los vampiros creados a partir de un mismo vampiro, viendo sus cuerpos reducidos a cenizas al tiempo que perece dicho líder.

Experiencia limitada

Ya en su primera aparición en la máquina de Microsoft, Vampire Rain adolecía de un apartado técnico nada destacable, más propio de la generación anterior y nulamente acorde en cuanto virguerías visuales. Por infortunio, el tiempo que ha transcurrido hasta su versión para PlayStation 3 le supone un flaco favor, consiguiendo un conjunto visual que se ruboriza de manera constante frente a los grandes de la consola.

La cantidad considerable de debilidades se hace palpable en unos modelados de los personajes muy pobres, tanto en aliados como enemigos, con unas animaciones excesivamente simples que tan solo despuntarán remotamente a la hora de sufrir el implacable ataque de alguno de los vampiros. Por su parte, la oscuridad y la lluvia serán una constante a lo largo de toda la aventura, camuflando sin éxito unos entornos urbanos dotados de texturas planas en sus edificios y una acusada ausencia de objetos con los que poder interactuar. Y es que transcurridos unos minutos contemplando el juego en cualquiera de sus niveles, el hecho de existir títulos de generación pasada mucho más trabajados en lo que al aspecto gráfico se refiere, crea una amarga sensación de dejadez en su desarrollo interno que se hace innegable.

Más para mal que para bien, la probabilidad de estar jugando a un título poco notable y de hace cinco años se torna una dolorosa realidad tangible de la mano de este caza demonios. Por si fuera poco, el apartado sonoro de Vampire Rain Altered Species nos deleitará auditivamente por su ausencia, aderezando las tareas de infiltración con pistas sin ningún tipo de carisma o ritmo para los oídos.

Policías y ladrones

Sin llegar a ser algo espectacular, resulta irónico que la modalidad multijugador en línea se sostenga por si sola, siendo mucho más accesible que el modo de campaña principal. Respecto al Vampire Rain original, el número de mapas multijugador ha aumentado de cuatro a nueve, manteniendo el total de ocho participantes al unísono compitiendo en la misma modalidad.

En torno a esas modalidades, las opciones irán desde el clásico duelo a muerte, centrado en la obtención de puntos a base de eliminar a cualquier rival, así como la variante duelo a muerte por equipos, donde podremos elegir nuestras preferencias a la hora de encarnar a un humano a o una criatura de la noche. A su vez, el divertido modo muerte o criaturas nos permitirá transformarnos en un poderoso Nightwalker, estado que nos valdrá para ganar bonificaciones extra al derrotar a varios jugadores humanos sin ser acribillados a balazos.

Cabe resaltar, que a diferencia del uso que se le dan en el modo aventura, aquí las armas si que serán de vital importancia, obligándonos a no perder de vista nuestra munición para poder seguir aumentando nuestro contador de muertes. Finalmente, el no menos clásico captura la bandera también hará acto de presencia, lidiando al mismo tiempo con una variante en la que deberemos mantener la posesión de nuestro estandarte, representado en este caso por una llama.

Sumándose aparte del multijugador, y salvando las diferencias, las denominadas fases de prueba estarán repletas de desafíos especiales a los que podremos enfrentarnos tantas veces como queramos, guardando cierta similitud con las famosas VR Missions propias de la saga Metal Gear Solid.

Como si la lluvia del título trascendiera a más, Vampire Rain Altered Species crea un desafortunado charco que lo cubre a si mismo de manera considerable, empapándolo hasta los huesos de un desarrollo interno que poco o nada conoce acerca de los grandes valores de producción. Como resultado, el intento de Artoon por mezclar dos géneros como el sigilo y el terror crea una aventura de popularidad muy limitada, tan solo recomendada para aquellos jugadores que se puedan sentir atraídos por su mecánica, y por descontado, de un interesante argumento al que en absoluto le acompañan el resto de sus apartados. Violento de digerir, el gélido aliento de la muerte es un plato no apto para estómagos sensibles.