Análisis de The War of the Worlds PSN (PS3, Xbox 360)
Hay algo especialmente atractivo, incluso magnético, en las historias clásicas de ciencia-ficción, como el veteranísimo La guerra de los mundos, que ha dado lugar a famosas adaptaciones cinematográficas y radiofónicas y que da ahora el que parecía su salto definitivo a los videojuegos. Para este proyecto se parte, además, no de la última revisión fílmica, sino del clásico literario con un imaginario visual heredero en muchos sentidos de la película de 1953.
Que este juego, War of the Worlds, busque sus raíces en el libro de Wells y en la película clásica Haskin, le confiere un encanto que se ve reforzado en su ambientación.
Este aspecto de creación de atmósfera en el juego se ve potenciado muy especialmente por la voz narradora que extrae fragmentos de la novela y nos va poniendo en situación.
Se le puede achacar que no esté doblado (aunque la traducción mediante subtítulos nos ha parecido muy acertada), pero la voz de Arthur, el protagonista, es un préstamo de Patrick Stewart, actor famoso por su papel de Jean Luc Picard en Star Trek: The Nex Generation o el profesor Xavier en X-Men. Aporta un enorme valor de producción al juego y ya os adelantamos que es lo mejor que hay en todo el título.
Otro punto muy acertado es la concepción plástica del juego, jugando con los blancos y negros muchas veces, pero sin rechazar el color que, cuando aparece, confiere una estética que hace que nos parezca estar ante unas ilustraciones. El trabajo artístico nos ha gustado mucho, aunque exige reajustar más de lo normal la configuración de la pantalla y la del juego para conseguir un buen contraste en la imagen. Esto es un problema no tanto por la gama cromática, sino porque el personaje protagonista es bastante pequeño y cuesta verlo.
Se basa, en el terreno jugable, en una experiencia de plataformas bidimensional que capta en muchas ocasiones la tensión de la invasión marciana y la indefensión de un hombre de a pie que debe huir para salvar su vida y, en el proceso, intentar salvar a su prometida y el hermano pequeño de esta.
Sin embargo, hay que tener en cuenta que su concepción de la dificultad puede resultar enervante para muchos jugadores, ya que se trata de un plataformas exigente para el usuario, que morirá una y otra vez. Esto refuerza esa sensación de indefensión, sí, pero sucede en buena medida porque el control no responde de manera apropiada ni el personaje tiene una animación fluida y preparada para la jugabilidad que se ha diseñado.
Sería normal que un gran salto supusiera un esfuerzo, o que el diseño de las mismas estuviera ajustado para conseguir una gran dificultad, pero esto no siempre es así. En muchas ocasiones morimos porque el control, simplemente, no es fiable. Esto se percibe claramente en el salto como en la respuesta analógica de la palanca, que es imprecisa e incluso en ocasiones nos puede llevar a ejecutar movimientos que no deseamos, con independencia de nuestra experiencia acumulada en el título.
La combinación de jugabilidad elevada con un control impreciso resulta en un título que es claramente problemático, no por exigente para el jugador, sino porque es frustrante. Incluso hay situaciones en las que la única manera de avanzar es usar el método de prueba y error, aprender por dónde y cuándo saldrán los peligros, e ir avanzando casi pasito a pasito. Esto se agrava cuando tenemos en cuenta que la distribución de los puntos de autoguardado no siempre parece muy lógica.
Eso hace que en algunas ocasiones haya que recorrer secciones amplias del nivel que estamos jugando hasta llegar al punto fatal, algo que apenas se percibe en el primer tramo del juego, pero sí cuando ya hemos superado la mitad de la aventura.
Todo esto hace que The War of the Worlds destaque muy positivamente en su trabajo y producción artística, mientras el diseño jugable se percibe torpe y mal ejecutado, lo que probablemente dará pie a sensaciones enfrentadas. Mientras el juego funciona, resulta una experiencia muy satisfactoria pero, por desgracia, su tendencia a estrellarse con sus propios errores es demasiado habitual y se hace cada vez más evidente al ir avanzando. Esto también hace que la experiencia sea, curiosamente, mejor al principio que al final, algo que no suele ser un buen indicativo.
Conclusiones
Como vemos, The War of the Worlds se ve afectado por una serie de problemas que hacen que la jugabilidad sea repetitiva por machacar al jugador, no solo a través de un diseño de niveles duro y difícil, sino por lo mal ajustado de su control. Lo que consigue en la ambientación es un gran trabajo que se viene abajo por la mala experiencia que ofrece. Si le perdonamos lo mal ajustado de la experiencia de juego, nos quedamos con un juego de gran ambientación que puede resultar apasionante para los aficionados a esta temática; pero como juego de plataformas, no funciona.