Análisis de Mercury HG PSN (PS3, Xbox 360)
¿Te parecen, o parecían, aburridas las clases de química? A nosotros personalmente tenemos que reconocer que sí, nunca nos llamaron demasiado la atención todos esos elementos, sus propiedades o aquellos complejos experimentos con las probetas y la exhaustiva precisión que se requería en cada momento, si no querías liar alguna gorda. Pues bien, y si ahora os decimos que uno de esos elementos ha dado origen a un interesante y original juego de puzles, ¿nos creeríais? Seguid leyendo.
Bueno, realmente original, no es la idea. Este tipo de juegos basados en el mercurio, y sus propiedades químicas llevan ya unos cuantos años circulando por algunas de nuestras consolas. El primer juego fue lanzado en el 2005 para PSP sorprendiendo, entonces sí, por su originalidad y frescura, y creando una mini saga, que años después llegó también a PS2 y Wii, con distintos sobrenombres. Pese a todo, estamos seguros que los más veteranos del lugar enseguida recordarán una recreativa llamada Marble Madness basada en un concepto parecido y que triunfo en los salones de juego a mediados de los 80.
Volviendo a la actualidad, han sido Eiconic Games, un pequeño estudio británico especializado en juegos descargables, los elegidos por Ignition Entertainment, los productores de muchos de los juegos de la saga, para actualizar este interesante juego que hace pocos días se ha lanzado para Xbox Live, y PlayStation Network, a un precio realmente interesante.
Recordando las propiedades del mercurio
El funcionamiento es sencillo, aunque en este caso, es casi imprescindible que pasemos por el habitual tutorial, consistente en unos cuantos niveles donde aprenderemos casi todo lo necesario para disfrutar del juego. Nuestro objetivo es conducir una bola de mercurio, en estado líquido, por un peculiar laberinto hasta conseguir llevarlo a un destino marcado. Los controles son igual de sencillos ya que un stick controlará la cámara de juego, mientras que con el otro manejaremos la inclinación del escenario, lo que hará que la bola se desplace hacia un lado, o hacia otro, pudiendo seleccionar a nuestro gusto que stick hará cada función. Un método de control sencillo de manejar, pero que requerirá bastante precisión según se vayan complicando los niveles.
El estado líquido de nuestra bola de mercurio es, en general, bastante compacto, aunque puede darse el caso, y de hecho, se dará bastante a menudo que se desprendan partículas de nuestra bola sin quererlo nosotros al acercarnos peligrosamente a un borde, o que, seamos nosotros los que necesitemos separarla, para por ejemplo, pintar cada porción de un color, y posteriormente mezclarlos. Afortunadamente dispondremos de un botón que al pulsarlo conseguirá que las distintas partículas de mercurio se agrupen, a costa de hacer que el tiempo pase más deprisa.
En los escenarios encontraremos varios tipos de herramientas con las que tendremos que familiarizarnos lo antes posible, como los pigmentadores que pintarán nuestro mercurio de un cierto color, el "Magnetrón" que atraerá y retendrá la bola en su centro, o el "anti-Magnetrón" que la repelerá empujándola peligrosamente hacia los bordes del precipicio. Los niveles estarán repletos de interruptores que se activan por colores, plataformas fijas, o móviles, pendientes, o partes afiladas que cortaran nuestra bolita como si fuera un trozo de jamón, y todo tipo de obstáculos que harán que cada nivel sea un auténtico desafío.
Exploración, Bonus, y Desafío
El modo principal de juego se denomina Exploración y tiene el original diseño de una tabla periódica, donde cada elemento será un nivel distinto hasta un total de 60, divididos en grupos que tendremos que ir desbloqueando. Cada nivel tiene tres objetivos distintos que cumplir. El primero es conseguir mantener agrupada una cierta cantidad de mercurio cuando llegamos al final del nivel. El segundo es cumplir el nivel en un tiempo determinado, mientras que el tercero es recoger cierto número de átomos repartidos por el nivel.
Afortunadamente solo tendremos que cumplir uno de los objetivos para poder pasar al siguiente nivel, aunque para conseguir desbloquear el siguiente grupo de niveles tenemos que conseguir un cierto número de objetivos. En la mayoría de los casos obtener los tres a la vez es casi imposible, pero podremos repetir los niveles tantas veces como necesitemos, centrándonos cada vez en un objetivo. La dificultad de los niveles va subiendo de forma exponencial, aunque en la mayoría de ellos es relativamente sencillo, obtener, al menos uno de los objetivos, echo que se agradece ya que de esta forma no nos bloquearemos en ningún nivel. La única penalización en este caso será la merma en nuestra puntuación de cara a los habituales rankings online, donde también aparecerá el número de intentos.
Estos rankings online, junto con la posibilidad de descargarse los recorridos fantasmas de los mejores jugadores de cada nivel, son las únicas posibilidades a nivel online del juego. Un aspecto que se queda muy pobre, y donde se podrían haber incluido algún tipo de modo de juego cooperativo, o competitivo, tanto local como online. Eso sí, el juego viene preparado para la descarga en un futuro de nuevos packs de niveles, imaginamos de pago.
Existen otros dos modos de juego más cortos denominados Desafío, y Bonificación, que siguen el mismo estilo de juego con pequeñas limitaciones. Desafío se compone de 10 conjuntos de niveles en los que el único objetivo es llegar a la meta con el 100% del mercurio agrupado, mientras que los niveles de bonificación, 20 en total, mezclan varios de los objetivos en un mismo nivel complicando mucho su resolución.
Sencillez y calidad
El aspecto técnico es, dentro de su lógica sencillez, uno de los grandes aciertos de este juego. Tanto los menús principales, como las tablas donde seleccionamos los niveles, incluyendo la gigantesca tabla periódica del modo exploración, están diseñados con un gusto exquisito, destacando su claridad y sencillez. Los gráficos de los niveles mantienen la misma sencillez, y calidad, y destaca sobre todo la sensación de profundidad que tendremos en todo momento.
El juego dispone de una banda sonora, corta, pero de alta calidad, compuesta de temas tecno, a los que, además, podremos añadir las canciones que tengamos en nuestro disco duro, y comprobar cómo suenan bajo el ritmo que les imponen los distintos niveles. Como suele ser habitual en casi todos los juegos de Xbox Live Arcade, todos los textos del juego están traducidos al castellano.
Conclusión
Pese a que no es tan completo como otras entregas similares de este juego, ni a estas alturas resulta ya tan original, Mercury Hg nos ofrece, por apenas 400 Microsoft Points, casi un centenar de curiosos niveles en los que la precisión y destreza en el manejo de una bolita de mercurio con los dos stick del mando es el aspecto fundamental.