Análisis de TOCA Race Driver 3 (PS2, Xbox, PC)
Hoy en día es muy difícil que un juego de conducción sorprenda por sus innovaciones, y más cuando el listón está tan alto con títulos como Forza Motorsport, Project Gotham Racing, o Gran Turismo. Una de las grandes virtudes de la saga Toca ha sido el saber sorprender consiguiendo un juego puramente simulador, pero que a su vez resulta enormemente adictivo y divertido gracias a un depuradísimo control. En esta tercera entrega la mayor sorpresa viene dada porque cuando parecía que la saga llegaba a un punto en el que poco más le quedaba por ofrecer, ha conseguido incluir las suficientes novedades como para ofrecer un viento fresco al género y volver a subir un poco más ese listón de los juegos de conducción.
Gráficamente el juego no muestra una gran diferencia con su antecesor, por lo que en vez de ofrecer una apariencia totalmente renovada se ha optado por mantener las virtudes que ya tenía y pulir los pequeños defectos que pudieran existir.
De esta forma nos encontramos con un juego que quizás en imágenes estáticas no destaque de una forma especial sino que es en movimiento donde muestra todo su esplendor, siendo capaz de poner en pantalla hasta 20 vehículos manteniendo una tasa de 60 imágenes por segundo estables en todo momento.
El principal modo de juego, ya habitual en la saga, nos pone en la piel de un corredor profesional que debe ir superando una serie de competiciones con todo tipo de vehículos para convertirse en un reconocido conductor. La historia de este corredor que encarnaremos, aunque simple dado el contexto en el que se encuentra, está muy bien llevada ofreciendo escenas cinemáticas entre cada campeonato disputado. En esta ocasión este modo principal consta de un total de 32 etapas distintas, y en cada una de ellas habrá que disputar un campeonato con un determinado tipo de vehículo pudiendo elegir hasta entre un total de 3 en cada etapa, lo que aporta incluso una mayor variedad con respecto al modo historia del Toca 2.
El juego nos permitirá disfrutar de una de las simulaciones más realistas obtenidas hasta la fecha en todos los estilos que abarca, desde utilitarios adaptados para competición Como un Renault Clío hasta los famosos Monster Cars con sus enormes ruedas.
La anterior entrega del juego ya disfrutaba de un sistema de simulación muy pulido en casi todas sus modalidades, aunque uno de sus aspectos más criticados fueron los malos resultados obtenidos en la simulación de vehículos de rally. Esto no solo ha sido solucionado sino que además se ha optado por agregar más vehículos propios de superficies de tierra gracias a la evolución obtenida en el manejo de los coches sobre este terreno. En total se podrán conducir hasta aproximadamente 35 tipos de vehículos, dentro de los cuales se podrán elegir muchos modelos y variantes distintas, lo que aporta una variedad al juego incluso superior a la vista en Toca 2, lo cual es algo muy destacable teniendo en cuenta que este era uno de los aspectos más destacados de la saga.
El número de circuitos también se ha visto incrementado hasta llegar a un número superior a la treintena, todos ellos recreados de forma muy fiel a la realidad, y de los que se podrá obtener una valiosa información histórica acerca de su construcción y evolución gracias a pantallas de información que amenizan los tiempos de carga de las carreras.
El tan laureado sistema de colisiones ya implementado en Toca 2, que posibilita que una única colisión pueda dejarnos fuera de carrera, también ha sido pulida y mejorada. En esta ocasión los destrozos causados por una colisión se verán incluso mejor reflejados no sólo en el vehículo sino en las partes que se desprenden de él, pudiendo llegar a perder ruedas, lunas o incluso defensas a lo largo de una carrera. La simulación de colisiones también mejora uno de los pocos aspectos en los que fallaba hasta ahora, y es en la posibilidad de que los coches vuelquen.
Esta posibilidad ya estaba incluida en Toca 2, aunque resultaba un tanto irreal ya que tan solo se podía ver un coche volcado en situaciones absolutamente extremas. Esto ha sido muy mejorado y ahora el peso del coche también ha sido perfectamente simulado para que una curva tomada a mucha velocidad pueda llegar a poner el coche sobre dos de sus ruedas o incluso comenzar a dar vueltas de campana
Una de las grandes inclusiones en esta entrega es un modo denominado "carrera profesional" en el cual se agrupan hasta un total de 177 copas, a su vez constituidas por diversas carreras, por lo que la vida del juego se ve aumentada considerablemente.
Estas copas abarcarán todos los tipos de conducción con los que cuenta el juego y no estarán disponibles desde el principio en su totalidad, sino que de igual forma que el modo principal de otros juegos como Forza Motorsport, habrá que ir desbloqueando progresivamente. Un detalle que no escapará a la atención de aquellos que hayan jugado a anteriores entregas es el hecho de que el juego detecta automáticamente la existencia de sus partidas guardadas y nos premiará con algunos de estas copas ya desbloqueadas desde un principio.
La inclusión de este modo supone para este Toca 3 el ponerse como mínimo a la par que otros grandes títulos del género en cuanto a la forma de concebir un simulador de conducción, ya que además incluye una de las pocas cosas que se echaban en falta en la segunda entrega, y es la posibilidad de ir adquiriendo nuevas piezas para mejorar nuestro vehículo.
El sistema de evolución del coche no está planteado en base a dinero ficticio, sino a que cada coche tiene un margen de mejora limitado basado en "espacios". De esta forma un coche puede estar limitado a 15 "espacios" de mejora y habrá que decidir qué piezas añade para cubrir estos espacios jugando con el número de espacios que ocupa cada componente. Este sistema evita lo que en otros títulos se convierte en un sin sentido de añadir continuamente piezas de mayor potencia, y forzará al jugador a pensar mucho en qué apartados mejorar para conseguir el mejor equilibrio entre potencia y manejo del coche.
El tercer y último gran modo de juego es el modo simulador, en el que se podrán configurar carreras al gusto del conductor, competir contrarreloj en los distintos circuitos con cualquiera de los vehículos, ver repeticiones previamente almacenadas, o incluso analizar la telemetría de carreras anteriores.
Una de las novedades más importantes viene dada por la inclusión de banderas de penalización o aviso en mitad de las carreras. De esta forma, si en algún punto del circuito se produce un circuito lo más probable es que se nos avise de la presencia de una bandera amarilla que impedirá adelantar temporalmente, a riesgo de sufrir penalizaciones si se hace caso omiso de ella.
También existirá la bandera blanca y negra, que será mostrada en caso de que intentemos tomar atajos en el circuito para ganar tiempo, aunque si esto se realiza de forma reincidente se mostrará una bandera negra que forzará al jugador a hacer un pass-through por boxes con la consecuente pérdida de tiempo. Este sistema de banderas no solo se ha planteado para las carreras contra otros vehículos sino también para las calificaciones contra el crono, ya que el intentar atajar significará que el tiempo de esa vuelta no será contabilizado.
Esta inclusión de las banderas y penalizaciones afectará de forma especial al juego en red, ya que evitará que los jugadores hagan trampas saltándose las chicanes o curvas complicadas sin que reciban penalización alguna. Esto, unido al fantástico sistema de colisiones con el que la conducción se verá notablemente afectada si el coche está maltrecho, es hasta el momento una de las formas más pulida que se han diseñado para conseguir carreras limpias y sin trampas por parte de sus participantes, por lo que los jugadores sucios se verán frenados en sus malas artes si quieren conseguir buenos resultados.
Habrá que esperar a que una nueva entrega de la saga vea la luz en las plataformas de nueva generación para poder, aunque cuesta creer que Codemasters pueda lograr mejorar otra cosa que no sea el apartado técnico, ya que con este Toca 3 han conseguido un producto en el que el margen de mejora a nivel jugable es muy reducido.