Análisis de Two Point Campus, gestión cum laude (PC, Xbox One, PS4, Xbox Series X/S, PS5, Switch)
Tras la buena acogida de Two Point Hospital, proyecto que tenía la difícil tarea de suceder al bien recordado Theme Hospital, Two Point Studios continúa haciéndose fuerte en un género de nicho al que se aproxima desde una filosofía aperturista basada en la accesibilidad jugable y estética. Primero nos pusieron al mando de clínicas y hospitales, y ahora hacen lo propio con las universidades: es la forma más simple de definir Two Point Campus, que en esencia se presenta como el mismo juego pero con profesores y alumnos en lugar de doctores y pacientes. ¿No hay diferencias? Sí, las hay, y son las que confirman que a esta franquicia le queda mucho recorrido por delante si SEGA apuesta por ella.
La universidad es lo de menos
Two Point Campus es un juego de gestión de universidades, pero desde los primeros compases demuestra que podría serlo casi de cualquier cosa sin perder la frescura que caracteriza al estudio. Aquí nos vemos construyendo campus, aulas, laboratorios y residencias de estudiantes, aunque la cosa no tarda mucho en irse de madre: las universidades científicas dan paso a centros de estudio gastronómico en los que se cocinan pizzas gigantes, academias de caballería en los que se celebran justas o institutos de espías cuyos alumnos pueden ser topos de otras agencias. Hay una estética compartida que envuelve al juego en una estética universitaria (estadounidense estereotipada, por supuesto), pero a partir de ahí todo es un cómico disparate.
Antes hablábamos de que Two Point Studios apuesta por la accesibilidad para llegar a un público más amplio con un juego de nicho, y precisamente ese tono humorístico ayuda dicho cometido. Sin embargo, hay más decisiones muy bien llevadas que refuerzan la llegada de nuevas audiencias a la gestión pura y dura: la partida de Two Point Campus se estructura en varios niveles que adoptan la forma de diferentes universidades que debemos gestionar, desde una pequeña facultad de pueblo hasta instituciones más grandes (y por lo tanto más desafiantes). De los 12 niveles que hay, prácticamente durante los cuatro primeros vamos a estar aprendiendo a jugar y desbloqueando nuevas mecánicas, titulaciones, salas…
Largo tutorial para aprender a enseñar
El comienzo del juego es algo lento, tarda en arrancar (sobre todo si ya tenemos experiencia con el género) y puede llegar a dificultar el aterrizaje en sucesivas partidas en las que empecemos de cero. No obstante, para neófitos es una magnífica idea: en la primera facultad aprendemos los controles básicos, incluyendo la cámara e interfaz (todo diseñado de forma muy intuitiva, por cierto), después pasamos a construir salas (con un sistema que podría mejorar, resultando a veces algo frustrante y confuso), contratar personal y gestionar el campus de una forma amplia. En los siguientes niveles ya se nos enseñan cosas más profundas, como organizar eventos, formar a nuestros empleados o gestionar situaciones aleatorias (como que un ejército enemigo invada nuestra universidad).
Poco a poco Two Point Campus va desvelando la profundidad de sus sistemas de gestión, plagado de detalles a tener en cuenta para administrar la universidad de la forma más óptima posible. Puedes dejar de lado aspectos como la felicidad del alumnado, sus relaciones sentimentales o la formación de profesores, auxiliares y bedeles, pero si sabes cómo afinar esos parámetros tu campus va a funcionar mucho mejor. Hay opción de expulsar a malos estudiantes para que no nos bajen la media, aunque también podemos crear una sala de clases particulares y enviarles allí; podemos intentar subir las matrículas para ganar más dinero, pero eso medrará en la felicidad de los alumnos, ¿qué tal si la aumentamos formando al personal en optimismo?
¿Desde cuándo los cursos académicos son tan adictivos?
Constantemente ambas facetas están presentes para que nos involucremos en ella en la medida que queramos. Podemos decidir cuándo saltar de un nivel a otro, si preferimos quedarnos para conseguir las tres estrellas antes de pasar a la siguiente universidad o si por el contrario queremos continuar avanzando en el juego. Two Point Campus se adapta a cualquier estilo de juego, y además propone una continua estimulación con eventos aleatorizados, peticiones de los estudiantes y situaciones alocadas que tenemos que resolver. No es uno de esos juegos de gestión en los que puedes apartar la vista de la pantalla mientras todo fluye: requiere una atención constante, divertida y adictiva.
De hecho, el propio ciclo de juego ya propicia esa interacción continua: aprovechando que estamos gestionando una universidad, cada nivel tendrá una línea de tiempo que avanza día a día, mes a mes, hasta completar un año escolar. Al final de cada curso veremos los resultados, premios y notas de nuestros alumnos, y antes de comenzar el siguiente podemos realizar cambios en el campus: desde inaugurar nuevas titulaciones hasta abrir nuevas salas, contratar más personal o poner bonitos los edificios ahora que tenemos un tiempo de vacaciones. Durante este impás no hay prisa, no corre el tiempo; el curso no empieza hasta que pulsemos el botón, por lo que podemos hacer todos los ajustes que queramos antes de que los estudiantes vuelvan a inundar los pasillos con su ajetreo.
Lo cómico en lo audiovisual: un desfile de humor gráfico y sonoro
El bullicio de Two Point Campus no sólo se refleja en las continuas acciones que tenemos que realizar para gestionar el campus, sino también en la propia representación gráfica de las acciones de profesores, estudiantes y personal de la universidad: como en el anterior juego de Two Point Studios, las animaciones de los personajes son divertidísimas y están diseñadas al detalle. Ese toque humorístico (también presente en otros aspectos de la dirección artística, como la propia apariencia de juguete que tienen los humanos del juego) se ve reforzado por la ambientación del juego, que nos muestra situaciones disparatadas como un grupo de payasos asistiendo a clases o un caballero medieval jugando al futbolín.
También en el apartado sonoro hay un muy buen trabajo tanto a nivel de efectos como en la música, que sabe cómo acompañar el tiempo de juego sin resultar repetitiva. Sin embargo, lo que más destaca en este sentido es la radio del campus, una emisora que va soltando chascarrillos a medida que jugamos, a veces incluso relacionados con lo que hacemos. Las voces del juego están en inglés, pero los menús y subtítulos están traducidos al español: os recomendamos activar los subtítulos (vienen desactivados por defecto) para no perderos las gracietas que suelan los locutores.
Conclusiones
A priori no parece que la ambientación universitaria sea especialmente atractiva para un juego de gestión, pero Two Point Campus demuestra que es capaz de darle una frescura única a un tema tan trillado como este. Su punto de vista humorístico se extiende hasta empapar no sólo la faceta estética (que borda tanto en diseño como animaciones), sino también el ciclo de juego: constantes acciones, situaciones disparatadas y una estructura por cursos que nos mantiene enganchados a la pantalla. Es un juego adictivo con una profundidad adaptable a muchos tipos de audiencia, desde quienes busquen una experiencia desafiante hasta quienes quieran algo más relajado, quizás centrado en la construcción y personalización. Este último aspecto es sin duda una de las peores facetas del juego, junto al tiempo que tarda en arrancar al principio, pero no consiguen hacer mella en una obra que sin duda constata que Two Point Studios sabe cómo hacer este tipo de juegos. Y ojalá en el futuro veamos esta fórmula adaptada a muchas otras disciplinas.
Hemos realizado este análisis en PC con un código para Steam proporcionado por Cosmocover.