Análisis de The Girl and the Robot (PC, PS4, Wii U)
Una de las oportunidades maravillosas que se está perdiendo con los vaivenes que tiene la industria de los videojuegos y los cambios de uso en su público, es la posibilidad de realizar un juego mediante campañas de financiación colectiva en base a una buena idea y una estética deseada por un colectivo. Por desgracia entre las noticias de cancelaciones, la tenacidad de aquellos que han sentido que lo ofrecido no alcanza sus expectativas (como el caso de Broken Age, que actualmente tiene un 83% de críticas positivas en Steam a pesar de todo), o los innumerables retrasos, lo cierto es que, con contadas excepciones, ahora tan sólo salen a la luz o proyectos que no piden demasiado, o aquellos que tienen un gran nombre detrás.
Un producto que ha salido de esas posibilidades que cada día son más complicadas es este The Girl and the Robot, título que podría pasar por la canción del grupo noruego Röyksopp, pero realmente se basa en una historia que viene a mezclar la premisa de Ico, el juego de Fumito Ueda, con un tono parecido a la película El Gigante de Hierro.
Como veis, la premisa es interesante, y además el estudio canadiense Flying Carpets no pedía una cantidad excesiva de dinero, además de que el proyecto ya contaba con un vídeo donde se enseñaba el juego con una calidad muy parecida a la final.
Pero está claro que The Girl and the Robot no ha cumplido con lo que las personas más exigentes que han respaldado el proyecto podían reclamar, ya que el juego se esperaba para finales de 2014, y ha acabado apareciendo en el mercado casi dos años más tarde.
The Girl and the Robot nos pone en la piel de una niña que está atrapada en una especie de castillo (un inicio muy parecido al de Ico). Al poco tiempo de empezar la partida un venerable señor mayor nos libera, y encontramos una llave que nos permite controlar a una especie de robot o armadura con vida propia.
Como jugadores tenemos que guiar al robot y la niña para conseguir escapar de su trágico destino. Para ello tenemos que apretar el botón correspondiente, y la niña se queda en el sitio rodeada de un aura roja en una posición como de rezar, lo que le deja en una absoluta indefensión, mientras nosotros manejamos al robot. En el caso de apretar otra vez ese mismo botón, el robot es el que se queda en una pose bastante marcial, espada en tierra con un aura rodeándole, y a la que manejamos es a la niña.
Este sistema se viene a complementar con algo bastante menos estético que la posibilidad de arrastrar a Yorda de la mano en Ico, para poder llevar a los dos a la vez, y es que cuando manejamos al robot podemos levantar a la niña, que curiosamente deja de rezar, y ponerla en su hombro. De esa manera podemos avanzar con los dos a la vez, hasta encontrarnos un obstáculo que nos impida seguir avanzando de esta manera.
Como podréis imaginar, la niña y el robot tienen habilidades diferentes que les permiten superar los distintos obstáculos que nos encontremos. En concreto, la niña puede saltar, y el robot puede pegar con la espada y lanzar flechas con un arco. Por ello, en el caso de tener que elegir uno de los dos para seguir avanzando (porque a lo mejor tenemos que presionar con el otro una losa que abre una puerta), lo ideal es avanzar con el robot, limpiar el camino, y en el caso de necesitar a la niña se substituye el robot por la niña a la hora de activar el mecanismo y ésta realizar sus tareas para que luego pueda avanzar el robot.
Como hemos dicho anteriormente la niña puede saltar, pero el robot además de pegar puede hacer una especie de salto impulsado por unos cohetes en el pie, que realmente sirven más para cancelar ataques o desplazarse durante estos que para recorrer grandes distancias. Los combates son de espadazo y tentetieso, de manera que nuestro robot puede lanzarse a la carga y esperar que la básica combinación de golpes posibles acabe con la vida del robot rival, o cubrirse con el escudo, esperar a la apertura del ataque rival y realizar un contraataque que provoque la explosión (cuidado que hace daño) del enemigo.
En cualquier caso, nuestro robot tiene una vida marcada por una gran luz en su espalda, que cuando se torna roja quiere decir que está a punto de ser derrotado, pero si deja de recibir golpes en un breve espacio de tiempo vuelve a ser blanca. En general es un sistema que funciona bien, pero la diferencia de tiempo entre acabar con el rival y la siguiente explosión es tan breve, que aunque da tiempo a cubrirse la sensación es de cierta intranquilidad. A esto hay que añadirle la posibilidad de acabar con los enemigos por un certero ataque a la espalda, pero tampoco es algo realmente útil.
El sistema de combate se mezcla con un diseño de puzles bastante básico pero a la par funcional. En su mayoría son puzles donde tenemos que separar a nuestros protagonistas, y entonces resolver una situación para volver a tenerlos juntos, momento en el que se suele guardar la partida, que si alguno de los dos fallece tenemos que volver a empezar en el punto de guardado automático. En general funcionan bien, pero tampoco son el colmo de la originalidad.
Donde se notan las costuras y la humildad del proyecto es principalmente en el aspecto gráfico. A pesar de su encantador aspecto, y de sus atractivas ilustraciones al más puro estilo de la historia japonesa con influencias de Ghibli y similares, al poco de jugar ya vemos que no estamos ante un producto capaz de competir con sus referentes. En el preciso instante que movemos a la niña de lado y vemos una animación más robótica que la de su compañero, se detecta que este juego tiene una premisa atractiva y un aspecto encantador de cuento de hadas, pero desentonaría menos en la época de la primera PlayStation que ahora. Una vez te acostumbras no es tan doloroso, pero ciertamente tiene un aspecto gráfico irregular que puede no ser del agrado de todos.
Algo parecido se puede decir del sonido, aunque en este caso moleste menos. En general el apartado sonoro es de baja calidad, pero como no habla nadie (aunque sí hacen ruidos), tampoco es que se note mucho. De hecho, la manera de contar la historia es uno de sus puntos fuertes, porque deja bastante espacio para que el jugador con más imaginación rellene los huecos. La música, por otro lado, funciona relativamente bien, reforzando esa idea de cuento de hadas.
Conclusiones
The Girl and the Robot es un juego independiente de bajo presupuesto que se puede disfrutar si se va claramente con la idea de jugar a un juego humilde en mente, lo cual no es fácil debido a la impresión inicial, previa incluso a su compra. Es encantador y sus cuatro horas de partida son disfrutables, pero tal vez sus creadores han pecado de ir demasiado pronto a buscar referentes que muchos jugadores tienen en un altar como para compararse con ellos.
Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga ofrecido por Flying Carpets Games