Análisis de Primal Carnage (PC)
Cuando la película de Jurassic Park se estrenó en 1993, su impacto y éxito fue tal que se desató una auténtica fiebre por los dinosaurios. Gracias a ello, estas imponentes criaturas prehistóricas gozaron durante meses de una inmensa popularidad, disfrutando de todo tipo de merchandising, juegos, libros y películas. Sin embargo, y al igual que muchas modas pasajeras, esto no duró demasiado y volvieron a quedar en el olvido, siendo rescatadas eventualmente en alguna que otra película o videojuego, como la saga Turok, Dino Crisis o el propio Jurassic Park: The Game desarrollado por Telltale Games.
A pesar de esto, Lukewarm Media ha decidido traerlos de vuelta al mundo del ocio digital para ofrecernos una propuesta única y original, que cuanto menos consigue llamar la atención: un juego de acción multijugador online por equipos que enfrente a humanos contra dinosaurios. Pocas veces hemos tenido la ocasión de ponernos en la piel de un dinosaurio para dar caza a otros jugadores, y en un mercado plagado de títulos clónicos donde la innovación brilla por su ausencia, algo así resulta un soplo de aire fresco muy bien recibido y que merece algo de atención.
Lo primero que tenemos que mencionar, es que aquí no hay ninguna clase de sistema de progresión ni de marcadores online. Es decir, no recibiremos experiencia jugando partidas ni desbloquearemos nada para las clases de personajes por más que juguemos con ellas. Tampoco se guardarán nuestras estadísticas en ningún lado, así que no podréis mantener un registro de vuestras victorias, derrotas, muertes y asesinatos.
Primal Carnage huye de todos estos elementos que muchos consideran actualmente como básicos e imprescindible para un juego de este tipo. Su único objetivo es divertir sin ninguna clase de complicación externa, como en los títulos de antaño. Jugar por el mero hecho de pasar un buen rato en un entorno donde todo el mundo tenga las mismas posibilidades de victoria sin que tengamos que estudiar primero cómo sería nuestra clase ideal.
Esto supone una apuesta arriesgada hoy en día, ya que no son pocos los juegos que ofrecen todo tipo de incentivos en forma de desbloqueables para animar a los jugadores a que sigan jugándolo y no se pasen a otro título. Por desgracia, esto no sería tan problemático si no fuera por su alarmante falta de contenido. Dos modos de juego (uno de ellos en beta) y cinco mapas no dan para mucho y no tardaremos demasiado en aburrirnos de él ante la falta de variedad, a pesar de la gratificante experiencia de nuestras primeras partidas.
Cada equipo contará con cinco clases diferentes y cada una de ellas contrarresta a otra del bando rival. Aquí destaca lo bien equilibrado que está el juego en este sentido, ya que cualquiera pensaría que los dinosaurios tendrían ventaja sobre los humanos, pero nada más lejos de la realidad. Además, también merece una mención especial lo diferente que resulta el jugar una u otra clase, cambiando por completo nuestro estilo de juego y de afrontar las situaciones.
Cuando juguemos con los supervivientes, la cámara se situará en primera persona y jugaremos como si de un juego de acción en primera persona de toda la vida se tratara, usando armas de fuego que variarán según la clase escogida y habilidades especiales características de cada una. Por ejemplo, la Científica tiene una pistola con la que aturdir a los dinosaurios y un rifle francotirador, aunque no tiene demasiada vida ni aguante, mientras que el Trampero puede atrapar en su red a los depredadores de menor tamaño para luego rematarlos de un simple cuchillazo.
Por otro lado, cuando formemos parte del equipo de los dinosaurios, la cámara pasará a ser en tercera persona y confiaremos principalmente en nuestras habilidades para acabar con los enemigos. Por ejemplo, con un pteranodon podremos volar, agarrar a un incauto superviviente con nuestras patas, llevárnoslo volando y soltarlo en el aire para que se mate con la caída, mientras que con un raptor podremos dar enormes saltos, correr a mucha velocidad y abalanzarnos sobre nuestros enemigos para tumbarlos y devorarlos.
Tampoco faltarán otras especies como el carnotauro, capaz de hacer poderosas embestidas, el dilophosaurio con el que escupir veneno cegador y por supuesto el temible tyrannosaurus rex, con el que podremos matar enemigos simplemente aplastándolos o devorándolos de un simple bocado, aunque ojo, porque es un blanco fácil.
El juego en equipo es fundamental, ya que por ejemplo, si un raptor se abalanza sobre un compañero nuestro, si somos rápidos podremos matarlo antes de que se lo termine de comer y así salvarle la vida. Algo similar ocurre con los pteranodon, a los cuales podremos obligar a que suelten sus presas a base de disparos antes de que alce el vuelo demasiado. Para los dinosaurios las tácticas de equipo también resultan importantes, permitiéndonos realizar emboscadas realmente letales si se sincronizan bien.
A pesar de que solo hay cinco mapas, estos tienen una ambientación muy conseguida y ofrecen diversos estilos de juego. Por ejemplo, en uno de ellos combatiremos de noche en un escenario donde la hierba es muy alta, y donde solo la luna y unos pocos focos iluminan la zona, convirtiendo a los raptores en una amenaza realmente temible, ya que pueden realizar sus ataques prácticamente sin ser vistos, lo que obligará a los humanos a mantenerse bien juntos para sobrevivir. Un caso distinto lo tendríamos en otro mapa ambientado en un muelle de carga repleto de contenedores, entre los cuales se forman múltiples pasillos y donde la acción es más directa.
También nos gustaría destacar que la vida en este juego no se regenera automáticamente, obligándonos a acudir a ciertos puntos del mapa para reponer salud y munición, aunque los dinosaurios también pueden curarse devorando a sus enemigos.
Antes mencionamos que solo hay dos modos de juego: Deathmatch y Get to the Chopper. El primero de ellos es el clásico duelo a muerte por equipos, donde lo único que importa es matar a los miembros del equipo rival mientras más veces mejor. Por otro lado, Get to the Chopper nos propone un escenario lineal por el cual los supervivientes tienen que avanzar hasta llegar al final mientras los dinosaurios tienen que impedirlo. Por desgracia, los servidores del juego no están muy poblados y encontrar una partida medianamente llena, con unas reglas que nos agraden y con un ping aceptable puede resultar algo complicado.
Gráficamente nos encontramos ante otro juego que vuelve a hacer uso del más que explotado Unreal Engine 3, con todos los defectos que ello conlleva, como la carga tardía de texturas. Por lo demás, la ambientación está muy conseguida en todos sus mapas (puramente inspirados en Jurassic Park), las animaciones y modelados de los dinosaurios no están nada mal (aunque alguna que otra es mejorable, como el salto de los raptores), las texturas de los escenarios son muy decentes y los efectos de iluminación cumplen perfectamente. No explota la potencia de un PC ni de lejos, pero a nivel general es muy agradable a la vista. Eso sí, no se libra de ciertos bugs que pueden llegar a ser realmente molestos. En cuanto al sonido poco o nada que destacar, más allá de los rugidos de los dinosaurios y los efectos ambientales.
Conclusiones
Primal Carnage es un juego donde lo que prima es la diversión sin complicaciones, a la vez que consigue aportar frescura a un género muy explotado gracias a la inclusión de los dinosaurios, los cuales ofrecen una nueva dimensión jugable muy atractiva, ya sea manejándolos a ellos o a los supervivientes. Sin embargo, la diversión no dura demasiado y se acaba a las pocas horas, debido a su alarmante falta de contenido y a lo despoblado de sus servidores, algo que acaba lastrándolo completamente. A pesar de ello, sigue siendo una opción de compra muy apetecible para cualquier fan de estas criaturas y para aquellos que busquen algo nuevo y diferente.