Análisis Bye Sweet Carole, ¿y si Disney hiciese un juego de terror? (PC, Xbox Series X, PS5, Switch)
Es curioso cómo una idea abandonada puede volver en una nueva forma. Este es el caso del título que hoy nos ocupa, concebido y dirigido por el diseñador italiano Chris Darril (conocido por la serie Remothered) y desarrollado por su estudio Little Sewing Machine. El proyecto empezó como la recuperación de un prototipo perdido de Remothered que Darril rescató en 2020, pero decidió transformarlo en una obra original con estética animada clásica.
Disney del revés
Bye Sweet Carole es una especie de aventura gráfica 2D más interactiva con toques de terror, puzles y exploración, que bebe directamente de los Clock Tower clásicos, tanto en lo jugable como en lo temático. Nos pone en la piel de Lana Benton en la Inglaterra de principios del siglo XX, que se lanza en la búsqueda de su amiga Carole Simmons, quien ha desaparecido en extrañas circunstancias.
Se trata de un juego que combina una realidad histórica con un mundo de fantasía, muy a lo película de Disney, pero mucho más siniestro. No es un juego sangriento ni terrorífico, ni nada por el estilo, pero sí que es bastante siniestro y oscuro, con momentos que, desde luego, no podrían incluirse en una película infantil.
No vamos a contaros mucho más de la historia, pero sí os diremos que, dentro de la narrativa fantástica, está bastante bien, y consigue gestionar con acierto los misterios para animarnos a continuar.
En lo jugable, a pesar de ser muy aventura gráfica, controlamos a los personajes directamente con el mando, y aunque la mayoría del tiempo es bastante point and click, al avanzar iremos encontrando momentos en los que tendremos que ser más «activos», como un limitadísimo plataformeo, o incluso un sencillísimo combate. Hemos mencionado los Clock Tower clásicos, y creemos que son un muy buen ejemplo de lo que ofrecen.
Una jugabilidad que se queda a medias
En esta aventura controlamos a varios personajes. No vamos a contaros mucho por si queréis evitar que os destripemos detalles argumentales, pero básicamente cada uno nos ayuda a combinar mecánicas que, aunque clásicas, están bien integradas. Por una parte, tenemos a Lana, que puede interactuar con ciertos objetos; por otra parte, tenemos a un conejo que puede saltar más y acceder a zonas angostas; y también contamos con un compañero que, en más de una ocasión, recuerda a los mejores momentos de Wario Land por su manera de interactuar con el escenario, pudiendo quemarse, aplastarse, electrocutarse y demás sin morir, además de atacar. La mezcla de estas habilidades, y cómo se combinan para avanzar, es lo más brillante del juego.
Una gran parte del juego, sobre todo durante la primera mitad, la pasaremos explorando un escenario para resolver puzles que, honestamente, no son demasiado variados. Redirigir electricidad o agua, encontrar un objeto, encontrar una combinación... Generalmente no es un problema, pero de vez en cuando nos meten personajes enemigos que nos persiguen y, honestamente, nos parecen increíblemente tediosos. Hay algunos que desaparecen cuando les das esquinazo, pero otros se quedan dando vueltas en el sitio y, de verdad, acaban haciendo la experiencia innecesariamente molesta. No es divertido pasarte un puzle corriendo delante de un enemigo que no te puedes quitar de encima con una música machacona de persecución.
Otro aspecto bastante molesto son los tiempos de carga. Son relativamente breves, de unos cinco segundos o así, pero que cada vez que cambiemos de zona (y en ciertas zonas, lo hacemos constantemente) tengamos que ver una pantalla negra durante un rato, rompe el ritmo de una manera muy molesta. Siendo un juego tan sencillo (y encima instalado en un SDD), no entendemos que necesite cargar tanto.
Por último, entendemos que las protagonistas indefensas y los enemigos implacables son parte del encanto de juegos así. Pero eso no excusa que los controles sean tan toscos, que el juego no responda bien a situaciones críticas, o que, por ejemplo, si pulsamos dos veces el botón de escondernos porque nos están persiguiendo, el personaje se esconda y se salga del escondite porque es el mismo botón. Morir por culpa del control, y no del jugador, es de las peores sensaciones que puede ofrecer un juego de este estilo.
Una estética que absorbe
Visualmente es donde más fácil resulta enamorarse del juego. Con una estética que parece sacada de una película de animación oscura de los años 70, con personajes que podrían haber salido de una pesadilla de Don Bluth, cada pantalla está ilustrada con mimo. Es un juego precioso, y eso es algo que se mantiene constante hasta el final, sin importar lo que esté ocurriendo jugablemente.
Si juegas a 4K a veces se le ven las costuras, sobre todo cuando la imagen se acerca mucho a los dibujos, pero es algo fácilmente perdonable teniendo en cuenta el enorme trabajo que se nota que se ha realizado para darle vida a esta aventura. Siendo sinceros, es bastante superficial, pero si hubiese sido un juego más «feo» o tradicional, seguramente nos habría atraído menos, pero es que da gusto jugar a unos «dibujitos interactivos» tan bien hechos.
En lo sonoro también está muy bien, con una buena banda sonora (quitando la música machacona de cuanto te persiguen), e incluso un buen doblaje. Por desgracia, no a nuestro idioma, pero sí que tenemos una buena traducción para seguir todo sin problemas.
Un cuento con un final agridulce
Bye Sweet Carole es un juego al que se le coge cariño. Se nota que está hecho con mucho amor, su estética es memorable, su historia tiene alma y momentos interesantes de verdad, y hay destellos de brillantez en su diseño de puzles y mecánicas. Pero también es un título que se sabotea a sí mismo con decisiones que no hacen justicia a su ambición. Los controles torpes, las constantes interrupciones, los momentos de persecución... Son problemas que se podrían haber solucionado fácilmente y hacerlo muchísimo mejor juego, y al final es algo innecesariamente frustrante.
Si os atrae su estética, y tenéis paciencia para perdonar sus torpezas –muchas comparables a las de los Clock Tower clásicos en los que se inspira–, probablemente encontraréis una aventura que recordaréis con cariño. Pero si buscáis una experiencia pulida, justa y bien medida, será mejor que busquéis otro juego. A nosotros, desde luego, nos ha pesado más lo bueno que lo malo.
Hemos realizado este análisis en PC (Ryzen 7 3700X, GeForce RTX 2070 Super, 32 GB RAM) con un código de descarga proporcionado por 1Upper.

NOTA
Puntos positivos
Puntos negativos
En resumen
Últimos análisis de PC, Xbox Series X, PS5 y Switch














