Análisis de Burnout Paradise: The Ultimate Box (PC)

Poco más de un año después de su estreno en PlayStation 3 y Xbox 360, por fin llega a compatibles el espectacular Burnout Paradise, la última entrega de esta clásica saga de velocidad que demuestra una vez más que en estas lides, el estudio Criterion sigue siendo capaz de sorprendernos. Y lo hace por partida doble. Por un lado, destaca lo tremendamente divertido y frenético que resulta el juego, que cuenta con algunas de las mejores características de las anteriores entregas de la saga, que han sido aplicadas sobre la base de un mundo abierto que podremos recorrer por completo y sin barreras desde el principio; pero también lo hace por el empeño que ha demostrado el estudio a la hora de mejorar el título original con constantes actualizaciones gratuitas que han ampliado el número de desafíos, vehículos y modos de juego durante este último año en las versiones del mismo para consolas.

Sin fuerzas del orden público que puedan frenar nuestra furia al volante, en Burnout Paradise solo podemos dejarnos llevar y sentir la velocidad más extrema en nuestras propias carnes.

A quemar rueda

Hasta la fecha, la saga Burnout había presentado una estructura de juego cerrada basada en diversas pruebas independientes entre sí que debíamos ir superando para adquirir nuevos vehículos y desbloquear más contenidos. Ahora, como ya os comentamos, todo estará integrado en la fantástica Paradise City, una gran urbe por la que podremos movernos libremente sin ninguna barrera desde el principio. Pero además, en este punto destaca el sobresaliente trabajo llevado a cabo por Criterion a la hora de diseñar la interfaz de juego, ya que ésta también ha sido integrada de una forma fantástica en la propia ciudad, activándose todas las pruebas, si nosotros queremos, en las decenas y decenas de cruces de calles con los que nos encontraremos. Esto significa, por tanto, que mientras damos una vuelta por Paradise City podemos aceptar los desafíos que plantea el juego o seguir corriendo a toda velocidad por las calles de la ciudad sin interrumpirse en ningún momento la acción.

Pese a este hecho, el juego mantiene una estructura similar a la de las anteriores entregas de la saga Burnout. Por un lado, hay que remarcar que la progresión por el juego se mide en base a las carreras y pruebas que tendremos que ir superando en la ciudad para ganar los puntos necesarios que nos den acceso a nuevos "carnés de Paradise City". Gracias a estos documentos oficiales, en los que figurará nuestro rostro si lo deseamos (la webcam del PC puede sacar una foto de nuestro cara cada vez que adquiramos un nuevo carnet), desbloquearemos nuevos vehículos y modalidades de juego que a grandes rasgos se mantienen idénticas con respecto a lo visto con anterioridad.

De este modo, aparte de las clásicas carreras contra otros rivales, nos encontraremos con las míticas pruebas de Furia al Volante, en las que tendremos que correr a toda velocidad mientras intentamos que nuestros rivales sufran accidentes de lo más aparatosos (los llamados Takedowns). En todos estos casos, podemos perder estas pruebas si no alcanzamos los objetivos marcados al inicio de las mismas (llegar los primeros a la meta o realizar un número de takedowns concreto en el tiempo fijado), o si nuestro vehículo sufre daños masivos (sufrir varios accidentes tiene como resultado este fin).

Por fortuna, las calles de Paradise City ofrecen diversos puntos de interés como el citado vertedero, donde podremos cambiar de vehículo; los talleres, en los que podremos reparar los daños de nuestro automóvil sin pausar por ello la acción; o las gasolineras, que recargarán nuestra barra de turbo que, de otro modo, tendríamos que llenar realizando maniobras peligrosas o lanzando por los aires a nuestros contrarios, seña de identidad de la saga. Por todo esto, como podéis comprobar, aunque en la base Burnout Paradise se muestre similar a lo visto con anterioridad, basta adentrarse en las calles de Paradise City para darse cuenta que la experiencia de juego ha mejorado sustancialmente. Aquí no tenemos un lugar concreto al que acudir, simplemente debemos correr y disfrutar de los desafíos con los que nos toparemos constantemente. Además, estos aumentan la tensión en el sentido de que a la hora de competir en las carreras, no lo haremos por un circuito prefijado: tenemos un punto de salida y uno de llegada oficial; el cómo alcancemos este último dependerá plenamente de nosotros. En este caso, cuanto más conocemos la ciudad más fácil y divertido resulta competir por la misma, ya que en nuestras primeras partidas podemos sentirnos algo perdidos y no manejarnos del todo bien con el minimapa que marca el punto al que debemos acudir (habrá veces en las que tomemos un "atajo" que nos aleje muchísimo del final de la carrera).

En nuestros paseos por la urbe nos encontraremos también con diversas pruebas basadas en las acrobacias, en las que se nos pedirá que alcancemos un número de puntos concretos realizando todo tipo de movimientos peligrosos (saltos, derrapes, etc.); o las basadas en nuestra propia supervivencia, que resultan tremendamente divertidas y todo un desafío. No en vano, tendremos que alcanzar un punto de la ciudad determinado mientras somos sometidos a una brutal persecución por parte de varios rivales que no dudarán en sacarnos de las calles a base de golpes. Lo mejor es que salir con vida de este tipo de acometidas, el ver cómo les hemos devuelto un takedown, o simplemente el realizar una maniobra de evasión tal que los dejemos tirados en medio de la carretera resulta plenamente satisfactorio.

Por otro lado, uno de los aspectos más llamativos de este Burnout Paradise lo encontramos en la forma de adquirir los vehículos. Como decíamos, el mejorar nuestro carnet de conducir nos da acceso a nuevos automóviles, pero esto no significa que desde ese momento podamos hacer uso de todos estos vehículos. En algunos casos, antes tendremos que "cazarlos", lo que como os podéis imaginar significa sacarlos de la circulación a base de embestidas. Por supuesto, antes tendremos que localizar dichos automóviles, lo que no resulta excesivamente difícil si tenemos en cuenta que éstos, circularán a toda velocidad por las calles como lo haríamos nosotros mismos.

Doble ración de contenidos extra

Al inicio de este análisis destacábamos el afán de Criterion por mejorar Burnout Paradise con constantes actualizaciones y paquetes de contenidos gratuitos. Todos estos contenidos, es decir, las motos (con una serie de retos exclusivos para las mismas), las nuevas modalidades de juego online, las mejoradas opciones de personalización y más automóviles, se encuentran integradas en esta versión del juego (los usuarios de Xbox 360 y PlayStation 3 también cuentan con esta nueva actualización) que además, incluye 70 desafíos adicionales contrarreloj para jugar tanto en línea como en solitario. También se incluye el llamado Party Pack, que se trata de una modalidad de juego multijugador offline en el que se compite en diversos eventos y pruebas basados en las acrobacias, la velocidad y los choques. En este caso, hasta ocho jugadores deberán compartir controlador para disputar su turno, cediéndose el mando (o el teclado y ratón en caso de usar este sistema de control) entre sí durante toda la partida: tendremos que batir el tiempo récord de alguno de nuestros amigos, realizar más acrobacias, etc.

Obviamente, aparte de esta modalidad multijugador, también podremos disfrutar de las partidas en línea contra ocho jugadores más en las clásicas modalidades de choque y velocidad, o simplemente podemos dedicarnos a dar vueltas por la ciudad mientras charlamos con nuestros amigos. Entre estas modalidades, como decíamos, se incluyen algunas de las vistas en las actualizaciones del juego para consolas, como Stunt Run, en la que nuestro objetivo será el de conseguir el mayor número de puntos en un tiempo determinado; Road Rage, que enfrentará a dos equipos de usuarios en el que uno tratará de alcanzar un punto de la ciudad mientras el restante trata de impedirlo; y Marked Man, que es la versión multijugador de Supervivencia (un jugador huye mientras otros tratan de sacarlo fuera de la carretera).

Otro aspecto realmente llamativo lo encontramos en la posibilidad de disfrutar de toda la acción en dos monitores distintos, lo que aumenta notablemente la espectacularidad de este título que ya de por sí resultaba sorprendente a nivel técnico, y que ahora además presenta ciclos de día y noche y cambios climatológicos realmente llamativos. En este sentido, a nivel técnico el juego sigue resultando espectacular en todas sus facetas. Por un lado, destaca el modelado de los vehículos, con un estilo que evoca a las grandes marcas europeas, americanas y japonesas, y sobre todo la capacidad de destrucción que muestran los mismos. No en vano, a día de hoy pocos títulos pueden igualar a la obra de Criterion a la hora de mostrar accidentes y las consecuencias de los choques. Máxime si tenemos en cuenta que todas estas secuencias se muestran a cámara lenta y con planos de lo más espectaculares.

También el diseño y nivel de detalle de Paradise City resulta increíble, no resintiéndose en ningún momento el motor gráfico, algo importantísimo en un título como éste en el que la velocidad resulta extrema. La música y el DJ que nos acompañará constantemente mantienen este alto nivel, con temas míticos como Paradise City, de Guns N’Roses, que casan a la perfección con el frenetismo que propone el juego. Por último, hay que destacar en este punto que el juego funciona con fluidez incluso en equipos de gama media con un nivel de detalles elevado, lo que resulta muy de agradecer.

Tampoco podemos obviar el nuevo sistema de control que presenta el título, que lógicamente ha sido adaptado al control con teclado y ratón. Y en este caso, no podemos hablar tan bien de Burnout Paradise, básicamente porque el resultado no es satisfactorio: el juego resulta menos preciso con este sistema de control, resultando casi obligatorio el conectar un mando para sacarle todo el jugo a la obra de Criterion.

Conclusiones

En definitiva, Burnout Paradise se trata de un fantástico juego de velocidad que ningún aficionado al género debería dejar escapar. Ha tardado un año en llegar con respecto a consolas, pero bien es cierto que lo hace con la versión más completa actualmente del mismo, con un motor gráfico fenomenalmente adaptado a los compatibles, y con toda la comunidad de usuarios con la que cuenta esta plataforma dispuesta a sacarle todo el jugo a la obra de Criterion. Como decíamos, Burnout Paradise ya se trataba de una compra imprescindible en consolas, y ahora lo es también en PC.