Análisis de Dragones (NDS)
Los dragones, animales reptilianos de corte fantástico que han poblado las mitologías de medio mundo desde hace siglos, parecen ser un elemento de nuestra imaginería fantástica para el que las modas no surten efecto. De manera similar a sus primos hermanos (ficticios, claro está) los dinosaurios, son aún parte de nuestra literatura fantástica más apreciada, tanto dentro del sector del público infantil y juvenil como en el sector más adulto de la población. También en el cine y, por supuesto, en los videojuegos hacen acto de presencia de vez en cuando, pero en este caso son los únicos y exclusivos protagonistas del juego que hoy nos ocupa.
Dragones (o Dragonology, como se conoce al juego por tierras de habla inglesa) basa toda su acción en El Gran Libro de los Dragones, llamado también por tierras anglosajonas Dragonology, libro que, por cierto, está inserto dentro de una colección infantil y juvenil llamada OlogyWorld, con volúmenes ilustrados sobre diversos temas fantásticos y de ficción de varias materias: monstruos marinos, mitología, piratas, magos... El Gran Libro de los Dragones pretende ser una supuesta copia de un libro del siglo diecinueve, escrito por el eminente dragonólogo Ernest Drake, y en él encontraremos todo lo que cualquier aprendiz de investigador de dragones desee saber sobre tan magníficos seres: tipologías y especies de dragones, hábitats, comportamiento, alimentación y, por supuesto, una guía sobre como verlos, estudiarlos y, llegado el caso y sólo si fuera estrictamente necesario, apresarlos.
Así, el título que hoy nos ocupa se presenta como una aventura de estimable duración en la que en la que deberemos de cumplir un sinfín de misiones relacionadas con las seisj especies de dragones que nos ofrece el juego.
Encarnaremos a un joven aprendiz de dragonólogo, que se embarcará en diferentes misiones de diversa índole, y de creciente dificultad, algunas de las cuales, claro está, nos exigirán capturar algún que otro dragón. En fin, un juego quizás un tanto infantil, pero que sin duda enganchará a los jugadores más jóvenes amantes de los dragones...
El Castillo de Drake
Poco argumento nos ofrece la aventura, dado que enseguida nos pondremos manos a la obra en nuestro aprendizaje de la mano del insigne doctor Drake. Comenzaremos el juego en las tierras del castillo del doctor, en las cuales encontraremos la morada de nuestro maestro, en la cual podremos seguir nuestros progresos como aprendiz, además de ver a modo de enciclopedia los diferentes datos y objetos que vayamos recopilando en nuestras pesquisas, todos relacionados con las diferentes especies de dragones que encontremos en nuestro camino. En nuestra aventura deberemos lidiar con dragones europeos, asiáticos, africanos, dragones gárgola y dragones de las nieves, así como con la peculiar especie del amphiteres mexicano.
En los alrededores del castillo tendremos a nuestra disposición un laboratorio, en el cual podremos elaborar pociones y fórmulas que regenerarán nuestra salud, o que nos ayudarán a enfrentarnos e, incluso, capturar, determinadas especies de dragones. Estas pociones y fórmulas las elaboraremos con diferentes elementos y desperdicios de dragones, los cuales iremos recogiendo por los diferentes niveles de la aventura. Por otra parte, tendremos una tienda en la que podremos comprar y vender todo tipo de objetos: cascos ignífugos que nos protegerán del fuego de los dragones, silbatos para hacer que éstos vengan hasta nuestra posición, pollos asados para alimentarlos, etc. Todos los objetos del juego los podremos obtener mediante una serie de gemas que iremos recogiendo en los diferentes mapas del juego, aparte de conseguir una cierta cantidad de ellas cada vez que completemos con éxito una misión de las que el juego nos ofrece.
También podremos visitar la guarida de los dragones, en la cual podremos visitar a los diferentes tipos de dragones que hayamos capturado, e interactuar con ellos mediante diversos minijuegos, en los cuales podremos alimentarlos, jugar con ellos e, incluso, realizar prácticas de vuelo. Los minijuegos son, quizás, demasiado sencillos, a excepción de las prácticas de vuelo, en el cual deberemos de repetir varias veces cada nivel para conseguir todos y cada uno de los pollos atados a un globo que debemos capturar a lomos de nuestro dragón.
Sólo podremos interactuar con un dragón una vez después de cada misión, lo que nos costará un determinado número de gemas. En caso de que queramos repetir un minijuego o practicar de nuevo con el mismo dragón dos veces seguidas, deberemos de convencerle con un número considerablemente mayor de gemas, lo que no siempre nos será posible, dado que no encontraremos demasiadas por nuestro camino. A medida que vayamos interactuando con un dragón, éste irá subiendo de nivel en las diferentes especialidades, lo que le hará ganarse aún más nuestra confianza.
Por último, a la izquierda del castillo tendremos el hangar, donde podremos acceder a cada una de las misiones que nos ofrece el juego. Las misiones son de diferente índole: desde cazar a un dragópn, hasta hacer una fotografía de un ejemplar en movimiento o recuperar algún tesoro robado por un dragón demasiado ambicioso. Podremos embarcarnos en misiones por todo el mundo, para lo cual accederemos al mapa de misiones, seleccionaremos la misión que deseemos de entre las propuestas y nos subiremos en el dirigible dispuesto para nosotros para tal caso.
Una aventura con tintes de rol, aunque con poca profundidad...
Una vez nos subimos al dirigible, comienza la auténtica aventura. Los niveles del juego están dispuestos como si de mazmorras de un juego de rol se trataran, divididos en diversas estancias, de número variable, sobre las que nos desplazaremos con total libertad, a pesar de su reducido tamaño. Nuestra misión será, en primer lugar, encontrar pistas y rastros de dragones, mediante señales en diferentes objetos del escenario (como zarpazos o dentelladas en huesos, ramas o rocas) que deberemos de descubrir en un minijuego en el que revisaremos el objeto en cuestión con nuestra lupa. También recogeremos excrementos, que deberemos de analizar con un reactivo químico mediante un sencillo minijuego rítmico con las direcciones de nuestra cruceta de control, u obteniendo huellas de dragón con un molde de yeso que manejaremos mediante nuestra pantalla táctil.
En ocasiones, no obstante, todo esfuerzo será inútil, ya que los rastros pueden pertenecer a los diferentes animales salvajes que encontraremos en el juego: osos, linces, pumas y otras especies que, por otro lado, poblarán los niveles del juego y deberemos de evitar a toda costa, sea pasando por detrás suya sin que nos vean, sea deambulando con sigilo a su alrededor en caso de que estén dormidos para, así, no despertarlos. En caso de que un enemigo nos ataque, nos lanzará fuera de la estancia en la que nos encontremos y nos restará un poco de salud.
Por otro lado, tenemos un tiempo limitado para cumplir cada misión, después del cual volveremos automáticamente al castillo. Si conseguimos todas las pistas y rastros de un nivel, deberemos de dirigirnos hacia la estancia en la que hayamos encontrado un mayor número de elementos pertenecientes a un dragón y hacer sonar desde allí un silbato de dragón para atraer al espécimen hasta nosotros. Si todo va bien, aparecerá ante nosotros el dragón que buscamos, y entraremos en otro minijuego para capturarlo, fotografiarlo o para recuperar el tesoro robado. Cuando acabemos con éxito, retornaremos a nuestra guarida con el placer del deber cumplido y un buen número de gemas en nuestro poder, aparte de más información sobre el tipo de dragón con el que nos hayamos encontrado y las muestras que hayamos recogido por el camino.
Apartado técnico
Los gráficos del juego, pese a haber sido desarrollados íntegramente en tres dimensiones, adolecen de un fallo que podríamos decir que es general para todos los elementos del juego: la falta de variedad. Los niveles, escenarios y los enemigos que encontremos por nuestro camino se parecen todos demasiado entre sí, las animaciones son bastante pobres y las texturas de los objetos dejan bastante que desear. Donde se ve un mayor cuidado es en el desarrollo gráfico de los dragones, aunque éste no sea ninguna maravilla. No obstante, visto un dragón de una especie determinada, vistos todos, ya que los integrantes de una misma especie son todos idénticos entre sí.
La música y los efectos de sonido tampoco son cosa del otro mundo: la banda sonora se compone de un reducido número de temas de corte fantástico, con muchas campanitas y una orquestación, fundamentalmente, realizada a base de cuerdas. Eso sí, se repetirán hasta la saciedad, y harán que nos cansemos pronto de escuchar una y otra vez las mismas melodías en cada una de las localizaciones del juego.
En lo que se refiere a la jugabilidad, si bien el control bastante bien implementado tanto mediante la pantalla táctil como mediante los botones de nuestra consola, cabe mencionar también una notable falta de variedad de opciones, así como de minijuegos, dado que, al final, todas las misiones se reducirán al mismo precepto: recoger pistas y enfrentarnos al dragón de turno para, después, poder jugar con nuestros dragones en el castillo del doctor Drake. Tanta monotonía acabará aburriendo al jugador pronto, sobre todo a los más experimentados, aunque es posible que no a los más jóvenes: seguramente, por ello el público objetivo del juego parece ser, precisamente, el sector infantil y juvenil...
Conclusiones
Si bien Dragones prometía ser un juego interesante para todos los públicos, parece que al final se ha quedado en una apuesta firme para los más pequeños de la casa, pero poco interesante para el resto de los jugadores. La monotonía de la aventura y el poco interés que, a la larga, despertará en el jugador repetir una y otra vez los diferentes minijuegos del título, harán que, en caso de tener cierta edad y, por supuesto, mejores opciones dentro del catálogo de la portátil, olvidemos nuestra pasión por los dragones pronto y nos dediquemos a otros menesteres.