Análisis de Art Style CODE DSiW (NDS)
La gama de juegos Art Style aglutina ya múltiples puzles de buena factura e inteligente diseño en WiiWare, y está claro que es una carta de presentación fantástica para DSiWare, pues en el estreno de las descargas digitales de la portátil hemos contado tanto con Aquite como con éste.
En el caso de Art Style: CODE nos gustaría destacar la presencia de un modo multijugador para dos personas que no requiere tener una segunda Nintendo DSi, pues el multijugador funciona con una única copia, por lo que un usuario con cualquier modelo anterior de Nintendo DS puede descargarse desde nosotros una demo del juego y, así, probar el multijugador (competitivo).
Es un buen detalle, tanto por el multijugador, como por la posibilidad de disfrutarlo sin necesitar dos consolas de esta tercera encarnación de la portátil.
Aquí jugamos con la pantalla táctil y con la consola tumbada, cogiéndola como si fuera un libro. El objetivo principal es mover los números que hay en pantalla para alinearlos de manera que sumen 10, tanto en horizontal como en vertical, y eliminarlos así de la pantalla. Pero cuidado, esto significa que, por ejemplo, podemos intercambiar de posición dos números 2, uno encima del otro, pero al darse la vuelta se convierten en dos números 5 (igual que un 9 se convertiría en un 6, y viceversa). Nuestra tipografía quizás no lo haga tan obvio, pero hay que tener en cuenta que se usan en el juego los clásicos números de pantalla LCD, como los de la calculadora de toda la vida, y que siguen imitando la mayoría de las calculadoras de los sistemas operativos de nuestros ordenadores.
Esos dos números ya sumarán 10 (5+5) y desaparecerán. Mientras tanto, desde la izquierda de la pantalla irán entrando más números. Pero no sólo se trata de que sean bloques de dos números: podemos usar más, escogiéndolos de la fila o columna, como, por ejemplo 5+1+2+2. Volviendo a lo de dar la vuelta a los números, ¿qué pasa cuando el resultado no es otro número, como por ejemplo un 4? Pues ese número queda anulado hasta que le demos una posición, rotándolo, donde vuelva a ser legible numéricamente. Hay que tener cuidado, pues incluso un 1 al revés como en un espejo (es decir, rotado de izquierda a derecha), al cambiar de lado del "8" sobre el que se inscribe cada número en la clásica pantalla LCD es igualmente ilegible como número.
De esta manera, hay que rotar (mover) los números, y luego ir sumando para poder eliminarlos, lo que se hace seleccionando con el lápiz la serie de números (en vertical u horizontal) que suman diez, desapareciendo de la pantalla. Exige, por tanto, atención y agilidad pese a la sencillez de las cuentas, ofreciéndonos, además, tres modos de juego diferentes.
El principal son los retos, Challenge, donde hay que conseguir eliminar una cantidad determinadas de cifras, aunque igualmente intenso es el modo Puzzle, donde se nos da un objetivo determinado de eliminación de números, pero hay que hacerlo en la menor cantidad posible de pasos. Por último, está el Endless, donde simplemente hay que ir sumando puntos.
Estéticamente, su sencillez quizás sea demasiado radical: principalmente fondo negro, letras simples, y tipografía retro-LCD para los números, con una música de tintes electrónicos pero igualmente simplista e incluso algo estridente. Muy en la línea del juego, de hecho, y también hay que tener en cuenta que su base jugable se sustenta tanto en mover los números como en su aspecto visual, si son legibles al darles la vuelta, en función de cómo se "inscriben" en esos "8" de las pantallas de las calculadoras de toda la vida y que nos permitían hacer cosas como escribir "07715708" ("bolsillo" al girar la pantalla 180º) cuando estábamos en el colegio (bueno, y más talluditos también).
Su fuerte foco en la aritmética (insistimos, muy sencillita), junto a la necesidad de pensar rápidamente en cuanto a localización espacial hacen de Art Style: CODE una propuesta muy interesante que puede asustar a los jugadores, tanto por su sobriedad como por su curva de dificultad… y más que nada porque hay quien se bloquea, simplemente, ante tanto numerito dando vueltas. Pero si le damos una oportunidad, veremos que resulta divertido, mucho incluso, y que hay jugo por exprimir en su planteamiento. Puede no ser tan accesible desde la primera partida, pero hay mucha diversión por sacar de este baile de cifras.