Análisis de Art Style AQUITE DSiW (NDS)
Hay que reconocer que una de las mejores cosas que le ha pasado a WiiWare, en cuanto a conceptos jugables, es la llegada de la serie Art Style. Y si encima uno es aficionado a los puzles, poco más se puede pedir con esta serie de juegos que recuperan la esencia (en ocasiones, tanto jugable como estética) de la inédita en mercados occidentales gama Bit Generation para GBA, una serie de juegos muy sencillitos y de bajo coste que se lanzaron en la recta final de la vida comercial de esa portátil, pero sólo en Japón.
Estaba claro que si habían funcionado en WiiWare, DSiWare iba a ser otro campo por explotar, y aquí tenemos, sin ir más lejos, a Art Style: AQUITE, un título de puzles de esa serie que recupera sus planteamientos más básicos: sencillez visual, estética clara, y una premisa sobre la que se ejecuta el cien por cien del título.
En esencia, estamos ante una variante más del tipo de puzle de juntar tres fichas iguales (desde Puyo Pop hasta Puzzle Challenge, pasando por Panel de Pon y mil nombres más), pero que le da un nuevo giro a esta fórmula combinando rasgos absolutamente tradicionalistas con un planteamiento original.
Ante todo, hay que tener en cuenta que su jugabilidad es clásica, en el sentido de que no emplea la pantalla táctil, e incluso la doble pantalla se basa más en ampliar el campo de visión que en otra cosa para mostrar al jugador una enorme columna de fichas. Esta columna sólo tiene un ancho de tres fichas, así que ya tenemos una importante diferencia con respecto a sus posibles competidores y antecedentes.
Nosotros movemos una ficha de, como mínimo, dos bloques (hasta cuatro, en el mayor nivel de dificultad), desplazándolos por los laterales de la pantalla hasta la altura deseada, y luego ahí los colocamos. Eso, claro, mueve hacia arriba los bloques que desplazan para hacer el hueco para esa ficha, y ahí es donde empieza a liarse la cosa. El objetivo, por supuesto, es ir eliminando fichas, y no caer en nuestra propia trampa. Puede parecer difícil, y así es durante unos primeros momentos, al principio de la partida, pero la mecánica funciona una vez la entendemos bien, y la verdad es que suena mucho más extraño explicarlo que hacerlo.
Debemos tener en cuenta, además, que todo esto tiene como objetivo permitir al submarinista llegar a una profundidad cada vez mayor, teniendo en cuenta que su reserva de oxígeno es limitada. Si se va acabando su oxígeno, todo se irá volviendo más oscuro, dificultando la visión, el resolver el puzle y, finalmente, nos impedirá avanzar: habremos perdido. Se puede jugar parcialmente a ciegas, y ahí ya entra la suerte y la memoria como factores adicionales, lo que nos permite tanto salvar la partida in extremis como condenarnos irremediablemente.
Con 25 niveles, y la posibilidad de jugar contra el reloj (Interval Dive) o sin esa presión (Endless Dive)), para partidas mucho más relajadas y tranquilitas, el único contenido adicional del juego es un salvapantallas (Aquarium) muy relajante que podemos activar, y que viene a ser como tener un pequeño acuario en nuestra portátil. Visualmente, es muy esquemático y simplista, aunque algunos elementos nos recuerdan, por colorido y estética, al original Electroplankton. La música, muy ambiental y apropiada, complementa un trabajo artístico sencillo pero eficaz y muy convincente para una propuesta de este tipo.
Desde luego, hay cierto lucimiento artístico en el acuario, porque el esto destaca por ser esquemático, aunque es algo hecho de manera deliberada, pues el propio buceador, como podéis apreciar en las imágenes, es poco más que una silueta icónica más similar al muñequito de las señales de tráfico que a un hombre rana de andar por casa. En cuanto a la producción, nos gustaría destacar que, extrañamente, su poco texto está en inglés; no es que necesite ningún tipo de explicación muy especial, pero precisamente al no tener instrucciones por no venderse en formato físico, hubiese sido deseable que estuviese bien localizado a nuestro idioma.
Art Style: AQUITE corre el peligro de pasar desapercibido, pero lo cierto es que se presenta como una de las propuestas más interesantes de este primer desembarco de juegos para DSiWare y, desde luego, sin tener que reducir su foco, es, con independencia de ese origen, un puzle que nos ha encantado, y que, de hecho, en la lista de pendientes sólo echamos en falta algún tipo de propuesta multijugador.