Análisis de The Caligula Effect PSN (PSVITA)
El nombre de la desarrolladora Furyu no nos debe sonar en exceso, y es relativamente normal, porque en Europa sólo nos han llegado dos juegos hasta la fecha. El decente Lost Dimension, y el curioso The Legend of Legacy. En Japón, en cambio, esta empresa japonesa ha desarrollado una notable actividad, especializándose en juegos para consolas portátiles desde el año 2009. Así, entre los productos que no hemos podido disfrutar se encuentran varios juegos con licencias tan conocidas como Doraemon, Terraformars, Beyblade y Prince of Tennis o juegos tan peculiares como Exstetra, mientras que novelas visuales en las que se han visto involucrados como WORLD END ECONOMICA o The House of Fata Morgana han aparecido en Steam por terceros, que no han dejado rastro de su autoría.
Cuando se anunció este The Caligula Effect, o Caligula sólo en Japón, lo cierto es que a muchos nos recordó a la saga Persona (como pasa con otros juegos que han aparecido desde Persona 4 hasta ahora, desde el regular Mind: Zero hasta el sorprendente Conception, así como el a punto de aterrizar en Occidente Akiba's Beat). En este caso en concreto además de un parecido evidente al ver los anuncios correspondientes, nos encontramos con que su guionista trabajó no sólo en los tres primeros Persona (y con esto nos referimos al primero y las dos partes del segundo), sino que también tuvo un papel en las dos partes de Digital Devil Saga para PlayStation 2. De hecho, su distribuidor en Occidente no es otro que Atlus, y sólo de manera digital a pesar de ciertos intentos por traerlo al espacio de juegos con presencia en tiendas no digitales.
Y sí, tiene un parecido, pero también tiene muchas diferencias, además de tratarse uno de una saga bastante consolidada, y en el otro lado una propiedad intelectual nueva. The Caligula Effect nos pone en la piel de un estudiante de segundo año de un instituto japonés, que al inicio del juego se da cuenta de que aquí pasa algo raro. Ese algo raro consiste en que a pesar de parecer que estamos viviendo una vida de estudiante normal, lo cierto es que estamos atrapados en un mundo imaginario, al más puro estilo Matrix, en el que vivimos en bucle la vida de un estudiante de instituto, pues los creadores de este mundo han llegado a la conclusión que es el momento más feliz de las personas.
Al poco tiempo de darse cuenta nuestro protagonista nos contacta primero una especie de hada que es una de las fundadoras del mundo, el cual parece ser que "se les ha ido de madre", y un grupo de otros estudiantes que están en una situación similar a la nuestra, acabando por formar un club llamado "Go Home". Por desgracia, el mismo sistema se opone a que encontremos la manera de volver a casa, ya que esto parece ser que le perjudica, y hay una serie de personajes que se oponen a nuestro retorno.
Así, mientras encontramos la manera de volver al hogar y salir de este universo paralelo, nuestro protagonista tiene que convivir con este espacio poblado de estudiantes de instituto, con su centro comercial, su puerto, y otras zonas comunes con otras ciudades. Este juego tiene un sistema a la par interesante y algo tedioso de establecer relaciones. Tenemos a nuestra disposición más de 500 compañeros dispuestos a ser nuestros amigos, pero de inicio no todos lo van a querer ser. Al acercarnos a los que no lo son, arriba, además del nombre y el nivel, así como el grado de posibilidades de que sean hostiles con nosotros, nos encontramos con que puede o no haber un candado rojo. Si lo hay quiere decir que no podemos aún ser amigos suyos, mientras que si no lo hay tenemos el camino despejado para ser sus amigos.
La parte pesada viene que en lugar de crecer de golpe hasta el punto de no poder continuar hasta nueva orden, nuestro protagonista puede hablar con ellos, subiendo poco a poco su barra de amistad, hasta que llegamos a ese punto. De hecho, ese punto puede seguir creciendo si, por ejemplo, cambiamos de espacio (una nueva planta, una nueva zona) y volvemos otra vez a donde se encuentren, no existiendo en ningún momento restricciones de tiempos y horarios. Pero en un momento dado ya no podrá seguir avanzando hasta que realicemos una pequeña misión, como encontrar un ítem o similares, que nos permita desbloquear un trauma superficial, y finalmente lo mismo con un trauma más profundo. Además, una vez lo hayamos hecho podremos incorporar a estos amigos a nuestro plantel, que es un detalle muy interesante. El problema es que para llegar a este punto habremos pasado por un rato algo más tedioso de lo que debería.
Si con los estudiantes más o menos amistosos podremos establecer relaciones, con lo que no lo son tanto (llamados digiheads en el juego) tendremos que pelear en unas batallas en las que nos saldrán partes en forma de armas del cuerpo, las cuales son especialmente interesantes en el momento en que nuestro protagonista no está solo en batalla, sino que le acompañan varios compañeros (hasta cuatro). La mecánica es una de las más interesantes vistas en un juego por turnos en los últimos tiempos, y la gracia del sistema consiste en que en lugar de tener un turno para cada uno de los protagonistas y enemigos, estos se superponen, de manera que tenemos que elegir con sabiduría para que estos ataques tengan el mayor efecto posible, para lo que contamos con la ayuda de un sistema que nos permite ver, más o menos, lo que va a pasar.
Así, por ejemplo, empezamos con el protagonista, y decidimos hacer un ataque sencillo para ver que efecto tiene. Vemos que a lo mejor el enemigo iba a usar un escudo en ese momento, así que cambiamos de idea, y usamos un ataque que rompe escudos. Si esto lo combinamos con otro personaje que hace un ataque que levanta al enemigo en el aire, otro que lo mantiene en el aire, y otro que lo remata en la tierra, nos encontramos con que el daño que podemos hacerle es muy elevado, de una manera muy dinámica, y visualmente espectacular.
Los combates contra los enemigos complicados (avisamos, de inicio ya podremos encontrarnos con alguno de estos, pero no tenemos porqué enfrentarnos a ellos… aún) son muy entretenidos, mientras que los enemigos más sencillos se pueden hacer más pesados porque los cuatro miembros del equipo tienen que realizar su acción (consejo: usar el movimiento si veis que no hace falta nada más). En el fondo la mayoría de los combates se pueden evitar, porque los digiheads tienen una vista muy corta, y podemos prácticamente pasar al lado sin que se percaten de nuestra presencia… salvo que sean ese tipo de enemigos que tenemos que derrotar para avanzar. Por otro lado, es conveniente haber derrotado a unos cuantos enemigos antes para poder derrotar a estos enemigos "de historia", así que es conveniente no evitar todos los embates.
Por lo demás, el juego es bastante lineal, de manera que podemos seguir la historia atendiendo las instrucciones que nos dan. Eso sí, hay muchos caminos opcionales, como historias de otros protagonistas o peleas en las que a lo mejor no tenemos por qué meternos, con lo que elegiremos si una vez hayamos superado una zona a lo mejor nos conviene ver si hemos desbloqueado una puerta anterior cerrada o ya podemos superar un enemigo que anteriormente se nos hacía cuesta arriba.
El juego emplea un sistema visual que nos puede recordar mucho a otros títulos anteriormente citados, con una mezcla de anime con modelos poligonales bien estilizados y animados, pero que tal vez peque de un exceso de protagonismo por parte de algunos colores y formas, como el blanco, que no pararemos de verlo en todo el juego. Por eso mismo, tal vez se nos pueda hacer un poco pesado a nivel visual, pero hay que decir que tiene bastante buen nivel en todo lo demás.
Un aspecto que no hemos comentado en la historia es que detrás de toda la historia tenemos a un grupo de músicos y varias "vocaloid", o cantantes virtuales. Por ello, a lo largo del juego nos encontraremos con que la música tiene un peso realmente importante, y si bien está muy bien tratada, y las canciones son de un J-pop muy pegadizo, a poco que nos consigamos despegar de la pantalla y pensemos con algo de claridad, nos daremos cuenta que por desgracia estamos hablando casi siempre de temas con bucles bastante pequeños, que al ser muy pegadizas les perdonamos esa repetición, pero que sin duda alguna es un aspecto que podríamos considerar mejorable. Por lo demás el sonido es muy correcto, con voces en japonés, lo que sumado a la falta de texto en nuestro idioma hará que algunos de nuestros lectores no lo puedan disfrutar correctamente.
Conclusiones
The Caligula Effect es uno de los juegos más recomendables en la actualidad para PlayStation Vita. Su parecido, y a la vez diferencias notables, con la saga Persona pueden actuar a la vez de atractivo o de motivo de considerar el juego no tan bueno, pero lo cierto es que resulta un experimento relativamente interesante, y en general un juego que ofrece mucho más de lo que podemos pensar en un primer momento. Una buena historia, mecánicas atractivas, muchas horas de juego y un aspecto artístico muy correcto nos dejan un juego que tal vez se haya visto lastrado por el hecho de no tener una distribución del todo correcta por tierras occidentales.
Hemos realizado este análisis con un código de descarga que nos ha proporcionado por Atlus USA.