Análisis Monster Hunter World: Iceborne, una expansión monstruosa (PS4, PC, Xbox One)
Monster Hunter es todo un ejemplo de cómo la calidad no entiende ni de fronteras ni de géneros. Aunque os pueda resultar extraño a estas alturas, hace tan solo unos pocos años hablar de esta fantástica saga equivalía a hacerlo de una serie de juegos de nicho que, a pesar de contar con una comunidad fiel y dedicada en Occidente, solo gozaba de la fama y el éxito que se merecía en Japón.
Videoanálisis
La incertidumbre que sufríamos sobre si acabaríamos recibiendo o no sus diversas entregas tampoco ayudaba demasiado a aumentar su popularidad, aunque había un dato innegable y muy esperanzador: con cada nuevo juego, las ventas mejoraban y la base de jugadores aumentaba.
Esto animó a Capcom a seguir confiando en la serie, apostando más y más por ella en una dura carrera de fondo fuera de las fronteras japonesas que poco a poco fue dando sus frutos. Y entonces, llegó Monster Hunter World.
Tras años de confinamiento en portátiles, la serie regresó a las máquinas de sobremesa dando un fuerte puñetazo sobre la mesa, evolucionando su jugabilidad y renovando por completo su apartado gráfico para ofrecernos uno de los mejores y más espectaculares juegos de toda la generación. Eso, sumado a los esfuerzos de la compañía por promocionarlo y hacerlo más accesible para los nuevos jugadores, acabó traduciéndose en la explosión que la serie necesitaba, catapultando a esta entrega hacia lo más alto.
Tanto es así que estamos hablando del que es, actualmente, el juego más vendido de toda la historia de Capcom (si no contamos Street Fighter II y sus numerosas revisiones), cuyas cifras se sitúan ya por encima de los 13 millones de unidades vendidas en todo el mundo.
Sin embargo, reconstruir la saga desde cero no fue una tarea fácil y, a pesar de que estamos hablando de un título con una cantidad de contenidos enorme, se quedó un poco corto en comparación a algunas de sus entregas anteriores (sin irnos más lejos, Generations Ultimate triplicaba el número de monstruos de World), y ciertos detalles todavía necesitaban una capa de pulido.
Por suerte, nuestras cacerías están muy lejos de terminar gracias a la llegada de Iceborne, la primera gran expansión de este fantástico juego. ¿Su objetivo? Ampliar y mejorar de todas las formas posibles e imaginables la experiencia que vivimos en la aventura base. ¿Lo ha conseguido? Indudablemente.
La cacería continúa
Tal y como hemos dicho, estamos ante una expansión de Monster Hunter World, así que necesitaremos tener este juego para poder disfrutarla. Eso sí, no os penséis que se trata de un simple DLC, ya que la cantidad de contenidos que incluye es descomunal, garantizándonos decenas e incluso cientos de horas de diversión según el partido que les queramos sacar.
De entrada, probablemente lo que más llame la atención sea la inclusión de una historia completamente nueva que nos llevará a investigar unos misteriosos cambios que se están produciendo en el ecosistema del Nuevo Mundo, provocando la aparición de nuevas bestias y subespecies que, por supuesto, nos tocará cazar.
Para acceder a esta nueva campaña primero tendremos que pasarnos la trama principal del título base y tener, como mínimo, rango 16 de cazador, algo que no es simple casualidad, ya que todos los contenidos de Iceborne están destinados a los cazadores más veteranos, suponiendo así un salto de dificultad que, de primeras, podría pillarnos desprevenidos.
De hecho, todas las misiones de la expansión, tanto principales como secundarias, se engloban dentro del llamado Rango Maestro, que vendría a ser algo así como el equivalente del Rango G de otras entregas de la saga, con monstruos más peligrosos y agresivos que nos exigirán llevar al día nuestro equipo y jugar realmente bien.
Hablando de monstruos, la selección de bestias que se ha realizado para la ocasión es simplemente impecable, añadiendo un número bastante alto de nuevas criaturas a las que enfrentarnos. La gran mayoría de ellas han sido monstruos insignia en otros títulos de la serie, por lo que podremos volver a revivir nuestras viejas batallas contra seres tan carismáticos como el Tigrex, el Nargacuga, el Zinogre, el Brachydios o el Glavenus, entre otros.
Ver a estas bestias con el apartado gráfico de World es una auténtica pasada, especialmente cuando interactúan y batallan entre ellas, y combatirlas sigue siendo una experiencia tan divertida como siempre. No en vano, muchos de estos monstruos están entre los favoritos de los fans de la saga, y con motivo, así que preparaos para unos combates muy intensos en los que no os dejarán respirar ni un solo segundo.
También hay que destacar que otra de las ventajas de haber apostado por estas criaturas es que sus comportamientos, ataques y formas de moverse no se parecen en nada a lo que habíamos visto en el título base, aportando mucha variedad en los enfrentamientos.
Eso sí, no os penséis que esta expansión solo se dedica a tirar de archivo y reciclar contenidos de juegos anteriores, ya que también añade enemigos y subespecies totalmente inéditos hasta la fecha. No queremos comentar mucho más sobre ellos para no arruinaros sorpresas, pero os podemos asegurar que hay al menos tres dragones ancianos que nos han fascinado tanto por su diseño como por el tipo de combate que plantean, totalmente distintos a cualquier otra cosa que se haya hecho nunca en la saga. Y mucho ojo con la batalla final de la historia, sin duda una de las más espectaculares, originales e intensas que hemos jugado nunca en un Monster Hunter.
Evidentemente, con la inclusión del Rango Maestro también se ha actualizado la dificultad de los enemigos del original que nos encontremos en las nuevas misiones de Iceborne, así que podéis dar por hecho que abatir un Rathalos en ellas no será tan sencillo como antes.
El cazador ideal
Por suerte, nuevo rango y nuevos monstruos también equivalen a nuevas armas y armaduras, cuyo nivel de rareza puede ser ahora de hasta 12, teniendo aquí las más poderosas de todo el juego. Una novedad muy interesante es que las piezas de rareza 9 o superior pueden contener huecos especiales para una serie de nuevos adornos mucho más potentes de lo habitual, los cuales pueden subirnos el nivel de hasta dos habilidades distintas o potenciar una sola de forma más que considerable, aportando así una nueva capa de profundidad a la personalización de nuestro equipo.
Ya que hemos mencionado las armas, os alegrará saber que se ha actualizado la lista de movimientos de todos ellas, por lo que ahora cuentan con nuevos combos y técnicas muy útiles y espectaculares que las hacen todavía más divertidas de usar que antes, algo que acaba haciendo los enfrentamientos mucho más dinámicos, ágiles y estratégicos.
Estas mejoras afectan incluso a la eslinga, pudiendo apuntar con ella sin necesidad de guardar nuestra arma cuando la tengamos desenvainada. Además, esto gana enteros en combinación con la nueva garra retráctil, una herramienta que nos permitirá engancharnos a los monstruos para realizar un ataque especial que les hará soltar munición para la eslinga o, en su defecto, dispararles con ella en la cabeza para que embistan hacia delante y se choquen contra alguna pared.
Otras novedades
Obviamente, las novedades no acaban aquí, ya que también encontraremos un nuevo y espectacular mapa nevado donde cazar, Arroyo de Escarcha, cuyo diseño nos ha enamorado al ser más interactivo y claro que cualquiera de los vistos en el título principal.
En relación a los terrenos de caza, hay una grandísima sorpresa que descubriréis cuando terminéis la historia principal y que supone la piedra angular del contenido endgame de esta expansión, aunque no podemos dar más detalles ni sobre lo que es ni en qué consiste, ya que sería caer en spoilers. Lo que sí os podemos decir es que su propuesta nos ha encantado, ofreciéndonos un entorno de caza mucho más orgánico, vivo, sorprendente y con una estructura más libre y dinámica que las clásicas misiones (estas también siguen presentes, no os preocupéis), garantizando así innumerables horas de puro disfrute tras ver los títulos de créditos.
Por otra parte, también se ha añadido una nueva ciudad, Seliana, donde encontraremos algún que otro minijuego nuevo y una zona social con más actividades con las que entretenernos mientras organizamos nuestras cacerías.
En otro orden de cosas, una novedad que nos ha encantado es la inclusión de un sistema de dificultad dinámica que ajusta el nivel de desafío que plantean los monstruos al número de jugadores que haya en la partida. Es decir, la dificultad ya no se divide únicamente en "para un jugador" y "multijugador" y se ajustará a si somos uno, dos, tres o cuatro cazadores. Es más, esta se adapta en tiempo real incluso si en mitad de una misión alguien se une o se desconecta, evitándonos disgustos cuando ocurren imprevistos.
En total, completar la historia principal centrándonos en ella y "farmeando" unas pocas armas y armaduras es una tarea que nos llevará una media de 35 y 40 horas, aunque claro, esto es solo una pequeñísima parte de todo lo que trae consigo, ya que si sumamos misiones secundarias y todo lo relacionado con el endgame la cifra nos pasará holgadamente las 100 e incluso 200 horas.
A nivel visual se mantiene lo visto en el juego base, con unos mapas de los que solo podemos hablar maravillas por el mimo, cuidado y detalle que se ha puesto en ellos, aunque el plato fuerte vuelven a ser los propios monstruos, cuyas animaciones y modelados no pararán de dejarnos con la boca abierta por más veces que los veamos.
El sonido tampoco se queda atrás con una banda sonora tan espectacular como era de esperar, combinando temas nuevos con revisiones de ciertos clásicos que suenan ahora mejor que nunca y que pondrán los pelos de punta a cualquier cazador veterano. Los efectos son impresionantes y de gran calidad, con unos rugidos muy característicos y reconocibles que harán retumbar las paredes de nuestra casa con un buen equipo de sonido, y las voces vuelven a estar en español con los mismos actores del título original, lo que se traduce en unas interpretaciones más que correctas para la mayoría de personajes.
Conclusiones
Monster Hunter World: Iceborne es todo lo que le podíamos pedir a una expansión de este juegazo, y puede que incluso más. Aporta una cantidad de contenidos descomunal, arregla y pule pequeños problemas del juego base, los nuevos monstruos son todo un espectáculo, la dificultad ha experimentado un salto más que considerable, las nuevas herramientas son muy útiles y divertidas de usar, la personalización de nuestro equipo es más interesante, los nuevos movimientos de las armas aportan mayor profundidad a las batallas y el endgame que propone es de los más interesantes de toda la serie.
Se nota que Capcom ha querido contentar, sobre todo, a los jugadores más veteranos, quienes encontrarán aquí un reto a su altura y todo aquello que echaron de menos el año pasado, pero sin olvidarse de mantener todos los avances y mejoras que se hicieron con esta entrega para hacer de esta una aventura mucho más disfrutable, cómoda y accesible. Así que si os quedasteis con ganas de más Monster Hunter, no os lo penséis y dadle una oportunidad. No será un nuevo juego, pero es, sin duda, de lo mejor que hemos jugado este año.
Hemos realizado este análisis gracias a un código de descarga para PS4 que nos ha facilitado Koch Media.