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Fecha de lanzamiento:
PS4:
XBOne, PC:
Switch:
FICHA TÉCNICA
Desarrollo: Amplify Creations
Producción: Rising Star Games
Distribución: PlayStation Network
Precio: 19,99 €
Jugadores: 1
Formato: Descarga
Textos: Español
Voces: Inglés
Online: -
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Análisis Decay of Logos, Dark Souls y Breath of the Wild se dan la mano (PS4, Switch, Xbox One, PC)

Una humilde aventura inspirada en los Souls y en menor medida en Zelda Breath of The Wild que gustará a los jugadores que busquen grandes desafíos.
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Actualizado: 21:31 17/8/2020
Análisis de versiones PS4, Switch, Xbox One y PC.

Si existe una saga relativamente nueva (dentro de lo que cabe) que se ha convertido en una de las más influyentes de los últimos tiempos, esa es Dark Souls. La creación de FromSoftware ha causado un impacto brutal en numerosos jugadores y compañías, las cuales no paran de mirar las entregas de la obra ideada por Hidetaka Miyazaki para poner en liza muchas de sus mecánicas jugables.

El ejemplo más reciente es una producción de procedencia independiente del pequeño estudio Amplify Creations. Comparado durante su fase de desarrollo con The Legend of Zelda: Breath of the Wild sobre todo por su aspecto estético, lo cierto es que dicho trabajo del equipo portugués guarda muchas más semejanzas con la citada franquicia de FromSoftware, especialmente con su desarrollo y sistema de control… por no hablar de su nivel de dificultad, por supuesto. Una combinación muy interesante que ha dado vida a una aventura muy meritoria que va a pillar por sorpresa a más de un jugador. Pero os avisamos desde ya: en ocasiones puede resultar incluso más desafiante que un Dark Souls, por ejemplo, así que andaos con ojo.

Una aventura variada y muy exigente

Como seguro que muchos estáis imaginando al haber mencionado tanto a Breath of the Wild como al famoso estudio liderado por Miyazaki, estamos ante una aventura con toques de RPG que, además, presenta un sistema de combates en tiempo real bastante táctico… y tremendamente exigente. Acercándose mucho a las cotas marcadas por títulos como Dark Souls, Sekiro y demás producciones que todos conocemos, el nivel de dificultad que ostenta Decay of Logos probablemente echará para atrás a muchos usuarios. La curva de dificultad que posee esta aventura es muy empinada, sobre todo de inicio, y es necesario armarse de paciencia para superar los primeros compases de esta gran odisea.

La muerte está asegurada en el vasto mundo que recorremos a lomos de un venado místico (una característica que, en este caso sí, recuerda mucho a la relación establecida entre Link y Epona de la saga Zelda).

Podemos caer en combate contra cualquier adversario si nos descuidamos, y nos tocará regresar hasta el último punto de guardado cuando eso suceda. Y si morimos muchas veces, nuestro personaje sufrirá las consecuencias, dado que cada vez se irá debilitando más como en un momento os explicaremos con más detalle.

El medidor de resistencia nos permite efectuar un número de ataques y maniobras seguidos limitado, así que hay que estar muy pendientes de él.

Los combates son, por lo tanto, una parte muy importante de esta aventura. El planteamiento de los mismos es muy familiar, dado que podemos fijar a nuestro adversario (haciendo click con R3) y usar tanto ataques físicos rápidos como contundentes así como lanzar hechizos mágicos que vamos aprendiendo (y que nos cuestan vida, ojo), efectuar esquivas, parries y demás maniobras. Justo al lado de la barra de salud se encuentra el inevitable medidor de resistencia, que posee una importancia similar al de vida. Cada vez que efectuamos una acción, se consume una parte determinada de dicha energía, siendo necesario estar muy pendientes de que la resistencia del protagonista no se agote para que no quede a merced de los rivales.

Las batallas que encaramos a lo largo de nuestro viaje son tan numerosas como desafiantes, dado que existe una buena cuantía de distintas criaturas con sus patrones y características únicas (los hay muy rápidos, otros que se protegen con un escudo, etc.) que debemos aprender y memorizar para no acabar besando el suelo. Y para añadir más madera y gracia al asunto, algunos enemigos pueden alterar nuestro estado y envenenarnos, por ejemplo.

Las batallas son uno de los ingredientes principales que forman parte de esta odisea. Y no son fáciles, más bien lo contrario.

Para sobrevivir a tanta dificultad contamos con diversas ayudas. Una de ellas es la posibilidad de ir mejorando tanto nuestras estadísticas como, también, nuestro equipo. Por todo el enorme mapeado se esconden multitud de cofres que contienen diversos artefactos que pueden ayudarnos a restaurar nuestra salud, pócimas que permiten potenciar parte de nuestro arsenal, armas y piezas de armadura con los que es posible equiparse y que se desgastan a medida que peleamos (otro guiño a Zelda: Breath of the Wild)… Son muchos los elementos de los que podemos ir echando mano a lo largo de nuestro viaje, tal y como se presupone en una aventura de estas características.

Otra mecánica jugable que ha sido extraída de los juegos Soulsborne es el tema de los campamentos, que hacen las veces de hogueras… más o menos. Estos lugares actúan como zonas de descanso y, a su vez, resetean el posicionamiento de los adversarios sobre los diferentes mapeados que visitamos. Sin embargo, en este punto conviene realizar un inciso muy importante que tiene que ver con el tema de la experiencia. Como ya sabéis, en los juegos tipo Dark Souls cada vez que morimos reaparecemos en alguna de las hogueras previas, perdiendo la experiencia amasada hasta entonces, teniendo la oportunidad de poder recuperarla (si no perecemos nuevamente) justo en el punto en el que habíamos perecido.

El precio de la muerte

Bien, pues este sistema no ha sido contemplado en la aventura que nos ocupa, siendo sustituido por uno más particular si cabe… y que no ha terminado de agradarnos. Cuando morimos, nuestras estadísticas bajan; mientras que éstas suben cada vez que eliminamos a un rival o superamos algún puzle. Parece justo, pero en la práctica no lo es tanto. ¿Y por qué? Pues porque si, por la razón que sea, nos adentramos en una zona muy complicada repleta de adversarios muy duros y en la que no se encuentran campamentos (y no todos los puntos de guardado los albergan), podemos morir una y otra vez tratando de escapar de dicha región del mapeado, haciéndonos cada vez más débiles. Un círculo vicioso que complica cada vez más nuestra supervivencia. Pero eso no es todo. Los campamentos están totalmente desprotegidos y podemos sufrir emboscadas enemigas con relativa frecuencia mientras descansamos, lo cual suele acabar en una nueva rebaja en las estadísticas de nuestra protagonista.

Por todo esto, estamos ante una aventura muy especial que no es apta para todo tipo de jugadores, más bien lo contrario. Sólo un grupo selecto de usuarios sabrá exprimir todo el potencial que acapara esta obra y sobreponerse a las innumerables dificultades que presenta… y eso incluye algún que otro bug bastante molesto, que puede incluso provocar que el juego se interrumpa. Además goza de una jugabilidad muy diversa, dado que además de los citados combates, también podemos visitar pueblos repletos de personajes con los que dialogar (en inglés con subtítulos en español) así como ir solventando puzles no especialmente llamativos pero que aportan diversidad al desarrollo.

Cada vez que morimos, algo más frecuente de lo que nos gustaría, nuestra protagonista se debilita.

Y a todo esto, ¿qué hay de la historia? ¿Quién es el protagonista? Pues estamos ante una historia protagonizada por una joven llamada Ada que ve cómo su pueblo es arrasado justo al comienzo del juego. Y debido a ello, su sed de venganza la lleva a acabar con todos los cabecillas que reinan en el ficticio reino en el que transcurre la aventura. Una narrativa que no goza de un gran peso pero que ha sido bien plasmada.

Muy bonito, aunque con algunos problemas técnicos

Pasando ya a repasar su acabado estético, está claro que la inspiración principal que han tomado los desarrolladores (un estudio formado únicamente por cuatro personas) es la maravillosa aventura de Link aparecida en Switch y Wii U. Eso sí, no esperéis encontraros con algo ni ligeramente parecido (a pesar de que las imágenes estáticas "engañan" bastante), dado que más allá de su estética, realmente encomiable y acertada, estamos ante una obra mucho más humilde que ha sido concebida mediante el motor gráfico Unity.

Gráficamente recuerda bastante a lo contemplado en el gran 'Breath of the Wild' y goza de una línea estética muy acertada, pero es un título mucho más humilde que la aventura protagonizada por Link y posee diversos errores técnicos.

El diseño de las diferentes partes de los decorados es bastante notable, escenarios que resultan lo suficientemente amplios, coloridos y también variados. De hecho, existen determinadas zonas que poseen una belleza increíble y que merece la pena recrear la vista en ellas. Los enemigos no es que sean gran cosa pero dan el pego, así como el modelado del protagonista y el alce místico, más que aparente. Lo que pasa es que todo lo demás no alcanza el mismo nivel de calidad.

Para empezar, y al menos en la versión para PS4 Pro que es la que hemos probado, es posible advertir popping severo de manera continua en numerosos elementos de los escenarios. Y no en el horizonte más lejano, sino dentro de una distancia de dibujado no especialmente alejada. Las animaciones de los personajes tampoco es que sean las más suaves ni mejor realizadas jamás vistas, y también se deja notar la esencia poligonal de prácticamente cualquier elemento que aparece en los fondos, los cuales además han sido texturizados de manera meramente funcional, sin demasiados adornos.

¿Quiere esto decir que estamos ante una obra descuidada gráficamente o, simplemente, desagradable? Para nada. De hecho, sigue siendo un título relativamente vistoso. Pero es justo precisar que es el típico juego que muestra un aspecto más atractivo en pantallas estáticas o en vídeos de corta duración que cuando lo contemplas en movimiento durante varias horas seguidas.

Podemos llegar a empuñar una buena diversidad de armas distintas, las cuales se van desgastando paulatinamente a medida que peleamos.

El apartado sonoro sigue un patrón similar, pero ha sido ligeramente mejor resuelto. Aunque el protagonista es mudo, los diálogos con otros personajes han sido doblados de manera muy convincente. Y para terminar, los efectos sonoros resultan lo suficientemente variados y la sosegada banda sonora ambienta correctamente cada localización que visitamos, existiendo un cuantioso número de ellas.

Una buena combinación

A pesar de que no es el título más original del mundo en cuanto a su planteamiento general se refiere, más bien lo contrario, y que ha sido concebido de manera humilde por un equipo muy pequeño, Decay of Logos es una aventura que merece la pena probar. Está claro que su nivel de dificultad puede suponer un obstáculo insalvable para ciertos usuarios, eso es un hecho. Pero los que quieran disfrutar de una aventura desafiante, bastante extensa y bien recreada seguramente encontrarán, con paciencia, la manera de ir solventando los distintos escollos que pone en juego esta notable producción.

Hemos realizado este análisis mediante un código de descarga enviado por Thunderful Publishing AB.

Colaborador

NOTA

7.5

Puntos positivos

El desarrollo es bastante variado y exigente… mucho.
Los combates son muy tácticos y nos obligan a estar muy concentrados.
Estéticamente no está nada mal, sobre todo los decorados que exploramos.

Puntos negativos

No podemos crear a nuestro personaje y escoger sus características iniciales.
Técnicamente es vistoso pero muy normalito. Es una producción humilde.
El sistema de progresión puede resultar frustrante.

En resumen

Una aventura muy meritoria que toma prestadas muchas mecánicas de juego de la saga Dark Souls y, en menor medida, de Breath of the Wild.