En junio de 2013, un muchacho de 21 años que trasteaba con GameMaker y RPG Maker lanzaba una campaña de Kickstarter para financiar su primer videojuego. Era un gran seguidor de la obra de Shigesato Itoi, pues durante su etapa en el instituto se había entrenado ya realizando hacks de la ROM de EarthBound y soñaba con replicar aquel glorioso juego de rol de SNES con el que había crecido.
Siete años después, casi todo el que juega a videojuegos conoce su sobrenombre: Toby Fox. El éxito de Undertale impactó en la escena indie como un meteorito —igual que el que daba comienzo a su juego favorito— que le permitió dedicarse a ello y embarcarse en Deltarune. Y es que hubo un fuerte elemento que ayudó a que sus juegos triunfaran, un trabajo fidedigno que aportaba toda la salsa para que los jugadores empatizaran con sus valiosos personajes. Hoy hablaremos de las bandas sonoras.
Hopes and Dreams
Toby Fox estudió música de manera autodidacta y ya había sonorizado unos años antes el proyecto de cómic web Homestuck. Al igual que trasteaba con programas amigables de programación intentó aprender a manejar algún music traker, pero eso le parecía mucho más complicado de manejar. A pesar de todo no se iba a rendir, y en lugar de dominar uno de estos secuenciadores prefirió escribir segmentos musicales por su cuenta para luego juntarlos. La música sería siempre la primera piedra que colocaría en cada escenario, de ese modo lo que vendría después estaría inspirado por su composición y no al revés, que le forzaba a adaptarse a lo programado.
Undertale se inicia como el viaje de un niño en un lugar llamado Underground, donde irá conociendo diversos personajes, pero el juego se esfuerza en todo momento por tirar las paredes y hacer que cada parte se retroalimente. La música utiliza de manera insistente el leitmotiv para aferrarse a esos lugares y personajes, y como fusión de los diferentes segmentos escritos por Toby Fox también une el pasado con el presente, siendo por momentos un homenaje al chiptune PSG, y en otros librerías de sonido e incluso una guitarra eléctrica real, instrumento que sería interpretado por Stephanie MacIntire.
La obertura «Once Upon a Time» imita justamente la intro de un juego de 8 bits, pasando rápido a los pianos de «Fallen Down», «Uwa! So Temperate» y «Ruins», el delicado tema que da ambiente a la primera mazmorra del juego. Será cuando dé comienzo el combate contra el jefe inicial que las cosas cambien, pasando a un magnífico swing titulado «Ghost Fight»; solo harán falta un par de bucles para que nos haya contagiado por completo con su carismático ritmo. Otras piezas que descubrimos pronto son el «Home» de la zona de descanso y el «Determination» del fin de partida, un lema recurrente.
Y a pesar de todo eso, la clave del juego serán los temas asociados a cada personaje, como el contraste entre el tema de Sans y el de Papyrus, que acaba evolucionando a «Bonetrousle». También existe una conexión entre el «Heartache» de Toriel y el tema «ASGORE», que inicia precedida por el arranque del chiptune armonizado «Bergentrückung» —que significa Rey bajo la montaña, el héroe durmiente— para derivar en su sencilla pero pegadiza melodía, sin duda un momento culminante. Lo mismo ocurre con «Hopes and Dreams», la «Spider Dance» de Muffet o el potente «Death by Glamour» que coge su inspiración del NÚCLEO. Claro que quizás los dos momentos más increíbles musicalmente son la perseverante contienda de Undyne entre «Spear of Justice» y «Battle Against a True Heroe» y ese archiconocido «MEGALOVANIA», convertido en un meme —igual que el «Guile’s Theme»— y en uno de los temas de videojuegos más famosos de la historia, a pesar de que solo suena en un final.
Las 101 piezas de la banda sonora fueron publicadas en formato digital y en varias ediciones en vinilo a través de iam8bit. Además de eso existen múltiples discos de arreglos que han realizado otras personas, como es el caso de los álbumes de Materia Collective. Se han editado también libros de partituras con arreglos, primero los dos números por separado y luego recopilados en el Undertale Complete Piano Score.
You Can Always Come Home
Años más tarde liberaría Deltarune: Chapter 1, el capítulo inicial gratuito del que será su siguiente juego completo. La banda sonora todavía no está completa, pero a juzgar por la extensión de la anterior parece que tenemos un 40% de la cantidad de música que representaba aquella, suficiente para poder comentar una parte importante. Aquí continúan exactamente los mismos ingredientes, el mismo uso de los leitmotivs —incluso entre ambos juegos, a pesar de que no tienen relación— y la unión entre el pasado y el presente, combinando sonidos más actuales con formas de onda cuadrada.
En esta ocasión escuchamos magníficos temas como el jazz fusión de «Rude Buster» —el tema de batalla y uno de los mejores del juego—, el fantástico «Field of Hopes and Dreams» para la zona asociada, «Hip Shop», «Lancer», la tralla chiptune del «Chaos King» y por supuesto «THE WORLD REVOLVING», que redondea la banda sonora. «You Can Always Come Home» recupera el tema del hogar de Undertale y «Don’t Forget» da la sorpresa cerrando con la voz de Laura Shigihara, que fue la misma cantante y compositora que interpretó las canciones del también título indie To the Moon.
La banda sonora de Deltarune: Chapter 1 ha sido editada en vinilo a través de Fangamer, un buen obsequio si tenemos en cuenta que el juego de momento existe solo en digital y además es gratuito, por lo que adquirir la banda sonora —tanto esta como en su forma digital— es la mejor forma que hay ahora mismo de apoyar a Toby Fox mientras termina el juego, que esperamos sea pronto.