Todos tenemos videojuegos que han marcado nuestra infancia o adolescencia. Algunos veteranos recuerdan sus primeros contactos con videojuegos hace varias décadas y otros han descubierto este entretenimiento hace relativamente poco. En esta pequeña columna queremos repasar aquellos juegos que significaron un punto de inflexión en la industria o que se quedaron marcados en nuestros corazones.
The Three Wonders es de los segundos, si bien no fue una gran revolución en los salones recreativos, muchos de nosotros lo recordamos con mucho cariño. Y ahí encontramos otro punto a favor de este juego: fue lanzado en 1991, época en que los salones recreativos eran la forma de ver juegos gráficamente maravillosos que no teníamos en casa.
Además de esto, hay juegos que envejecen peor que otros, eso es por todos sabido, pues, ¿a quién no le ha pasado que recordaba un juego mientras esbozaba una sonrisa buscándolo, y al encontrarlo y desempolvarlo ha quedado con un sabor agridulce? Al jugarlo y comprobar atónito que los gráficos lucen bastante peor de lo que recordábamos o que, sencillamente, nuestro recuerdo de él era mejor que lo que teníamos ahora entre manos.
En muchos debates se ha tratado el tema de que, en ocasiones, un recuerdo puede ser algo que el cerebro humano es capaz de "redibujar" y de omitir las partes malas de ciertas cosas y solo quedarse con la buenas. Pero más lejos de todo esto está el hecho, como hemos dicho, de que hay juegos que guardamos en nuestra memoria y que al volverlos a ver nos vuelven a causar las mismas sensaciones que antaño y disfrutamos de sus niveles como hace años. Esto es lo que le ha pasado al que suscribe, pues me topé con este juego hace muy poco en un recopilatorio de Capcom a precio de risa, y ciertamente lo he vuelto a disfrutar como un enano.
Las tres maravillas de Capcom
Bajo la etiqueta de "The Three Wonders" (Wonder 3 en Japón) estas tres maravillas fueron lanzadas en el año 1991, hace justo 20 años, para la placa CPS-1, con una particularidad para las máquinas arcade: el juego contenía tres juegos, estos fueron Midnight Wanderers: Quest for the Chariot, (simplemente Roosters en el país nipón) un plataformas al estilo Ghouls 'n Ghosts (del que hereda sus dos toques de vida quedándose en ropa interior) con ambientación fantástica, Chariot: Adventure through the Sky (Chariot en Japón) un shoot'em up horizontal, y Don't Pull (ya no tenían ganas de cambiar el nombre), un juego con el sistema de juego del Pengo actualizado con gráficos más cuidados que este.
Esta extraña foto es de la parte de arriba de la cabina que acompañaba en la versión americana, donde el dibujante hizo una interpretación bastante libre de la estética de los personajes, donde hasta Don y Pull (el conejo y la ardilla) pierden su aspecto inocente.
Como el propio flyer del juego anunciaba, un juego de acción, uno de disparos, y otro de puzzle en la misma "romset", algo de agradecer para los que compraban este juego, ya que se hacían con tres al precio de uno.
Midnight Wanderers: Quest for the Chariot
La pequeña historia de este juego de plataformas nos explicaba que los duendes Lou y Siva deben rescatar a Sena, amiga de Lou, que ha caído en las garras de Gaia, un extraño ser con forma de planeta y dotado de ojos, nariz y musculosos brazos. Gaia pondrá en el camino de nuestros héroes hordas de monstruos, pequeños duendes que aparecen de la nada, marionetas que se nos abalanzan y muchos extraños seres que conforman un mundo sencillamente genial.
A través de varios niveles debemos deshacernos de todos los enemigos que salgan a nuestro paso hasta llegar a los jefes de final de nivel. Sistema básico y repetido en multitud de ocasiones, pero que en Midnight Wanderers estaba acompañado por un mundo fantástico, gráfica y conceptualmente brutal.
Era una delicia visual, sprites grandes y bien animados, variedad de enemigos, escenarios con un colorido excepcional, y unos jefes finales con un diseño sencillamente soberbio. ¿Recordáis la primera vez que visteis a aquel desafiante árbol mover la tierra mientras escupía bolas por la boca? ¿Y aquel gigante de cabeza de Predator y largas garras que excava desesperado detrás de nosotros? Sin duda unos jefes finales con gran imaginación y un diseño exquisito.
La jugabilidad estaba a la altura, pues con tan solo dos botones bastaba y sobraba para que nuestros dos duendes se agarrasen a las cornisas, disparasen desde ellas, treparan y rodasen por el suelo al estilo del dash de Megaman. A nuestros amigos se le sumaban tres aliados mágicos que asisten atacando por las espaldas de ellos: al liberarles de un cofre que transportaban dos hadas por el cielo, se nos unían tres posibles aliados: Firestorm, Chilly y Corkscrew, que atacaban según su forma de una forma u otra.
La gracia de jugar con un amigo o con un completo desconocido radicaba a veces en cooperar sin que hubiera un modo cooperativo al uso, cubriéndose, dejando algunos items para el menos fuerte y por el contrario, en algunos casos de jugar con un desconocido, una carrera por recolectar todas las cartas que salían y todos los ítems, todo ello en un pequeño metro cuadrado de espacio vital, pequeñas curiosidades que se daban por aquel entonces, vaya.
Como punto negativo tenemos su duración, puesto que las primeras fases se pasaban sin apenas problemas, en torno a la mitad del juego se tornaba mucho mas difícil, algo que podríamos achacar al hecho de meter tres juego en uno, donde por aquel entonces cada megabyte te aprovechaba al máximo. A pesar de no ser una tremenda revolución, sí sentó las bases para juegos posteriores en algunos aspectos y, sin duda, fue el más recordado por muchos de estos tres.
Chariot: Adventure through the Sky
Continuación directa del juego anterior, -y sin querer destripar la historia- en esta aventura a través del cielo manejamos de nuevo a Lou y Siva montados a lomo de sus "carruajes" siguiendo la misma premisa que en su versión plataformas: debemos acabar con todo bicho viviente hasta llegar a los, de nuevo, espectaculares jefes finales. Bebiendo de juegos como R-Type en el modo de avanzar y con una belleza única que sobresalía estéticamente por encima de los demás shooters de la época.
Con un estilo ligeramente diferente a Midnight, conservando su apuesta por la fantasía pero añadiendo un toque steampunk en muchos de sus diseños, repletos de metalurgia y chapa, tornillos y olor a grasa de maquina, Chariot era otra maravilla visual.
Jugablamente también heredaba el sistema de mejoras de disparo de su antecesor (aunque sea el pan de todos los shoots'em ups horizontales) y era bastante simple en su planteamiento con pocas complicaciones: disparar y esquivar enemigos hasta llegar a la zona del jefe final. Algo más largo también que su aventura plataforma, este Chariot eran juego bastante entretenido y a tener en cuenta para los que por aquella época les apeteciera su juego "de disparos" en la misma máquina del barrio. Pero, ¿y si no te gustaban los plataformas y este shoot'em up horizontal? Tranquilos, Capcom incluyó a un conejo y una ardilla en la fiesta de estas tres maravillas.
Don´t Pull, la maravilla final
Recogiendo la mecánica del juego de Pengo, Adventures of Lolo nos ponía en la piel del conejo Don o de la ardilla Pull. Ni gráfica ni argumentalmente tenía absolutamente nada que ver con los dos anteriores, pero sí era de agradecer la variedad que le daba este tercer juego y que redondeaba todo el conjunto.
A base de empujar bloques debíamos aplastar a los enemigos dándoles con ellos y limpiar la pantalla de todos estos para llegar a completar los 32 niveles de los que consta el juego y, por fin, ver los créditos finales que no aparecen en ninguno de los dos anteriores juegos. Pero detrás de este aparentemente simple planteamiento y apariencia infantil se encuentra un juego muy adictivo, y donde muchas pantallas son un gran reto para el intelecto y unos buenos reflejos.
Tres joyas que hoy mismo, veinte años después de su lanzamiento, con varias generaciones de consolas de por medio, siguen luciendo maravillosamente bien. Aunque haya sido lanzado posteriormente en Sega Saturn, PS1, PS2, Xbox y PSP, podemos decir que éste es uno de esos juegos que pasa con nota la prueba de fuego que es el tiempo, haciendo que, por ejemplo, luzca genial en la pantalla de una PSP, logrando que no se note casi nada que fue lanzado hace más de una década.
Ojalá Capcom se atreviera a hacer un remake de este Three Wonders, pero, dejando estas ilusiones a un lado, para los que ya lo tienen en casa, y para todos los que jugamos a él por aquel entonces, ¿no os apetece volver a ayudar de nuevo a Lou y Siva e ir en busca de Sena?