En la época de PlayStation, Sega Saturn disfrutó de grandes videojuegos que se perdieron. Es normal que una de las consolas de más éxito de la historia relegase a las demás compañeras de generación, a pesar de que Sega y Nintendo por aquel entonces siguieron a lo suyo. Es indudable que Sony irrumpió en la industria para cambiarla y para decir a las compañías clásica, que los videojuegos podían tomar otros caminos para entretenernos de maneras diferentes a las que estábamos acostumbrados.
Las impresionantes ventas de la consola de Sony hicieron que Sega Saturn y Nintendo 64 vendieran mucho menos, pero tanto la una cómo la otra recibieron algunos videojuegos que pasaron a la historia por cambiar la industria, desde títulos vistosos como Mario 64 o Panzer Dragoon hasta muchas apuestas por las "arcaicas" dos dimensiones. Cómo sabemos, el boom de las tres dimensiones y los motores gráficos hicieron que Saturn flaquease, puesto que era una consola cuyo tratamiento de los sprites y diferentes efectos sobre ellos resultaba un prodigio.
Y esto es lo que pasó con el videojuego de hoy: un beat'em up, en una consola que no obtuvo el éxito deseado, y manufacturado en dos dimensiones, ¿quién se iba a fijar en él en aquella época? Pues muchos de nosotros que, en minoría, seguíamos viendo las dos dimensiones con la misma ilusión que en nuestra niñez, mientras nadábamos a contracorriente y muchos se burlaban de un juego sin polígonos.
Muchos de los juegos de Saturn eran la evolución lógica de lo que conocimos en Mega Drive y Super Nintendo, fue la mejor consola doméstica 2D jamás creada y que ni la mismísima Neo Geo podía igualar, por ello muchos de nosotros disfrutamos en paralelo al mundo con juegos cómo Three Dirty Dwarves. Fuera de Japón, Saturn fracasó en ventas, pero no dejó de surtir -mientras tuvo aliento- de grandes sagas e inolvidables videojuegos, algo que agradecemos mientras Sega aún era una empresa creadora también de hardware.
Cuando las 2D se cuidaban
Después de las consolas de 16 bits, los videojuegos cambiaron mucho. En la siguiente generación se amplió el rango de edades a la hora de acercarse al mundo de los videojuegos, y muchas empresas que estaban acostumbradas a trabajar en entornos en dos dimensiones pasaron muy malos momentos, hasta el punto de que muchas veteranas de años atrás cerraron ante el reto que significaba fabricar entornos tridimensionales.
Appalossa Interactive (antiguamente conocida cómo Novotrade International) fue fundada en el año 1983 y desde entonces había producido numerosos videojuegos en la década de los 80 y los 90, como California Games, Ecco the Dolphin y el juego que hoy nos ocupa. Lanzado en el año 1996, Three Dirty Dwarves era un beat' em up en dos dimensiones que salió para PC y destacó en Sega Saturn, siendo uno de esos videojuegos tan diferentes que se disfrutan por sí solos precisamente por salirse de los caminos marcados. Aunaba un "yo contra el barrio" con el concepto de The Lost Vikings, resultando en un título tan alocado como único.
Resulta curioso cómo actualmente la industria empieza a valorar las obsoletas 2D, que muchas personas vuelvan a soplar sus cartuchos y preferir los juegos indies de corte clásico demuestran que algo hicimos mal en aquella época muchos de nosotros: dar la espalda a ciertos videojuegos, dejándonos llevar hipnóticamente por las tres dimensiones hicieron que el juego de hoy resulte algo atemporal, por ello empezaremos contando la historia que da vida a este CD-ROM: "Cuatro gamberros genéticamente alterados han convocado a un pelotón compuesto por la chusma de los enanos orcos en su consejo de dragones y mazmorras para que les rescaten de las garras de su malvado raptor".
Esta increíble historia da paso a una aventura protagonizada por estos tres enanos orcos que, de la misma manera que en The Lost Vikings, tendrán sus funciones bien diferenciadas de manera que deberemos optar por uno o por otro para resolver la situación.
Taconic golpeará a sus enemigos con un bolo y tirará una bola para neutralizar a los enemigos que no se les pueda dar un puñetazo. Corthag disparará con la escopeta y con el cañón a corta distancia, haciendo que Greg, sea el que mantenga las distancias para atacar, ya que dispone de un bate y lanzará sus bolas a distancia. El gameplay nos deja unos controles precisos y realmente sencillos, ya que la gran cantidad de acciones las podremos completar con apenas unos cuantos botones y además, si jugamos solos, alternar con cada uno de los personajes será realmente coser y cantar.
Si jugamos tres a la vez el juego alcanzará su verdadera dimensión, ya que coordinarnos con nuestros compañeros para atacar a los enemigos o jefes de final de fase serán uno de esos momentos que recordaremos por siempre, gracias, sobre todo, a unos enemigos con personalidad propia y unos jefes finales dignos de mención en el record guinness al ser llevados a un surrealismo cercano a la locura.
Los gráficos nos hablan de que Saturn realmente fue un prodigio de las dos dimensiones, incluso con efectos que lograban una sensación tridimensional bastante conseguida. Las animaciones son realmente geniales, con muchos cuadros para todas las acciones y con unos efectos como el zoom y las transparencias que aún a día de hoy nos harán reconocer el gran trabajo artesanal que hay detrás.
Los simpáticos FX acompañan a una música peculiar pero molona, pero que no molesta en ningún momento y que hace que a medida que completemos las fases lleguemos al final del CD con una sensación de haber completado un juego difícil, muy difícil, y que cómo punto negro llega a repetirse en demasía su mecánica. Pero cómo punto a favor nos regaló uno de aquellos videojuegos que muchos nos perdimos y hoy podemos volver a probar y disfrutar junto a dos amigos y sacarle mucho jugo, cómo los creadores tenían en mente, y la gran mayoría no hicimos.