A principios de los noventa, había quien tenía la suerte de disfrutar de las primeras consolas de 16 bits. Los menos afortunados (o los que su economía no se lo permitía), ya llevábamos un tiempo con ordenadores o consolas de 8 bits. Mirábamos con envidia y con desazón a quien podía permitirse aquellas bestias capaces de versionar los juegos de los muebles arcade con bastante acierto.
Pero muchos también fuimos los que a pesar de no tener una de estos gigantes tecnológicos nada más salir, disfrutamos como enanos -porque realmente lo éramos- de los cartuchos que Master System o NES que podíamos comprar. Las dos consolas tuvieron un catálogo envidiable, y a pesar de que NES tenía un catálogo mucho más amplio que su pequeña rival, la 8 bits de SEGA también nos dejó unas cuentas joyas dignas de ser jugadas.
En aquellos entonces la cosa no era tan diferente a ahora: de lo que semanal o mensualmente podíamos reunir, lo hacíamos con ilusión y con ganas de que saliera aquel videojuego que tantas y tantas pantallas habíamos devorado, y siendo capaces incluso de imaginarlos en movimiento. En la época, destrozábamos aquella cinta VHS en la que salía nuestro juego deseado, en ocasiones apenas algunos segundos sin más. Pero cómo expertos del play, del forward y del pause, analizábamos las animaciones y las comparábamos con lo conocido.
Estas costumbres arcaicas y casi prehistóricas para algunos, no eran más que la ilusión de un adolescente puesta en marcha. Muchos de los que nos identificamos con aquella época recordaremos la ilusión con la que desembalábamos los juegos, cuidando toda pegatina existente y devorando el manual de instrucciones. Como decimos, costumbres que hoy muchos no perdimos y todavía seguimos haciendo -a pesar de la amenaza de la desaparición de las instrucciones de papel- con la misma ilusión que hace décadas.
¿Quién es Jackie Chan?
Y entonces llegó este videojuego a mi tienda favorita, y me pareció extraño, ya que es un juego que a pesar de salir en Europa, lo hizo de manera muy tímida. De ahí que se vea a la venta hoy día por más de cien euros, una pieza de coleccionista preciada, y que habla de si es un buen juego o no, en parte.
No sé de qué manera, pero allí estaba, en la pequeña tienda que durante años y años entré para surtir a mis consolas, ya que era un sitio que no traía los típicos juegos que se podían encontrar en otros sitios. Después de pagar una cantidad irrisoria y confiando en las capturas de la parte trasera, lo probé sin demora, junto a mis hermanos. Y digo esto, porque a pesar de los diferentes gustos de cada uno, este juego nos gustó a todos sin excepción, pero ¿por qué?
El juego era un plataformas de acción con scroll lateral, pero con unos sprites poco comunes en un sistema como NES. Aparte de respirar tranquilo porque el juego era tal cómo se mostraba en la caja, pude comprobar que Hudsoft estaba detrás de su programación. Llegó a Europa por el año 1992, cuando ya había aparecido en otros continentes en el año noventa, pero lo hizo acompañado de una versión para Turbografx un año después de su lanzamiento en el noventa, y que era prácticamente el mismo juego, con un apartado gráfico superior a su versión NES.
Pero de esta versión hablaremos después, ya que la versión para NES es tan grande, que no parece de esta consola. Los coloridos gráficos te hacen dudar del sistema, ya que unido a unos sprites generosos y unas animaciones bastante buenas, nos sorprendieron gratamente.
Gráficos y sonido sobresaliente, para un juego desconocido
Nuestra hermana Josephine ha sido raptada por un malvado mago que nos esperará al final de los 5 parajes que visitaremos, concluyendo con unos jefes finales gigantes, que usaban el consabido truco de ser parte del escenario, para ahorrar carga gráfica.
Lo más gracioso de esto, es que se usó al archiconocido Jackie Chan como imagen del juego. Esta fue representada por un gran sprite, que de manera bastante graciosa nos mostraba al bueno de Jackie super-deformed y con un estilo muy gracioso. Esto, unido a una jugabilidad fácil de aprender, podremos despachar a nuestros enemigos con un simple puñetazo, una patada voladora, o lanzar un "kame" si dejábamos pulsado el botón.
Los parajes muestran, como indicábamos, un colorido inusual, con detalles impropios de un videojuego para NES, y a un nivel al que pocos cartuchos llegaban, sin ayuda de chips auxiliares. Los sonidos FX son de esos que se te quedan durante décadas, la música es llamativamente buena, con melodías muy cuidadas, haciendo buen uso del gran chip de sonido monoaural de NES.
Músicas pegadizas y simpaticonas, acompañadas por un apartado gráfico sobresaliente y con una jugabilidad simple, pero que era una delicia, ya que tenía un salto preciso, de aquellos medidos con precisión de cirujano. La versión para Turbografx elevó a un nuevo nivel este mismo juego, ya que en la plataforma de 16 bits se veía mejor que nunca, aunque con un personaje bastante diferente, y envejecido.
Un juego sobresaliente que por desgracia pasó desapercibido para muchos, pero los que lo pudimos disfrutar, al terminarlo, no envidiamos aquellos juegos de gráficos superiores, ya que este juego te lo daba todo, ¿jugaste a él?
