Para hablar de Alone in the Dark podemos recordar a los presentes que se trata de un juego del año 1992. Queremos empezar a hablar del año en el que es lanzado, ya que el aspecto gráfico, novedoso y sorprendente antaño, no ha envejecido tan bien cómo nos gustaría, por ello, los que disfrutamos de esta aventura queremos recordarla tal como fue, tan bella como cuando la probamos, en algún día de entre aquella añorada época que fueron los noventa.
Los noventa, para los que vivimos nuestra adolescencia en aquel maravilloso tramo, era un sinfín de sorpresas, donde descubríamos cómo Goku tenía poderes que asumía con sentido del humor, o se oían gritos extraños en un partido de fútbol con los amigos, con tiros acompañados de un halcón que metía miedo en el cuerpo, o disfrutábamos viendo cómo nuestro hermano pequeño buscaba a los Fraggle Rock en los huecos de la madera de la casa de mis abuelos.
Una época en la que muchos vivimos, y en la que Alone in the Dark vino a decir en el mundo de los videojuegos que sentir miedo, que sentirte total y absolutamente solo, en la más profunda de las penumbras, era tremendamente divertido, y adictivo.
En los noventas decir que disfrutabas con el miedo, era casi lo mismo que decir que eras fan de muchas películas de temática gore que aparecieron antes y después de este videojuego. Por ello, no está de más decir, que Alone in the Dark ayudó a muchos a ver, sentir y disfrutar del miedo. ¿Cruzaste esa línea con este survival horror?
Guinnes World Record, primer survival horror de la historia
Con esta carta de presentación, muchos pueden reparar en cómo, por edad, se perdieron esta genial saga, y se reengancharon quizás más allá del año 2000, jugando a alguna versión no muy buena de lo que fue un juego sobresaliente. Por ello, queremos que borréis de vuestro recuerdo aquella experiencia si no fue muy buena (también la película de Uwe Boll), ya que Alone in the Dark empezó por proponer sentir miedo, angustia y terror psicológico, con el que muchos descubrimos que todo esto junto, enganchaba.
Lo cierto es que este juego pasó desapercibido por Japón y Estados Unidos, pero por el viejo continente es donde esta saga arrasó. Como decimos, las primeras entregas clásicas son quizás las más alabadas por los fans, pero no debemos olvidar que tanto Dreamcast, como PlayStation 2 y 3 recibieron nuevos capítulos que aunque correctos o buenos, no llegaron a explotar como sí hicieron sus anteriores entregas.
Algo nos observa desde la ventana
El primer juego fue lanzado en el año 1992 para PC originalmente por Infogrames -hoy Atari-, y estaba basado en las novelas de H.P Lovercraft. Nuestra misión es la de investigar la muerte de Jeremy Hartwood, y para ellos deberemos adentrarnos en una aterradora mansión llamada Decreto, y en la que podremos hacerlo eligiendo dos papeles: Edward Carnby, un detective especializado en tratar con sucesos paranormales, y el papel de Emily Hartwood, nieta del difunto Jeremy.
Nada más elegir nuestro personaje seremos sentados en el coche y transportados a Decreto, viendo cómo nuestro personaje entra en la mansión y sube hasta la última planta encendiendo la luz para leer con estupor la carta en la que se despide tristemente el pintor.
El motor gráfico del juego fue encargado a Frédérick Raynal, quien junto a Didier Chanfray modelando los modelos 3D, dieron vida a una agobiante mansión que se aprovechó para el juego "In the Dark" -primer título-, aún por decidir, que terminó siendo Alone in the Dark, algo que a medida que transcurre el juego, descubriremos que aquel "alone" está allí por algo. Todo esto ocurre de diferentes maneras, de momentos de tranquilidad que dan pavor, de sucesos inexplicables y todo esto junto a mil maneras de morir.
La historia transcurre de la misma manera si elegimos a uno u otro personaje, sea quien sea quien cruce el umbral de la puerta de Decreto. Puertas que se cierras solas, ataques nada más empezar el juego por monstruos que nos ponen a prueba, y extraños sonidos que no cesan, ya que hay pocos sitios en los que no suene la quebradiza madera bajo nuestros pies, y sobre la cual debemos andar con ojo de no romper y caer a vaya usted a saber dónde. Tras todo este sinfín de ataques al corazón gratuitos, se nos da algún descanso en forma de puzles, que si resolvemos correctamente, se nos otorga como gran premio no luchar contra un monstruo, lo que se agradece.
La música, que algunos optaban por bajar o apagar, no era mala, la composición era buena y acertada, pero estaba basada en un sistema con una tarjeta de sonido MIDI, (aquellas tarjetas que muchos enganchamos con nuestras propias manos). Estas supusieron -por aquellos entonces- un salto de la música chiptune a unas melodías con instrumentos más reales, y con los que se podía jugar de muchas más maneras. Pero no a todos convenció.
Curiosidades con spoilers
Existe una galería en Decreto, -aquí está el spoiler- en la que se ven cuadros en los que hay imágenes del final del juego, algo de lo que no repararemos hasta que no lo acabemos, un genial giro de los que nos hará sonreír, y quizás soltar una carcajada ante curioso y cuidado detalle.
La mansión estaba inspirada en la casa de The Fall of the House of Husher, una historia corta de Edgar Alan Poe. La gran mansión en la que se desarrolla el juego contaba con un sinfín de detalles, algunos cómo la fotografía de Jeremy Hartwood junto a su sobrina, la cual aparece en color, algo que al estar basado en los años 20, y la ausencia aún de fotografía en color, puede sorprender por inexplicable, pero es no es del todo cierto, ya que se puede explicar simplemente cómo en la época sí que se coloreaban fotografías importantes para darle mayor realismo.
¿Jugaste a él? Si probaste Alone in the Dark en alguna de sus formas, comparte hoy tu experiencia, ya que hoy sigue apeteciendo un poco de miedo, de angustia, de terror, de incredulidad, de soledad, de que la oscuridad nos grita, recordemos o probemos una vez más Alone in the Dark. El primer survival horror de la historia, que no es poco.
