Esta semana se está hablando mucho de Sonic y no precisamente por los motivos que nos gustarían, como, por ejemplo, el inminente lanzamiento del prometedor Team Sonic Racing. Tal y como venían vaticinando las filtraciones previas, el diseño de nuestro erizo favorito en su primera película de acción real no ha convencido a nadie, generando una gigantesca oleada de críticas negativas que ha llevado a su director a prometer cambios para mejorar su aspecto.
Gameplay comentado
Para intentar quitarnos el mal sabor que nos ha dejado lo poco que se ha mostrado del film, hemos decidido recordar una de nuestras aventuras favoritas de la mascota de Sega, Sonic Adventure 2, sin duda, una de sus mejores entregas 3D.
Tres héroes, tres villanos, un destino
En 2001, tres años después del enorme éxito de Sonic Adventure, Sonic Team nos trajo una secuela muy diferente y repleta de novedades que volvió a dejarnos con la boca completamente abierta a los usuarios de Dreamcast.
En vez de contentarse con hacer un "más de lo mismo", el equipo de desarrollo decidió probar con un nuevo enfoque que favoreciera una aventura mucho más lineal, directa y centrada en la historia, pero sin olvidarse de incluir varios personajes diferentes, cada uno con sus propios estilos de juego.
De este modo, se eliminó el mundo central que vimos en su predecesor y se dividió la campaña en dos actos, el de los héroes y el de los villanos. En el primer caso seguiríamos los pasos de Sonic, Tails y Knuckles, mientras que el segundo arriesgaba más y nos ponía a los mandos de Eggman (Robotnik para los fans más clásicos) y dos personajes de nueva creación, Shadow y Rouge, quienes gozaron de una gran aceptación por parte de los fans. No en vano, el erizo oscuro es a día de hoy uno de los personajes más populares y queridos de la saga, gracias a su diseño, personalidad, carisma e incluso trasfondo.
Un detalle que nos sorprendió y gustó muchísimo fue lo elaborada que estaba su narrativa, ya que se atrevieron a ir un paso más allá de lo visto en el primer Adventure, con dos tramas que no paraban de cruzarse y que acababan desembocando en un tramo final realmente épico y con un giro de guion muy interesante que descubriríamos al completar ambas campañas. Tenía algunos fallos un tanto ridículos, como que nadie fuese capaz de distinguir a Sonic de Shadow, pero actualmente sigue siendo una de las historias más entretenidas y disfrutables de todas las protagonizadas por la mascota de Sega.
El desarrollo de cada una de las dos campañas era bastante simple: jugar un nivel tras otro mientras veíamos numerosas secuencias de vídeo que iban enlazándolos y dándoles contexto argumental. Así pues, manejaríamos un personaje u otro según lo dictase el guion, lo que cambiaba por completo la jugabilidad.
Sonic y Shadow gozaban de las mejores pantallas de todo el juego y las que mejor captaban la esencia de la saga. En ellas simplemente teníamos que preocuparnos de hacer lo que mejor se las da a ambos: correr a toda velocidad y plataformear para llegar hasta la meta, todo ello a la vez que poníamos en práctica numerosos movimientos para desplazarnos por hileras de anillos, rebotar sobre los enemigos, grindar sobre raíles, huir de camiones por una ciudad, surfear por la carretera sobre un trozo de fuselaje, etcétera. Los niveles eran todo un espectáculo tanto gráfico como jugable y nos dejaron con momentos realmente inolvidables que ya forman parte de la historia de la serie.
Por desgracia, las fases del resto de personajes no estuvieron a la misma altura. Tails y Eggman se movían montados en unos robots y tenían que avanzar disparando y lanzando cañonazos sin parar en unas pantallas repletas de acción pero un tanto insípidas, mientras que con Rouge y Knuckles teníamos que buscar trozos de la Master Emerald en unos niveles abiertos en los que debíamos guiarnos por un radar de proximidad, teniendo aquí , probablemente, las más tediosas de todas.
Esta variedad de estilos hizo que estuviésemos ante un título un tanto irregular, pero que, en su conjunto, se disfrutaba enormemente. Además, una vez superada la historia teníamos por delante la titánica tarea de conseguir todos los emblemas en el Modo Misiones, donde debíamos superar numerosos retos adicionales en cada nivel mientras intentábamos obtener el Rango A en todos ellos, algo que nos llevaría multitud de horas, pero cuya recompensa merecía la pena: una fase secreta ambientada en la mítica Green Hills (el primer mundo del primer juego de Sonic para Mega Drive), completamente recreada en 3D, algo inaudito en aquella época.
Una aventura inolvidable
Como nota adicional, Sonic Adventure 2 acabó llegando a GameCube como uno de sus juegos de lanzamiento, ofreciéndonos, además, un modo multijugador competitivo para dos jugadores que, sin ser nada del otro mundo, nos dejó divertidos piques con nuestros amigos.
Puede que no sea el mejor juego de Sonic, pero sí uno de los más memorables y de los que mejores recuerdos nos han dejado. ¿Se atreverá Sega de una vez por todas a hacer un auténtico Sonic Adventure 3? Nosotros, al menos, seguimos esperándolo con muchas ganas. ¿Y vosotros? ¿Es vuestro Sonic 3D favorito? ¿Cuáles fueron las fases que más os gustaron? ¿Y vuestra canción favorita de su espectacular banda sonora? ¿Cuál de las dos campañas principales os gustó más? ¡Esperamos vuestros comentarios!