Recordamos a menudo juegos que nos han marcado, que nos han hecho vivir grandes aventuras, que nos hicieron estrujarnos los sesos para dar con la clave hacia la siguiente pantalla o tirar de reflejos para superar pruebas imposibles en las que veíamos un resquicio de luz hacia la solución.
Los videojuegos de antes eran sin duda diferentes, pero en esencia iguales. La gran mayoría de juegos actuales beben de sus predecesores, y de la ignorancia de la existencia de los primeros, muchas veces se aprovechan los segundos, pero, sin querer enredarnos más en cómo fue y cómo es el panorama actual, empecemos a hablar sobre unos de esos juegos que salió de la idea de una persona y no de varias personas buscando, divagando y haciendo cabilas sobre que triunfará y que no en el mercado de los videojuegos.
Imaginemos que estamos a principios de los años ochenta, entonces, no pocas eran las películas ambientadas en el lejano Oriente, el Oeste, o el antiguo Oriente Medio, al este de Mesopotamia...el imperio Persa.
Este pequeño pedazo de historia, en el que como decimos, muchas películas han visto como se retrataban retazos, historias de amor entre las mil y una noches, guerras crueles (sin ir más lejos en la película 300 y su lucha contra los Espartanos) nos hacen ver que como decíamos, viviendo en los años ochenta, y habiendo visto unas cuantas de estas películas, nace en nosotros la idea y el deseo de crear un videojuego ambientado precisamente en una historia del Imperio Persa.
Esta es la historia de Jordan Mechner, un estudiante de psicología aficionado a los videojuegos, que en un alarde de ingenio, completa un videojuego lo suficientemente bueno como para ser publicado por la compañía Brøderbund, el videojuego se llama Karateka, y deja intuir el buen gusto de Mechner por las animaciones fluidas y lo más reales posibles.
Después de lanzar en 1984 el juego mencionado, su pasión por las películas de la época en las que se mostraban increíbles parajes y seductoras culturas y su buen gusto por las animaciones, hizo que el cerebro de Mechner empezase a idear algo, y ese algo fue un videojuego que sorprendió a propios y extraños, así se gestó el primer Prince of Persia.
El origen, otra genial idea
Cómo empezó a crearse este videojuego conocido por muchos es sin duda una historia que merece ser contada. Jordan Mechner, decidió contar una historia, pero de otra manera, haciendo un plataformas de corte cinematográfico, presentando una historia sencilla y directa, pero recubierta de una genialidad y perfeccionismo para la época pocas veces vista.
En esta historia nos encontramos en la antigua Persia. Mientras que el sultán está librando una guerra en un país extranjero, su visir Jaffar decide tomar el poder pero el único obstáculo hacia el trono es la hija del sultán. De esta manera, la encierra en una torre y pone un reloj de arena en marcha, diciendo que si no se decide antes de que el último grano de arena se acabe, será ejecutada.
El protagonista anónimo del juego es en realidad un chico enamorado de la princesa, algo que hace que se lance a las mazmorras para llegar hasta la torre y salvar a su amada. Así empieza esta gran historia....pero ¿y antes de todo esto?
Pues bien, retrocedamos una vez más hasta unos años antes del juego que conocemos, y veamos a Mechner y su idea por mejorar las animaciones del personaje y enemigos, ¿cómo podría hacer que los personajes pareciesen más reales? ¡Claro! ¡Con rotoscopia!
Así es, esta conocida -y antigua- técnica consistía en grabar a personas reales haciendo un movimiento, y "calcarlo" para luego convertirlo en polígonos, o sencillamente sprites con el mismo movimiento que el de las grabaciones. Así que ni corto ni perezoso, en octubre de 1985, vistió a su hermano con ropas blancas, y lo usó para recrear al que todos conocimos en 1989 como el salvador de la princesa.
Como vemos en el vídeo, usó a su hermano y a diferentes amigos para estas secuencias cinemáticas, y también vemos un sorprendente parecido en las luchas con la mítica película La Princesa Prometida, curioso ¿verdad?
Después de este trabajo, y desde 1985 hasta 1989 se fueron construyendo los niveles, trabajo titánico, puesto que hablamos de pocas personas y de 4 años casi de interminables horas, para un proyecto tan ambicioso como increíble.
Miles de pruebas con el editor interno, ladrillos aquí y allí, y seguro que más de un dolor de cabeza costaron completar todos los niveles de esta obra maestra, en la que se ve el interés y el esfuerzo que costó encajar todos los niveles, para que fueran posibles acabarlos en una hora, pero...¿duraba este juego solo una hora?
Bárbara dificultad
Así se puede calificar la dificultad de Prince of Persia, con el también bonito nombre propio de bárbara. Y es que si disponíamos de una hora para salvar a la princesa, las mazmorras estaban repletas de trampas, engaños, pinchos que parecían lanzas, baldosas que anunciaban su caída, baldosas que también abrían y cerraban puertas, magias y espejos que nos harán que luchemos contra muchos enemigos y hasta con nuestro propio "yo del espejo".
Todo esto dotaba al juego de una ambientación única, ya que esto, unido a los geniales efectos sonoros, la tímida pero certera banda sonora, y al tremendo realismo de las animaciones, conformaban un lujo que jamás se había visto hasta la fecha en u videojuego.
Fue lanzado para Apple II, Amiga, Amstrad CPC, GB, GBC, Game Gear, NES, Atari ST, ZX Spectrum, Sam Coupé, Mac OS, Master System, SNES, Sega CD, Genesis/Mega Drive, Sharp X68000, TurboGrafx-CD, PSN, MS-DOS, y actualmente hay un remake para Xbox 360 (XBLA), y una versión para iOS.
Apple II
ZX Spectrum
Master System
Game Boy y Game Boy Color
Aquí Gametrailers hace una comparación con la versión de PC, Mega Drive y el remake para Xbox 360:
Prince of Persia fue una pequeña sorpresa e inmediatamente considerado una obra maestra. Después de este primero hubo una secuela y una versión 3D que dilapido el éxito y trajo oprobio al buen nombre que tenía Prince of Persia, pero estos otros dos juegos, son otra pequeña gran historia.