Parece que fue hace nada, pero ya han pasado nada menos que dieciséis años desde que Sega lanzó su última consola, por lo que los jugadores más jóvenes no conocen a la compañía del erizo azul como productora de hardware. La época en la que Sega tenía sus propias consolas y en la que formaba parte de las tres grandes compañías se repartían el pastel queda ya lejos, pero a pesar de que actualmente siga haciendo videojuegos, no viene de más recordar aquellos grandes títulos que nos hicieron disfrutar.
A mediados de los noventa los recreativos todavía conseguían que muchos nos acercásemos a echar una partida, algunos con una precaria economía que en ocasiones crecía o disminuía en función de cómo nos habíamos portado aquella semana. De las recreativas "de los cinco duros" pasamos a las de "cien pesetas", estas que requerían de un extra para explicar el porqué de tamaño desembolso por partida, y Athlete Kings tenía razones de peso para que quisiéramos echar mano al bolsillo y ver cuánto dinero nos quedaba disponible, mientras echábamos cuentas para no quedarnos sin merienda.
En el año 1996 Sega tenía su hardware Sega Titan como mayor exponente gráfico, aunque pronto cambiarían las cosas. Mientras la industria se preparaba para que todos los juegos girasen hacia las tres dimensiones, muchos de nosotros ya disponíamos de una Sega Saturn o PlayStation en casa y disfrutábamos con juegos que trataban todas las temáticas desde una óptica nueva, al ser la primera vez que se representaban en tres dimensiones.
Sega una vez más pionera
Entre las muchas cosas que se le achacan a Sega de llevarla a su desaparición del mercado de las consolas, está el hecho de que en su afán por innovar tuvieron duros traspiés. Pero precisamente estamos hoy aquí reunidos para recordar uno de esos juegos de la Sega de antaño, de aquella que sacaba pecho con grandes juegos que hacían a muchas compañías seguir sus pasos y coger muchas de sus ideas.
Athlete Kings (1994) -Decathlete en Japón- era un juego basado en los clásicos de los ochenta como el mítico Track & Field de Konami, con aquella jugabilidad de machacar los botones hasta la extenuación pero con una puesta en escena sencillamente espectacular para la época, ya que no existía un juego de características similares.
El estudio AM3 fue el encargado de dar vida a un juego que tenía el pequeño reto de volver a divertir a los jugadores con una propuesta muy manida en el mundo de los videojuegos, y lo hizo por la puerta grande. Con el alma de Track & Fieldy con unos gráficos que quitaban el hipo, Sega nos volvió a recordar lo divertido que era machacar los botones para batir un récord o para ganar a un amigo pero actualizándolo a los nuevos tiempos.
Podíamos elegir entre ocho atletas con los que podíamos disputar un total de diez pruebas. Sega dotó a los atletas de unas características y de unas personalidades tan diferenciadas que muchos de nosotros, tras unas partidas, ya teníamos a nuestro personaje favorito y con el que nos sentíamos más cómodos.
El elenco de personajes es tan variopinto como podemos ver en las imágenes, y Sega consiguió que fuera una delicia correr, saltar y lanzar en las diferentes pruebas, desde clásicos como los 100 metros, 110 metros vallas, 400 metros y 1.500 metros mientras los alternábamos con lanzamiento de peso, de jabalina y disco, para terminar haciendo saltos de altura, distancia y pértiga.
Las pruebas más reales hasta la fecha
La jugabilidad era sencillamente perfecta. En un juego de estas características, si el mando o los botones no respondían al milímetro se notaba, y no sólo terminaba por arruinar la experiencia, sino que los avocaría al olvido. La excelente jugabilidad vino acompañada por un despliegue gráfico sin precedentes, y tanto el modelado de los atletas como los estadios era sencillamente increíble para la época, tanto, que aún hoy es recordado como uno de los mayores exponentes gráficos de Sega Saturn, conversión casi pixel perfect gracias a las similitudes de la placa en la que se basaba la versión de recreativa.
Los estadios gigantes, los personajes con unas animaciones excelentes, 60 imágenes por segundo sin ralentizaciones y el sonido rayando a una gran altura hicieron que Athlete Kings rezumase calidad por cada uno de sus píxeles, y aún en la actualidad es capaz de ser rejugado habiendo aguantado realmente bien el paso del tiempo, nada más y nada menos que casi veinte años después.
Además de la gran versión para Sega Saturn de 1996 gue incluido en un recopilatorio para PlayStation 2 de la línea Sega Ages 2500 series que no salió de Japón, e hizo que muchos descubriesen que aquella consola negra que perdió la batalla en ventas frente a PlayStation no era tan mala como ellos pensaban. ¿Nos echamos otra partida?