Hace unos meses, os contábamos la historia del extraño monolito que sorprendió a todos al aparecer de forma imprevista en mitad del desierto. Durante semanas, asistimos a imitadores, réplicas en todo el mundo y alegatos artísticos varios. El caso quedó ahí, confirmándose que era obra de una serie de artistas muy particulares y que tuvieron más resonancia de la que esperaban. Ahora, en medio del desierto de Mojave en Estados Unidos, ha salido a la luz un extraño objeto oxidado que nos recuerda en su forma a una especie de megáfono gigante o mira telescópica. Sujeto a dos rocas y en lo alto de una colina, su hipotético uso ha dejado a media internet especulando y pensando de qué se trata. Nadie sabe quién lo colocó ahí o para que sirve y eso, en el mundo de las redes sociales, es más que suficiente para despertar todas las conspiraciones imaginables.
¿Un monumento? ¿Un vestigio de las pruebas del ejército de Estados Unidos? ¿Aliens?
El apodado centinela, nombre que ha sido el que ha triunfado entre los aficionados al misterio y los aficionados a las teorías de la conspiración, puede llevar décadas oculto a la vista de todos. No es algo nuevo o de reciente instalación, de eso seguro, pues sus descubridores afirman que por el estado de la estructura y el color del óxido que todo lo cubre, puede estar emplazado en lo alto de esa colina desde mediados del siglo XX, siendo pasto de las inclemencias del tiempo. Hablamos de un objeto de acero de 2,4 metros de longitud y unos 300 kilos de peso. Pero su popularidad se ha disparado en las últimas semanas, siendo apodado como el megáfono, y generando todo tipo de teorías sobre su origen y utilidad.
Cuando algo aterriza en internet y se hace viral, ya os podéis imaginar lo que ocurre. Por un lado tenemos a los usuarios e investigadores que creen que es algún tipo de instrumento o maquinaria muy antigua, usada por el Gobierno en las múltiples pruebas que se realizaron en los años 40 y 50 en el desierto de Mojave. Debemos recordar que esta zona fue la utilizada por el gobierno de Estados Unidos para experimentar con explosivos de todo tipo, vehículos militares experimentales o incluso armas químicas.
Dada su particular forma, hay muchos investigadores que creen que este extraño objeto con forma de tubo llegó a ser algún tipo de sistema de alarma o megafonía, una herramienta sonora que ayudaba a las tropas a la hora de alertarlas del inicio de las pruebas o de la posible fuga de algunos de los materiales y sustancias con las que se experimentaba en la zona. Pero como remarcan en medios como Gizmodo, el centinela no se parece en nada a los sistemas de megafonía de aquellos años, y su emplazamiento dista mucho de ser útil. Es más, no hay indicios ni restos de cableado o de posibles instalaciones de alimentación que ayuden a su hipotético funcionamiento. Un análisis pormenorizado a su estructura nos desvela un cierto parecido a lo que se denomina como medidor de flujo Venturi, un instrumento empleado en canalizaciones y control de fluidos para medir caudales y controlar válvulas.
"Ok, pues ya lo tenemos", dirán muchos. Sí, de acuerdo, pero ¿qué medía este sistema? El centinela no tiene agua ni ningún tipo de canalización cerca, y dada su colocación, en lo alto de una colina rocosa, la hipótesis se complica. Además, no existen indicios de canaletas o tuberías cercanas, por lo que el estudio del caudal en mitad del Mojave se antoja aún más extraño. Sin embargo, si partimos de aquí, del estudio de las dinámicas de fluidos, podemos extraer algo en claro: quizás el centinela era un instrumento para medir o analizar el flujo de aire durante alguna de las pruebas realizadas en el desierto. La Fuerza Aérea de Estados Unidos tenía cerca una base en la que se realizaron muchísimos vuelos supersónicos con unidades experimentales, y fue en aquel mítico lugar en el que Chuck Yeager llegó a batir sus récords. A esto hay que sumarle el vínculo con las pruebas nucleares de Nevada -la base, Nevada National Security Site, está a unos 200 km de distancia de este punto-, por lo que el tubo podría ser parte una red de medición para calcular la presión del aire producida por la onda expansiva de alguna de las múltiples detonaciones de una bomba nuclear realizadas en sus instalaciones.
Otro aspecto desconcertante del asunto es que las barras de hierro pueden actuar como una especie de mirilla gigante que exactamente apuntan a una zona en la que se encontraron un buen número de petroglifos y pinturas rupestres de la cultura Chemehuevi, con miles de años de antigüedad. ¿Sería algún tipo de indicador puesto por el gobierno para no destrozar o romper cualquier vestigio prehistórico? Bueno, es posible. Pero vayamos a las teorías más locas. Para muchos, es el vestigio de un instrumento usado para el control de las naves extraterrestres que se avistaron en la zona durante los años cuarenta y cincuenta, e incluso algunos piensan que se trata de una suerte de sonda que pusieron los seres de arriba para orientarse durante sus trayectos a la Tierra. No es la única hipótesis disparatada, pues numerosos usuarios de internet piensan que se trata de un indicador de algún granjero de cara a la ocultación de algún tipo de tesoro. En cualquier caso, el centinela se ha convertido en un auténtico fenómeno para los turistas y los curiosos, que se afanan en visitar el sitio, hacerse su correspondiente y continuar con su propia narrativa.
