Matilda: El musical, la nueva y esperada versión producida por Netflix y dirigida por Matthew Warchus es una película excepcional. Hablamos de una adaptación del musical firmado por Tim Minchin, uno de los más galardonados y exitosos de los últimos años, capaz de emocionar y conquistar a los espectadores que se adentren en su relato por primera vez, así como de estremecer a los fanáticos de la adaptación cinematográfica de los años noventa. Con una estrella como Emma Thompson y la gran Alisha Weir como Matilda, Netflix se corona con un filme familiar que nos ha encantado. Os contamos qué nos ha parecido en nuestra crítica sin spoilers.
El musical de Matilda es una película conmovedora y cargada de buenas canciones
Matilda, que se estrenó en cines hace unas semanas y llegará a Netflix el próximo 25 de diciembre, cuenta con un reparto encabezado por la citada actriz de Matilda, Alisha Weir, la producción contará con Stephen Graham, Andrea Riseborough, Lashana Lynch, Sindhu Vee, Carl Spencer, Jemma Geanaus, Louis Martin y Antwan Eilish, y volverá a narrarnos la historia de una niña con poderes psíquicos, incapaz de alejarse de los libros -la lectura es una de sus mayores pasiones-. Matilda, imaginativa y traviesa, debe sobrevivir a sus padres, que la tienen absolutamente descuidada, a la par que intenta salir adelante de los abusos constantes de la directora de su colegio. El filme, que cuenta con Emma Thompson como la señorita Trunchbull, la gran antagonista del relato original y la fuente de las pesadillas de los protagonistas de la historia, navega con acierto entre la adaptación del musical y la fábula cinematográfica, combinando ambas para el deleite del espectador.
Matilda, no obstante, nació como una novela, pasó al cine en 1996 en una versión muy querida por toda una generación de espectadores y luego se convirtió en un musical de Broadway, colisionando todos y cada uno de los elementos en esta adaptación, que sabe aprovechar lo mejor de todas las encarnaciones anteriores en una renovada propuesta. Netflix ha contado con el guionista Dennis Kelly y el compositor Tim Minchin, autores de la versión de teatro, que bajo la dirección de Warchus, logran engarzar la visión oscura de los terrores infantiles de Dahl y el tono ligero del musical, saltando de un lado a otro con una facilidad pasmosa. La película, cuando lo necesita, se hace fuerte alrededor de los miedos sobre el paso de la infancia a la vida adulta, aderezándolo con diálogos muy bien avenidos. Veremos cómo Matilda se antepone al abuso que se ejerce sobre ella y sus compañeros, y de qué manera encuentra refugio en la lectura para evadirse de sus problemas y el núcleo familiar tóxico que la rodea.
Entre los muchos aciertos está Emma Thompson, la actriz que da vida a la señorita Trunchbull, la gran antagonista del relato original y la fuente de las pesadillas de los protagonistas de la historia. La británica, simulando la presencia de Pam Ferris -uno de los aciertos de la versión de 1996-, se come la pantalla como esta déspota totalitaria, en especial en las canciones más célebres de la obra de Minchin. Canciones que se sucederán, una tras otra, en una serie de pegadizas coreografías y espectáculos inspirados en las célebres ilustraciones de Quentin Blake para el libro de Dahl. Será difícil escapar a su embrujo, bien medido y calibrado, capaz de hacernos soltar alguna que otra lágrima y encandilarnos con el empuje de sus letras.
Puede parecer exagerada, muy almibarada cuando se pone profunda o incluso excesiva en su envoltorio -la producción de Netflix no tiene término medio y es bastante larga-, pero si se le concede una oportunidad, es capaz de atrapar al espectador con sus credenciales. Matilda: El musical es una gran película, una soberbia adaptación de la historia original y un elaborado cuento infantil. Tras Pinocho de Guillermo del Toro y El monstruo marino, parece que en el portal de streaming le ha cogido la medida al cine familiar con mensaje. Matilda, logra mantener sus temas a la perfección, potenciándolos con grandes canciones y números musicales. Y no era fácil.
Hemos visto Matilda: El musical gracias al acceso anticipado de Netflix España y la agencia PR Garage.
