Previa a la proyección de Doctor Strange en el multiverso de la locura, que nos ha parecido una buena feria de monstruos de Sam Raimi y una aventura del multiverso aceptable (que se olvida del guion para pasar a la pura acción y el disfrute sin pretensiones), hemos podido ver en pantalla grande y en 3D el primer tráiler oficial de Avatar: El sentido del agua. La esperada secuela de James Cameron que llega 13 años después del estreno de la película más taquillera de la historia del cine.
Es complicado enfrentarse a una segunda parte tantos años después, sobre todo porque ya se ha enfriado muchísimo la historia de la que parte y ahora es un mundo reengancharse con los personajes. Eso o se lleva la película muy fresca con un revisionado previo a la proyección del tráiler, cosa que desde luego ayudaría a poder casar mejor con lo que plantea el cineasta responsable de Terminator.
No obstante, El sentido del agua nos ha parecido una primera toma de contacto de lo más satisfactoria y una carta de bienvenida una vez más al peligroso mundo de Pandora.
Pandora en su estado más puro y natural
James Cameron ha dado más rienda suelta a su imaginería y ha explorado nuevos territorios del planeta centrándose en las bestias acuáticas en los clanes que parece que están ligados a esas especies, igual que vimos en la primera parte con los jinetes e incluso con la tribu de Jake Sully, que tenía lazos especiales con los monstruos alados como Toruk Makto. Sam Worthington y Zoe Saldaña reaparecen bajo mil y una capas de CGI rodeados esta vez de familia, con las raíces echadas después de unirse bajo Eywa.
Cameron ha apostado esta vez por sumergir al espectador en un tráiler sin sonido procedente de las secuencias, guiado enteramente por la naturaleza y la banda sonora que va in crescendo a medida que se acerca el final. Con escenas de acción, como habréis podido deducir por ser un producto mainstream, y con cliffhangers sacados de contexto que nos matan de espera. Avatar: El sentido del agua será una aventura épica, mágica y rodeada de nuevo de muchísima vida. La familia de Sully y Neytiri se topa con una controversia que les pone en peligro. Todavía no se han desvelado siquiera todos los secretos de la promoción de la película, pero por ahora pinta genial.
El 3D no molesta, pero tampoco aporta por ahora
En lo que al uso de 3D se refiere sí que nos ha dejado algo fríos. Jamás nos habríamos imaginado que nos pondríamos de nuevo unas gafas para ver un largometraje en salas de cine, y ha tenido que venir Cameron para solucionar eso. Pero por desgracia no es que sea un elemento que en estos momentos funcione demasiado bien, puesto que con el poder de la propia imagen (que no rasca en su aglomeración de efectos especiales, como su predecesora) es suficiente para sumergirnos en las aguas de Pandora. Avatar sigue siendo una proeza en lo que apartado visual se refiere, veremos qué tal resuelve el guion en esta ocasión el director a cargo del largometraje. La acción y el drama no serán un problema, desde luego.