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La realidad virtual es una tecnología que, en cuestión de siete años, ha avanzado a pasos agigantados. En ese tiempo, los dispositivos han experimentado varios saltos generacionales en los que se han potenciado sus virtudes a la par que solucionado sus principales problemas, algo que también podríamos aplicar a sus juegos, los cuales han pasado de ser pequeñas experiencias al estilo "tren de la bruja" o minijuegos con muchas limitaciones a títulos de pleno derecho y con entidad propia.
Si algo bueno tuvo PlayStation VR fue lo mucho que ayudó a dar a conocer las bondades y posibilidades de esta fascinante y revolucionaria tecnología gracias a una apuesta más económica y accesible que la mayoría de las alternativas que había en el mercado, permitiéndonos disfrutar en una consola de grandes experiencias de realidad virtual como Resident Evil VII o Astro Bot Rescue Mission.
Sin embargo, fue un headset que ya desde su lanzamiento transmitía la sensación de estar desfasado. Ese enfoque en abaratar costes se acabó traduciendo en un producto con unos mandos un tanto imprecisos (PS Move) y unos materiales de una calidad mejorable, algo a lo que las limitaciones de potencia de PS4 tampoco ayudaban. Sí, era un accesorio cómodo y fácil de ajustar a nuestra cabeza, pero lo que veíamos a través de sus lentes solían ser mundos un tanto borrosos y faltos de nitidez.
Ahora, por fin tenemos PlayStation VR2 en nuestras manos, las gafas de realidad virtual de nueva generación de Sony para PlayStation 5, un dispositivo con el que la compañía ha cambiado por completo su estrategia para deleitarnos con un producto puntero y de la más alta calidad que aproveche al máximo el potencial de su nueva consola, algo que, evidentemente, se acaba viendo reflejado en su precio (600 euros).
Tras toda una semana con estas nuevas gafas, hoy os traemos nuestra opinión sobre ellas en este análisis, aunque ya os vamos adelantando que difícilmente podríamos estar más contentos con lo que nos hemos encontrado, suponiendo un auténtico salto generacional que nos ha vuelto a ilusionar con el futuro de esta tecnología.
Características técnicas y contenidos de la caja
Pero antes de contaros nuestras impresiones con ellas, os dejamos con un listado con todas sus características técnicas para que podáis comprobarlas por vosotros mismos, así como los contenidos que encontraréis dentro de su caja:
Contenidos de la caja de PlayStation VR2
- Casco de RV.
- Mando PlayStation VR2 Sense (I) / (D) con correas atadas.
- Cable USB (para emparejar y cargar el mando).
- Auriculares estéreo.
- Tres pares de almohadillas.
- Documentación impresa.
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PlayStation VR2
- Pantalla: OLED HDR.
- Resolución del panel: 2000 x 2040 por ojo.
- Campo de visión: 110 grados.
- Tasa de refresco del panel: 90Hz, 120Hz.
- Separación de las lentes: Ajustable.
- Sensores: Sensor de movimiento en seis ejes (giroscopio de tres ejes, acelerómetro de tres ejes), sensor de proximidad infrarrojo.
- Cámaras: 4 cámaras para el casco y cámara de rastreo infrarroja para el rastreo de cada ojo.
- Respuesta: Retroalimentación háptica en el visor.
- Comunicación con PS5: USB Tipo-C.
- Sonido: Micrófono incorporado y conector jack para auriculares estéreo.
Mandos PlayStation VR2 Sense
- Botones: Derecho (botón PS, botón Options, Círculo, X, R1, R2, stick derecho con botón R3), Izquierdo (botón PS, botón Create, Triángulo, Cuadrado, L1, L2, stick izquierdo con L3).
- Rastreo: Sensor de movimiento en seis ejes (giroscopio de tres ejes y acelerómetro de tres ejes), sensor de detección de la posición de los dedos.
- Respuesta: Gatillos adaptativos (en R2 y L2) y retroalimentación háptica en cada mando.
- Puertos: USB Tipo-C.
- Comunicación: Bluetooth 5.1.
- Batería: Batería de litio recargable.
Un dispositivo cómodo y fácil de configurar
La primera y más evidente mejora que trae PlayStation VR2 consigo la tenemos en lo fácil, sencillo y cómodo que resulta instalar el dispositivo para empezar a jugar. Con este nuevo headset Sony dice adiós al engorro de cables de su anterior visor y únicamente necesitaremos conectar uno solo al puerto USB-C que encontraremos en la parte frontal de la consola, algo que resulta liberador por todas las molestias que nos ahorra, además de permitirnos tener nuestros muebles más despejados.
Puede no parecerlo, pero algo tan simple como poder jugar con tan solo conectar un cable es algo que no podemos dejar de agradecer, tanto por lo que facilita el cuidado del casco como por el tiempo que nos ahorra cada vez que lo queremos instalar. Sí, lo ideal habría sido no necesitar ni siquiera un cable que ate nuestro visor a la consola, ya que al jugar a ciertos juegos suele resultar inevitable enredarse en él al girar sobre nosotros mismos, pero es un pequeño precio a pagar para poder disfrutar de la experiencia tan fiable y precisa que ofrece, sin retardos de ningún tipo.
Una vez conectado el headset a la consola, simplemente nos bastará con pulsar el botón de encendido que tiene en la parte inferior y actualizar el firmware de PlayStation 5 para iniciar el proceso de configuración, lo que resulta increíblemente sencillo gracias a todas las ayudas que la propia consola nos facilitará para que podamos ir paso a paso mientras nos explican todas sus funciones y todo lo que tenemos que hacer para poder obtener los resultados óptimos.
De esta manera, nos enseñarán a ponernos el casco y ajustarlo a nuestra cabeza, algo que realizaremos modificando la distancia del visor al pulsar un botón que se encuentra en su parte superior. Cuando lo hayamos ajustado, podemos apretar la cinta de plástico girando una rueda que hay en la parte posterior del dispositivo para que quede bien fijado a nuestra cara, no deje entrar nada de luz y no se mueva lo más mínimo a la hora de jugar.
En general, ponerse el casco es un proceso muy ágil e intuitivo que apenas nos llevará 10 segundos cuando nos acostumbremos a él y las sensaciones que transmite al tenerlo puesto son muy positivas. Es cómodo, no molesta, no pesa demasiado y por la forma en la que se sujeta su peso queda repartido de manera fantástica.
Una vez lo tengamos bien colocado, nos tocará ajustar las lentes girando una rueda que encontraremos en la parte superior derecha del visor, calibrar el seguimiento ocular para que el dispositivo pueda rastrear nuestra mirada con precisión, escanear nuestro entorno y fijar los límites de nuestra área de juego para que al jugar se nos avise mediante una rejilla virtual de que nos acercamos a algún obstáculo.
Cuando terminemos todas estas configuraciones (volvemos a repetir lo fácil que resulta y lo mucho que nos ayudan con ello), la consola se encargará de guardarlo todo para que no tengamos que volver a pasar por este proceso las próximas veces que vayamos a usar el casco. Es decir, podremos dejarlo todo personalizado para que en el futuro solo nos tengamos que preocupar de enchufar el headset y colocarlo sobre nuestra cabeza cuando queramos a jugar.
De todos modos, siempre existe la posibilidad de que queramos tocar alguna opción o hacer algún ajuste durante una partida, por lo que se ha incluido una tarjeta de acceso rápido que aparecerá al pulsar el botón PS de cualquiera de los Sense cuando juguemos a un juego de PlayStation VR2. Desde ahí, accederemos rápidamente a cualquier cosa que necesitemos para que configurar nuestras gafas sea un trámite lo más ágil e inmediato posible.
Entre sus opciones, os recomendamos encarecidamente que activéis la compatibilidad de seguimiento. Al hacerlo, los títulos mostrarán unos marcos en el televisor que ayudan a que el dispositivo no pierda la señal de vuestra posición ni de vuestra área de juego, evitando así que se puedan producir molestas interrupciones en plena partida.
Un visor de primerísima calidad
Por suerte, sus virtudes no terminan aquí, ya que la experiencia que ofrece una vez tenemos el headset puesto y estamos jugando es simple y llanamente sobresaliente. Aquí destaca, sobre todo, la altísima resolución de sus paneles, lo que se acaba traduciendo en una imagen limpia, nítida y cristalina que está a años luz de la primera generación de PlayStation VR, algo a lo que hay que sumarle unos colores muy vivos gracias al HDR.
No hemos tenido la posibilidad de probar demasiados juegos, pero los pocos a los que hemos tenido acceso nos han sorprendido con la calidad de su imagen, algo que ayuda a elevar la experiencia a nuevas cotas y, por consecuencia, los niveles de inmersión. Como decimos, la nitidez es absoluta y aunque no dudamos que todavía existe margen de mejora en este sentido (no esperéis que se vea igual de bien que vuestro televisor 4K), ahora mismo no podemos ponerle prácticamente ninguna pega a lo que el visor es capaz de transmitir a nuestros ojos. Aquí queremos destacar también el hecho de que el casco cuente con vibración háptica, una peculiaridad que funciona realmente bien y crea momentos muy potentes en ciertos juegos, como cuando las grandes bestias robóticas de Horizon Call of the Mountain nos rugen a la cara.
Un detalle a tener en cuenta es que para que la experiencia sea lo mejor posible es necesario jugar con las condiciones de luz adecuada, ya que un foco demasiado brillante o una iluminación más tenue de la cuenta pueden dar problemas. En nuestro caso, por el día hemos podido jugar sin contratiempos con tan solo echar las cortinas de las ventanas cuando hacía mucho sol, mientras que por la noche nos hemos visto obligados a usar una lámpara de pie situándola en un punto estratégico para que la zona de juego quede bien iluminada, una medida que hemos tenido que tomar debido a que nuestras lámparas del techo propiciaban errores en el dispositivo al tenerlas justo encima de donde nos colocamos para jugar.
En otro orden de cosas, se agradece que se haya incluido un botón para permitirnos ver "el mundo exterior" en blanco y negro sin necesidad de quitarnos el casco, una función muy útil que nos ha venido de maravilla en no pocas ocasiones, ya sea para buscar algo que habíamos dejado en algún lugar de la habitación y no encontrábamos o para comprobar la posición de nuestra mascota tras haberla escuchado moverse, por citar un par de ejemplos.
Tampoco queremos olvidarnos de destacar lo muchísimo que se ha reducido el riesgo de mareos en relación a PlayStation VR. Gracias a la mayor resolución, a un campo de visión más amplio de 110 grados, a una tasa de refresco bastante más alta y a otras mejoras técnicas, nos hemos sorprendido jugando durante varias horas seguidas sin ninguna sensación de malestar, ni siquiera en el momento de quitarnos el casco y volver a la realidad, lo que ha hecho que nuestra experiencia con esta tecnología haya sido más placentera y agradable que nunca. Evidentemente, esto es algo que dependerá mucho de cada persona y de los títulos como tal, pero creemos que se ha hecho un buen trabajo en hacer de este dispositivo un accesorio mucho más accesible para un mayor rango de jugadores, quienes ya no deberían sufrir nauseas al intentar disfrutar de los juegos más movidos.
La revolución del seguimiento ocular
Punto y aparte merece la tecnología de seguimiento ocular que se incluido, una revolucionaria característica que permite que el headset rastree nuestra mirada y sepa en todo momento dónde fijamos nuestra vista. Da igual lo mucho que escribamos sobre esto, ya que hasta que no lo probéis por vosotros mismos no terminaréis de entender lo increíble que resulta, pero os podemos asegurar que nos hemos sentido como si estuviésemos interactuando con algo salido de una película de ciencia ficción. Y no solo eso, sino que es una auténtica pasada lo bien que funciona, siendo capaz de seguir nuestros ojos al instante, de manera milimétricamente precisa y sin rastro alguno de retardo.
Los títulos a los que hemos tenido acceso no le sacan demasiado partido todavía, pero ya hemos podido juguetear con algunas de sus posibilidades, como poder escanear nuestra habitación con la mirada para que el sistema mapee nuestra zona de juego, incluyendo obstáculos e irregularidades del terreno. Además, en Horizon Call of the Mountain podíamos seleccionar las opciones de los menús con tan solo mirarlas y en Tentacular teníamos la posibilidad de hablar con los personajes que queríamos con tan solo depositar nuestra vista sobre ellos.
Es algo tan revolucionario que en un principio incluso nos ha costado acostumbrarnos, pues tendíamos a desviar nuestra vista hacia otros lugares buscando un cursor que ya no existe o a mirar a zonas de nuestra periferia antes de tiempo para fijarnos en algún detalle que nos había llamado la atención, perdiendo así la opción que íbamos a seleccionar.
Como decimos, su funcionamiento es perfecto e incluso abre las puertas a que los juegos puedan reducir la resolución de manera inmediata en aquellos lugares que no estamos mirando directamente al mismo tiempo que eleva la de los sitios en los que fijamos nuestra vista, una virguería que debería facilitar el desarrollo de los títulos para que los estudios puedan sacarle el máximo partido a la potencia de PS5.
Por supuesto, ahora queda que las desarrolladoras encuentren la forma de aprovechar esta tecnología para crear nuevas formas de jugar, como el inminente The Dark Pictures: Switchback VR, un juego que promete incluir enemigos que solo avanzarán cuando no estén dentro de nuestro campo de visión, lo que también significa que serán capaces de moverse cada vez que parpadeemos.
No sabemos si el seguimiento ocular acabará relegado o no a ser una simple anécdota en el futuro catálogo del dispositivo o a convertirse en una de sus grandes fortalezas, pero ahora mismo lo único que os podemos decir es que se trata de una característica que funciona extremadamente bien y que tiene un potencial descomunal esperando a ser desatado.
PlayStation VR2 Sense, unos mandos a la altura
Evidentemente, tan importante es el casco como los mandos que nos permitirán interactuar con los entornos virtuales de cada juego, motivo por el que PlayStation VR2 llega acompañado de unos nuevos controladores que han sido bautizados como Sense. Al igual que ocurre con otros dispositivos similares del mercado, son dos mandos (uno para la mano derecha y otro para la izquierda) que nos dan acceso a todos los botones y sticks del DualSense a excepción del panel táctil.
Su forma recuerda a los de Meta Quest 2, permitiéndonos colocar las manos en una posición que hace que el gesto de agarrar resulte natural, aunque están lo suficientemente bien diseñados como para que nuestros pulgares lleguen fácilmente a todos los botones y palancas. En líneas generales, nos han parecido comodísimos, detectan nuestros movimientos con máxima precisión y cuentan con sensores para rastrear la posición de nuestros dedos. O dicho de otro modo: no nos han dado ni un solo problema a la hora de jugar. La guinda del pastel la pone la retroalimentación háptica y los gatillos adaptativos, transmitiéndonos todo tipo de convincentes sensaciones a las manos y aumentando la inmersión a la hora de realizar determinadas acciones.
La única pega que hemos encontrado la tenemos en sus baterías, ya que estando completamente cargados no nos han llegado a durar ni cinco horas, una cifra que si bien no está del todo mal (no creemos que vayáis a pasar tanto tiempo seguido con el casco puesto de manera habitual), nos parece escasa y nos ha obligado a dejar de jugar alguna que otra vez para ponerlos a cargar.
Conclusiones
Vamos a ser claros: PlayStation VR2 es una auténtica maravilla. Un producto de alta gama que por momentos parece que venga del futuro y que es capaz de ofrecernos una experiencia de juego de la máxima calidad gracias a sus espectaculares especificaciones técnicas, a sus revolucionarias tecnologías y a un software exquisitamente diseñado que nos hace la vida más fácil que nunca, agilizando y simplificando los procesos de configuración para que apenas perdamos nuestro tiempo en menús y podamos centrarnos en jugar.
Supone un salto de gigante respecto a la primera generación de PlayStation VR, tanto por cómo se ven y perciben los mundos virtuales de sus juegos como por la forma en la que se juegan gracias a la precisión y las nuevas posibilidades de los Sense, virtudes a las que hay que sumarle lo robusto de sus materiales, lo cómodo que resulta, el hecho de que toda su instalación se resuma en conectar un único cable y el uso que hace de la retroalimentación háptica y los gatillos adaptativos.
Si tuviésemos que ponerle alguna pega, no dudaríamos en señalar la escasa duración de las baterías de los mandos, así como la falta de retrocompatibilidad con los juegos de realidad virtual para PlayStation 4, algo que hemos echado de menos por muy justificado que esté (la tecnología de este nuevo headset es completamente diferente). Por otra parte, encontrar la iluminación ideal para jugar puede ser un poco molesto al principio y la presencia del cable puede sacarnos de la experiencia al enredarnos con él o pisarlo sin querer. Al final, no dejan de ser pequeñas quejas que pasan a un segundísimo plano cuando ponemos en la balanza todo lo bueno que nos da a cambio, permitiéndonos disfrutar de una de las experiencias más inmersivas y sorprendentes del mercado actual.
Eso sí, aunque como dispositivo sea prácticamente impecable, no podemos olvidar que lo que acabará por decidir su éxito o no serán sus juegos. PlayStation VR2 tiene la tecnología, la potencia, las prestaciones y las comodidades necesarias para cultivar un catálogo de auténtico lujo, así que solo queda por ver si Sony y el resto de estudios le dan el apoyo que se merece para que desarrolle todo su potencial y podamos disfrutar de una gran variedad de inolvidables experiencias que no serían posibles en ningún otro formato.
Hemos escrito este artículo tras haber recibido una unidad de PlayStation VR2 facilitada por PlayStation.