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¿Cuál es el mejor juego de Assassin's Creed? - TOP 14

Assassin's Creed se ha convertido en una de las sagas más populares, pero no todos sus juegos son igual de bien recibidos por la comunidad. Repasamos las 14 mejores entregas de esta saga de Ubisoft.

Nació como spin-off de Prince of Persia y a día de hoy es una de las sagas más icónicas, populares y prolíficas del videojuego. Ubisoft ha conseguido asentar la marca Assassin's Creed a lo largo de los más de 15 años que tiene ya a base de explorar (y explotar) una fórmula que nos encandiló desde el principio, convirtiéndola en todo un referente multimedia. En videojuegos, la cantidad de entregas principales y secundarias que hay a día de hoy hacen que el panorama sea muy irregular, con juegos muy buenos y otros que no lo son tanto, por eso en Vandal hemos querido repasar los 14 mejores Assassin's Creed ordenándolos del que menos que más nos ha gustado.

14. Assassin's Creed: Rogue

Había muchas razones por las que Assassin's Creed Rogue podría haber sido uno de los juegos más interesantes de la saga, entre ellas que por primera vez íbamos a poder jugar como un Assassin que se pasaba al otro lado tras experimentar la faceta más oscura y negativa de la hermandad.

Sin embargo, tener un cazador de asesinos como protagonista no fue suficiente para paliar todo lo que reciclaba de Black Flag, entrega de la que funcionaba como spin-off: aunque jugablemente llegaba a ser divertido y se quedaba con las mejores partes del juego de los piratas, forzaba la introducción de nuevas mecánicas que no resultaban tan divertidas como parecía en un principio. Entre eso y su desaprovechada historia, parecía haberse quedado a medio cocer (pese a que siga siendo un juego divertido y recomendable para los más fans, ojo).

13. Assassin's Creed: Syndicate

Assassin's Creed: Syndicate puso sobre la mesa unas ideas verdaderamente interesantes, como la opción de jugar con dos protagonistas (uno centrado en la acción, otro en el sigilo), la de colocar la base de operaciones en un tren siempre en marcha alrededor de Londres o la de ambientar el juego en la época más moderna hasta entonces (y hasta ahora, ojo) de la saga Assassin's Creed. No llegó a salir bien. Había cierta falta de alma, las novedades jugables (como el gancho o las peleas de bandas) no encajaron y el diseño de las misiones y jefes demostraban que al juego le faltaban todavía unas vueltas antes de lanzarlo al mercado.

12. Assassin's Creed III: Liberation

Si hablamos de mecánicas interesantes pero desaprovechadas tenemos que mencionar Assassin's Creed III: Liberation, una entrega que nació como spin-off para PS Vita pero que pronto dio el salto a más plataformas por las buenas ideas con las que contaba. La primera entrega con protagonista femenina disponía de un sistema de triple atuendo que nos permitía disfrazarnos, cambiando la jugabilidad: el disfraz de esclava nos permitía camuflarse entre el gentío, pero limitando los sitios a los que acceder; para pasar desapercibido en zonas más ricas podíamos vestirnos de dama, aunque eso limitaba la cantidad de armas que podíamos llevar, algo que se solucionaba vistiéndonos de asesina, aunque con ese llamábamos más la atención. La pena es que su naturaleza de spin-off se notaba y a los disfraces pronto se les veían las costuras.

11. Assassin's Creed III

Originalmente estaba previsto que Assassin's Creed III llegase antes de lo que lo acabó haciendo: el enorme éxito de las aventuras de Ezio Auditore postergó el cierre de la trilogía de Desmond Miles. Cuando llegó lo hizo en un entorno algo ya cansado de la misma fórmula y las escuetas innovaciones de esta entrega no ayudaron. Tampoco lo hizo una ambientación menos estimulante que las anteriores, un personaje falto de carisma y un acabado gráfico sin florituras cuando estábamos ya a las puertas de una nueva generación de consolas. No obstante, demostró que la fórmula original aguantaba lo que le echases y terminó por ofrecer un juego variado y divertido, con una historia bien llevada en sus secciones del pasado (aunque algo decepcionante en las del presente) y una estética general con la que era fácil venirse arriba.

10. Assassin's Creed Valhalla

Si no fuera por las filtraciones que suelen preceder a cada entrega de la saga, lo de un Assassin's Creed ambientado en la época de los vikingos nos habría pillado completamente por sorpresa. A priori no parece la mejor ambientación para un juego de sigilo, pero claro por aquel entonces no sabíamos que Assassin's Creed Valhalla no iba a ser de sigilo: el juego de Eivor se enfocó mucho más en la acción directa que sus anteriores entregas (incluso más que Odyssey) y apostó por la escala masiva, llevando al máximo el formato RPG que se estrenó con Origins. Su ciclo repetitivo y la ingente cantidad de contenido consiguieron barrer todo el interés que podía tener su trama, aunque curiosamente es uno de los juegos que más avanza en el lore general. Visualmente es precioso, no podemos negarlo, y jugarlo es bastante divertido… durante las primeras 30 horas; a partir de ahí estomaga, y todavía nos quedarán más del triple (y todavía más si contamos las expansiones).

9. Assassin's Creed: Revelations

Tenemos que reconocerle a Ubisoft la audacia de llamar 'Revelations' a un juego que no revela nada. El cierre de la trilogía de Ezio es puro (y agradecido) fanservice para los fans de la saga, y la Constantinopla que recorremos en esta entrega es una de las ambientaciones más singulares de todas las que hemos jugado; pero Assassin's Creed: Revelations no deja de ser el juego en el que comenzamos a ver el síntomas de cansancio en la saga, con unas ideas algo desesperadas por introducir innovaciones (la hoja con gancho, las bombas multiusos…) y de nuevo con ese aire a spin-off que nos lleva a pensar que esta historia merecería haberse contado de una forma mucho más amplia. Por otro lado, sólo por ver algunos de los momentos que nos deja el Ezio cincuentón al que controlamos aquí y por volver a jugar con Altaïr, esta entrega merece mucho la pena.

8. Assassin's Creed Mirage

Es la entrega más reciente de la saga y ya se ha convertido en una de las más fáciles de recomendar, y todo gracias a que se centra en los elementos que más nos gustan de Assassin's Creed: el parkour, el sigilo y la recreación histórica. Assassin's Creed Mirage falla en muchas cosas, como la inteligencia artificial de los enemigos o lo desaprovechada que está su historia, pero no cabe duda de que es divertido jugar y explorar las calles de la Bagdad del siglo IX. Es corto en comparación con las últimas entregas, aunque su duración es justa y nos recuerda a las originales, y aunque visualmente está por detrás de Valhalla (entrega de la que es un spin-off), deja unas estampas preciosas en todo lo que atañe a la ambientación.

7. Assassin's Creed: La Hermandad

Con Assassin's Creed: La Hermandad Ubisoft demostró que podía trabajar en buenos spin-off de sus entregas principales, aprovechando las bases ya asentadas y ampliándolas con nuevas ideas. Volver a controlar a Ezio y hacerlo esta vez en Roma fue todo un acierto, y lo demuestra lo poco que tardó en convertirse en una de los juegos más icónicos y mejor recordados de Assassin's Creed. Con él se amplió el contenido dándole un extra de rejugabilidad que no tenía la anterior entrega, incluyendo un magnífico modo multijugador que a día de hoy seguimos reconociendo como una de las formas más divertidas de adaptar la fórmula de la saga al modelo online. Es un más y mejor que supo detectar las virtudes del mejor Assassin's Creed y reutilizarlas sin complejos para ofrecer una entrega divertida, variada, con momentos para el recuerdo y una ambientación magnífica.

6. Assassin's Creed Odyssey

Puede que sea la entrega a la que más se le va la pinza, en general: Assassin's Creed Odyssey es un disparatado festival de acción mágica, fantasía mitológica e incluso a nivel de historia tiene unos cuantos giros de guion que nos pillaron completamente desprevenidos. Y precisamente por eso es uno de los juegos más divertidos de toda la saga de Ubisoft, algo que hace que no sea especialmente molesto la cantidad de horas que hay que echarle para ver su inesperado final. La Grecia que recorremos en esta entrega está plagada de cosas que hacer, de personajes que conocer y de lugares que visitar; tiene muchísimo contenido, pero apetece descubrirlo. Es el ejemplo perfecto de que la escala masiva no molesta siempre y cuando esté bien llevada.

5. Assassin's Creed

El primer Assassin's Creed es a menudo criticado por repetitivo y básico, pero es innegable que este título va más allá de su simple estructura: surgido como spin-off de la saga Príncipe de Persia, la aventura de Altaïr pone el foco en una serie de movimientos de escalada y parkour más pausados que nos permiten una relación con el escenario pocas veces vista con anterioridad en el videojuego. Andar por calles estrechas, ocultarnos en la multitud, escalar con cautela, planear asesinatos… Todo forma parte de esa genial experiencia que además se completa con una intrigante sección ambientada en el presente, la cual planteaba unas incógnitas que poco a poco (con mayor o menor acierto) se han ido explorando a lo largo de la saga. Puede que en general no haya envejecido bien, pero sin duda es un juego al que merece la pena entrar.

4. Assassin's Creed Unity

Puede que haya pasado a la historia como uno de los juegos que más rotos ha llegado a su lanzamiento, pero a día de hoy, con la mayoría de los fallos y bugs solucionados, Assassin's Creed Unity ha demostrado ser uno de los mejores juegos de la saga de Ubisoft. Principalmente por su sistema de parkour, que cuenta con unas animaciones espectaculares y fluidas que nos encantaría ver en las entregas modernas, pero también por el diseño de la París de la Revolución Francesa, siempre abarrotada, y por su magnífico apartado gráfico. La historia, algo atropellada, no alcanza el nivel del resto del conjunto, aunque el diseño de misiones es divertidísimo y variado.

3. Assassin's Creed Origins

Assassin's Creed Origins llegó cuando la saga necesitaba un tiempo de reflexión tras no haber logrado convencer en su anterior reinicio. Veníamos de Syndicate, que no acertó en continuar con la interesante fórmula de Unity. Esta nueva entrega, ambientada en el Egipto de Cleopatra, fue la primera en apostar por el toque RPG que ha acabado asentándose en la última trilogía. Sin embargo aquí no parecía tan exagerado ni estaba tan centrado en la acción directa, ya que proponía desafiantes encuentros contra enemigos y situaciones que era mejor abordar desde el sigilo (aunque ya había habilidades especiales, armas ordenadas por rareza…). Su buen punto medio entre aventura de sigilo y acción y componentes de rol hacían que su extensa historia no se hiciera pesada, eso y que la trama era interesante, estaba bien conducida y sus paisajes y entornos estaban diseñados con un gusto espectacular.

2. Assassin's Creed IV: Black Flag

Es curioso que una de las mejores entregas de la saga Assassin's Creed esté protagonizada por un personaje que tan poco tiene que ver con la sociedad secreta y que sea recordada por mecánicas que no están ni siquiera cerca de la esencia original de la franquicia. Pero quizás precisamente eso es lo que hace de Assassin's Creed IV: Black Flag una de las entregas mejor valoradas, que supo mantener las características justas y necesarias para llamarse así al mismo tiempo que ofrecía una fresca aventura piratesca con emocionantes batallas navales y exploración de islas caribeñas diseminadas por un precioso mar. Se sigue jugando como un Assassin's Creed clásico, pero arriesga al apostar por nuevos sistemas que le dan vidilla a la experiencia.

1. Assassin's Creed II

Pasar del Oriente Próximo a la Italia renacentista es un movimiento que ahora tenemos ya asumido, pero que en su día supuso un sorprendente giro en la incipiente saga de Ubisoft. Esa fue la primera razón por la que Assassin's Creed II demostró ser más que una secuela: era el primer capítulo de una serie que a lo largo de su historia buscaría explorar momentos clave de la historia dándoles una emocionante capa de fantasía, acción y conspiranoia. Esta es la entrega que recordamos cuando hablamos de 'Assassin's Creed clásicos', la que encapsula todo el potencial de la franquicia y en la que nos fijamos para interpretar cómo van saliendo las nuevas. La historia del carismático Ezio Auditore es dramática, divertida, emocionante, libre y trepidante, todo al mismo tiempo y de paso con una recreación impresionante de ciudades como Florencia y Venecia.

Redactor