¿Debería Cyberpunk 2077 lanzarse en el estado en el que está en los modelos básicos de PlayStation 4 y Xbox One? Esta pregunta ha generado mucho debate, y con la retirada del juego de PlayStation Store, más todavía. La tormenta viene de lejos, y no sería de extrañar que la decisión de retirar el juego viene por la afirmación de CD Projekt Red de que Sony, Microsoft y las editoras devolverían el dinero a los jugadores que así lo pidieran, aparentemente, sin haberlo consultado con ellos antes.
Pero ¿de quién es la culpa? El estudio saca un juego con graves problemas, y Sony lo retira, tiempo después... tras haberlo aprobado. Sony, Microsoft y Nintendo (al igual que Apple o Google), como propietarios de una plataforma, tienen la responsabilidad de asegurarse de que los productos que vende cumplan unos requisitos mínimos que ellos eligen. Ya sabéis que Apple, por ejemplo, no permite el juego en streaming a través de aplicaciones, pero sí del navegador. Si no cumples esto, no sacas tu aplicación. Vamos a ver qué piden las fabricantes de consola.
Whole game is going to be a meme.
— Cyberpunk 2077 (@CyberpunkGame) July 2, 2018
Marcar casillas y que el juego funcione
Seguramente recordaréis el «Sello de calidad» de Nintendo, algo que, en teoría, te garantizaba que comprabas un juego decente. Al final, básicamente significaba que el juego iba a funcionar en tu consola. La idea del proceso de certificación es más o menos la misma ahora: estos controles nacen para asegurar que se lanzan juegos con un mínimo de calidad, y acaban convirtiéndose en una garantía de que funcionan. Y a veces ni eso.
Si un desarrollador quiere lanzar un juego en PlayStation, Xbox o una consola de Nintendo, tiene que –además de firmar muchos contratos– mandar una versión «terminada» (generalmente la llamada gold build, aunque hoy en día rara vez sale un juego al que no se le vaya a añadir contenido o parches) y una extensa lista de casillas a marcar para confirmar que tu juego cumple con todas estas condiciones. Estas condiciones van desde asegurarte que usas los botones correctos y no has puesto la Y donde debería salir el triángulo o que usas las nuevas tarjetitas del menú de PlayStation 5, hasta revisar que los logros se desbloquean o que el juego es de la región que dices que es.
Hay mil y un detalles que el desarrollador tiene que tener en cuenta para lanzar el juego. ¿Qué pasa si desconectas el mando? ¿Se pausa el juego si abres el menú de la consola? ¿Se sale la interfaz de la pantalla si el jugador no la tiene bien configurada? ¿Está el símbolo de copyright o de marca registrada en el lugar correcto? ¿Funcionan los controles parentales? ¿Usa las tarjetitas del menú de PS5? ¿Te manda a la página correcta de la tienda cuando quieres comprar un descargable? ¿Qué pasa si dejas el juego horas abierto? Y lo más importante: ¿se cuelga?
Comienza el proceso
Para conseguir la aprobación, obviamente, Sony, Microsoft o Nintendo tiene que probar el juego. El desarrollador necesita reservar su cita con la compañía, que aprobará o rechazará el título en función del resultado. Normalmente, hay margen de error. Que te mande a la página equivocada de la tienda digital no es tan grave como que se cuelgue cada cinco minutos. Que un objeto vuele por error no es tan grave como que un error no te permita avanzar reiteradamente. Los desarrolladores son conscientes de esta jerarquía y, durante el desarrollo, clasifican los bugs en consecuencia.
Las propietarias de cada plataformas informan a los estudios del resultado del certificación, avisándolos de posibles errores críticos que tienen que solucionar, errores que recomiendan solucionar y sugerencias. Generalmente, hay problemas que descalifican inmediatamente el juego para su publicación en la tienda, pero también es normal que si se juntan demasiados problemas de menor importancia se descalifique igualmente.
Este proceso de certificado es meramente técnico. El juego puede ser una auténtica basura; su trabajo no consiste en analizar lo bueno o malo que es, sino que funcione como es debido. Hay que tener en cuenta que si no pasas este proceso, vas a tener que repetirlo, perdiendo, probablemente, una valiosísima semana en el mejor de los casos hasta que lo puedas reenviar. La versión «final» o gold de juegos físicos se suele enviar como mínimo un mes antes del lanzamiento, con el objetivo de poder trabajar en el parche que suele acompañarlo.
Hay cosas que escapan al control de los estudios. Puedes tener un juego perfecto, listo para pasar el proceso de certificación y, de pronto, una actualización de firmware requiere ciertos cambios que no tienes tiempo para implementar. Todo esto, sin contar los problemas endémicos del desarrollo de videojuegos.
¿Qué ha pasado con Cyberpunk 2077?
La igualdad no existen en este mundo. Sería absurdo negar la evidencia. Con los procesos de certificación, parece que no todos los juegos se miden con la misma vara. Durante una reunión de accionistas, CD Projekt Red afirmó que Sony y Microsoft habían confiado en ellos para solucionar los obvios problemas que presenta Cyberpunk 2077 en PlayStation 4 y Xbox One antes del lanzamiento, por lo que ambas empresas estaban al tanto de la situación, y aprobaron la publicación del juego incluso si, probablemente, no habría pasado el proceso de certificación. De hecho, ¿es posible que el retraso se debiese a esto y el estudio polaco prometiese que lo arreglaría en un mes?
Las razones para las compañías hagan la vista gorda pueden ser cualquiera que os imaginéis. Desde el acuerdo comercial que tiene este título y Xbox a los beneficios que va a generar vender el juego en PlayStation 4, pasando por la confianza que CD Projekt Red pudo haberse ganado en el pasado si The Witcher 3: Wild Hunt tuvo problemas similares durante el proceso de certificación y se acabaron arreglando a tiempo. Este trato se aplica, seguro, a muchas otras empresas.
Por desgracia, el lanzamiento de Cyberpunk 2077 ha sido terrible, ensombreciendo las muchísimas cosas que hace bien. CD Projekt Red reconociendo haber escondido las versiones de las consolas fat, prometiendo la devolución del dinero sin hablar con quienes tienen que devolver el dinero y, ahora, Sony retirando el juego que su equipo de certificación aprobó de su tienda. Este artículo no tiene, ni mucho menos, el objetivo de justificar algo injustificable, sino de ayudar a entender el proceso por el que deberían pasar todos los juegos.
Sabemos que hay muchísimos millones en este negocio, accionistas e informes financieros que hacen que se trabaje, en muchas ocasiones, con prisa y mal, pero al final está en las manos de los propietarios de cada tienda digital asegurarse de que los procesos que ellos mismos exigen se traducen en ese «sello de calidad» para que nosotros, como usuarios, podamos comprar tranquilo.