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Análisis Steam Deck: ¿Merece la pena?

Probamos a fondo la nueva portátil de Valve, una plataforma con un potencial enorme capaz de ofrecer una experiencia de juego alucinante, pero a la que todavía le falta algo de rodaje y pulir asperezas.

Tenemos que admitir que Valve nos pilló por sorpresa el año pasado cuando anunció Steam Deck, una potente "consola" portátil que había nacido con la intención de permitirnos disfrutar de casi toda nuestra biblioteca de Steam en cualquier parte. Una idea tan ambiciosa como irresistible que llevó a montones de jugadores a lanzarse a reservarla, aunque la máquina no empezó a llegar a sus primeros compradores hasta hace tan solo unas semanas. En Vandal hemos tenido la suerte de hacernos con una y, tras haber trasteado mucho con ella, hoy os traemos nuestras impresiones con un dispositivo que tiene un potencial gigantesco todavía por explotar.

Tres modelos

Antes de nada, debemos destacar que existen tres modelos distintos según su capacidad de almacenamiento interno:

  • 64 GB (419 euros)
  • 256 GB (549 euros)
  • 512 GB (679 euros)

Aquí hay que señalar que el modelo de 64 GB tiene memoria eMMC, mientras que los otros dos apuestan por un SSD NVMe, mucho más rápido. Adicionalmente, el modelo de 512 GB trae consigo una pantalla antirreflectante de mayor calidad. Eso sí, tened en cuenta que los discos duros los podéis cambiar manualmente y que podéis ampliar vuestro espacio de almacenamiento mediante tarjetas microSD gracias a una ranura que encontraréis en la parte inferior. En nuestro caso, hemos comprado el modelo de 512 GB, así que todo lo que os vamos a contar en este texto refleja nuestra experiencia única y exclusivamente con dicha versión.

La caja

Si esperáis que Steam Deck cuente con una buena caja que os muestre sus contenidos de manera elegante al abrirla como ocurre con otras consolas tradicionales, quizás os llevéis una decepción. A fin de cuentas, no se trata de un producto que se vaya a vender en las estanterías de las tiendas y que tenga que llamar la atención de los posibles compradores, por lo que la caja de cartón que protege el paquete es todo lo que obtendréis al recibir vuestra máquina. Una vez la abráis, dentro encontraréis un pequeño folleto con unas escuetas indicaciones, el estuche (de muchísima calidad y bien robusto) precintado con la consola dentro y un cargador. Como veis, nada ostentoso ni llamativo, pero sí muy bien empaquetado para que todos nos llegue sin desperfectos de ningún tipo.

Una consola sorprendentemente cómoda

Una de las grandes dudas que nos generaba este dispositivo era su ergonomía. No en vano, estamos hablando de una portátil que pesa unos 669 gramos y que tiene unas dimensiones de 298 mm x 117 mm x 49, lo que la hace considerablemente más pesada, grande y gruesa que Switch. Sin embargo, una vez la agarramos por primera vez todos nuestros temores se disiparon inmediatamente.

Esto se debe, principalmente, a su inteligente diseño, el cual sitúa en los laterales traseros una especie de empuñaduras que se adaptan de maravilla a nuestras manos, facilitando su sujeción hasta extremos insospechados. Y lo que es mejor, al sostenerla así todos nuestros dedos quedan colocados con total naturalidad justo donde están los botones, gatillos y sticks. Puede que en fotos pueda parecer que la cruceta y los botones frontales están demasiado "esquinados", pero creednos cuando os decimos que llegaréis a ellos con una comodidad absoluta incluso si tenéis manos pequeñas.

De igual modo, aunque pueda resultar algo pesada, todo está tan bien repartido que no nos ha llegado a cansar las manos en sesiones relativamente largas a menos que jugásemos a juegos con muchísima acción, por lo que no podríamos estar más contentos con este aspecto. Además, es muy agradable al tacto y transmite buena sensación de robustez.

Una intuitiva versión de Steam

Al encender la consola lo primero que tendremos que hacer será introducir nuestra cuenta para que se cree un perfil al que podremos acceder siempre que queramos con todos nuestros juegos, partidas y datos. La buena noticia es que también podemos introducir más usuarios en el caso de que vaya a usarla alguien más, así que todos los miembros de la casa podrán disfrutar de sus bibliotecas sin mayores inconvenientes.

Una vez completemos este paso, se nos dará la bienvenida a una versión adaptada de Steam que nos ha resultado muy intuitiva y amigable, facilitando la navegación por la tienda y nuestros juegos para que accedamos a ellos fácilmente sin necesidad de rebuscar demasiado. Además, con tan solo pulsar un botón podemos abrir un menú desplegable desde el que gestionar nuestra lista de amigos, donde ver las notificaciones que hayamos recibido, realizar ajustes rápido (audio, vibración, brillo...) y controlar la interfaz de rendimiento para realizar diagnósticos y decidir qué elementos queremos superponer sobre la pantalla, como un contador de imágenes por segundo y hasta un medidor de temperatura.

Como decimos, una interfaz manejable y visualmente atractiva por la que no tendréis mayores problemas para navegar. Todavía hay pequeños detalles que se pueden mejorar, como la distribución de ciertos elementos en la página principal, pero en cuestión de segundos estaréis descargando, instalando y jugando a vuestros juegos.

Eso sí, hay algunas cosas que no nos han gustado nada y que dejan en evidencia que todavía estamos ante una versión temprana del dispositivo, como el hecho de que no podamos descargar juegos al tener la consola en reposo, obligándonos a dejarla encendida para descargar títulos y actualizaciones, un inconveniente un tanto molesto, especialmente si tenemos en cuenta que la velocidad de descarga por WiFi es muy modesta (a nosotros nos suele oscilar entre los 10 y 30 MB por segundo, aunque la cifra suele tirar más a la baja) y que hay productos que ocupan una cantidad exagerada de GB. Y no hablemos ya de cuando encendemos la consola deseando jugar y nos toca esperar a que se baje el parche correspondiente del juego al que deseamos acceder.

Ya que hablamos de internet, aquí tenemos otra de las cosas que no nos han terminado de convencer, pues la máquina suele perder con más frecuencia de la deseable la conexión, algo que nos ha dado algún que otro dolor de cabeza al navegar por la tienda, intentar bajar ciertos títulos y, por supuesto, jugar online.

La compatibilidad

Pero centrémonos en lo realmente importante: los juegos y la experiencia que hemos tenido con ellos. Aquí tenemos que dejar claro que por mucho que cumpla la función de una consola portátil, Steam Deck no deja de ser un PC en miniatura, por lo que no vamos a tener asegurada la compatibilidad con toda nuestra biblioteca.

Valve se encuentra actualmente trabajando en ampliar la lista de productos compatibles con el dispositivo y para ayudarnos a saber cuáles nos funcionarán bien y cuáles no han ideado un sistema de iconos que podremos comprobar en la ficha de cada juego. Verde significa que es totalmente compatible, amarillo que es jugable pero que puede dar algunos problemas, gris equivale a incompatible y un interrogante indica que todavía se están haciendo pruebas.

Ahora bien, todo esto es algo meramente orientativo, ya que hemos probado una buena cantidad de juegos que supuestamente no deberían funcionarnos con resultados más que satisfactorios. Ejemplos de ello lo tenemos en la inmensa mayoría de entregas de Batman: Arkham, en Sonic Adventure DX o The Legend of Heroes: Trails in the Sky, por lo que os recomendamos que al menos probéis a instalar cualquier juego que os interese antes de descartarlo, independientemente de la valoración que haya recibido.

Por las pruebas que hemos realizado, hay un mayor índice de probabilidades de que nos den problemas cuanto más antiguos sean, ya que algunos como Final Doom o Hexen no hemos conseguido ni arrancarlos, mientras que otros como Legacy of Kain: Soul Reaver no reproducen la imagen de sus vídeos y tienen problemas con sus resoluciones originales en 4:3. Y eso por no hablar de la cantidad de errores que pueden llegar a dar juegos como el primer Max Payne, cerrándose antes siquiera de poder tomar el control.

Evidentemente, aquí también entra en juego la propia calidad y optimización de cada uno de los programas y a veces con algo de ingenio hemos conseguido hacer que determinados títulos nos funcionen correctamente y sin mayores problemas, como The Secret of Monkey Island: Special Edition, cuya versión de PC no consigue iniciar si el juego está configurado en una resolución no compatible con nuestra pantalla (esto lo arreglamos descargándolo en nuestro ordenador y bajando su resolución de 1080p a 720p para que Steam Deck cargara esta configuración a través del guardado en la nube). En cambio, para jugar a la segunda entrega tuvimos que recurrir a iniciar el programa desde el escritorio de SteamOS, ya que si lo arrancamos desde la interfaz principal el menú aparece a cada instante, volviéndolo injugable. Algo parecido nos ocurrió con nuestros juegos de Mega Drive, los cuales no muestran la imagen si jugamos a pantalla completa, aunque sí desde el televisor de la habitación virtual de la aplicación.

Como veis, si lo que buscáis es esa inmediatez y seguridad que ofrece una consola tradicional frente a un PC, aquí no la vais a encontrar y no van a ser pocas las veces en las que os va a tocar trastear bastante para hacer que todo os funcione de forma adecuada. Y eso contando con que lo consigáis, claro.

Muchos de estos inconvenientes los podéis solventar transmitiendo los juegos desde vuestro PC a vuestra Steam Deck, aunque claro, esto trae consigo problemas adicionales, como la pérdida de portabilidad y de calidad de imagen, por lo que es un apaño que solo nos sacará las castañas del fuego a la hora de jugar a ciertos títulos bajo unas condiciones concretas. No es lo ideal, pero funciona correctamente y menos es nada.

La experiencia de juego

Ahora bien, cuando los juegos funcionan los resultados suelen ser increíbles. Estamos hablando de un dispositivo portátil muy potente capaz de mover títulos como Days Gone, Final Fantasy XV, God of War, Horizon Zero Dawn o Doom Eternal a una resolución de 1280 x 800 y con unos valores gráficos bastante altos, en algunos casos (como el del juego de id Software) incluso manteniendo los 60 fps y en otros pudiendo optar por limitar la tasa de frames a 30 o jugar con sus opciones de vídeo para sacrificar calidad y mejorar rendimiento.

No os vamos a negar que nos ha resultado una experiencia alucinante jugar a estos juegos en portátil con semejantes gráficos, resolución y rendimiento. Casos como el de God of War o Days Gone nos han dejado con la boca completamente abierta, de esas experiencias que hay que vivir en primera persona para terminar de creérselas y que te hacen darte cuenta del tremendo potencial que tiene la nueva creación de Valve si le dan el apoyo suficiente para terminar de pulir todos sus inconvenientes. Además, la consola es tan cómoda que incluso obras tan exigentes como Doom Eternal se juegan de auténtico lujo y con total comodidad. Y ni siquiera tenemos que irnos a los juegos más punteros para alucinar, ya que poder jugar en estas condiciones a obras maestras como Half-Life 2 y a otros tantos juegazos de pasadas generaciones es algo que nos parece un auténtico lujo por el que bien merece la pena pagar su elevado precio de entrada.

Algo que nos ha encantado es lo muchísimo que Valve nos ha facilitado las cosas para adaptar los controles de cada juego a nuestros gustos y preferencias a través de una serie de plantillas. Además de las genéricas que incluye de por sí la consola y que en la mayoría de casos son más que suficientes, existen otros tantos títulos que cuentan con su propia configuración oficial para Steam Deck, mientras que en programas más concretos y complicados podemos utilizar las más populares que hayan creado otros usuarios. Esto último es especialmente útil en aquellos juegos que no tienen compatibilidad oficial con mando, permitiéndonos adaptar sus sistemas de control a uno que resulte cómodo con la consola.

Además, estas plantillas las podemos modificar en cualquier momento de manera rápida, cómoda e intuitiva, por lo que si hay algo que no os convence no tardaréis ni 20 segundos en dejarlo a vuestro gusto. Aquí destaca también el hecho de que la consola cuente con botones traseros en las empuñaduras, con dos trackpads, con una pantalla táctil y con giroscopio, por lo que disfrutaremos de una buena cantidad de opciones para que nunca nos falte de nada.

Y ya que mencionamos la pantalla táctil, comentar lo bien que se ve incluso en lugares con buena iluminación. No es una OLED (es LCD), pero cumple su función de sobra. Además, por sus propias características y usando la plantilla adecuada se nos ha destapado como la plataforma perfecta para disfrutar de aventuras gráficas point and click, uno de los géneros que más estamos disfrutando jugando en formato portátil y que se adapta como un guante a la máquina.

Una portabilidad relativa

Ahora bien, nos toca comentar una de las mayores decepciones que nos hemos llevado con Steam Deck: su batería. Evidentemente, su duración será menor con juegos muy exigentes, aunque en líneas generales apenas nos ha aguantado una media de dos horas o dos horas y media antes de tener que enchufarla a la corriente para recargarla, limitando enormemente su valor portátil (algo a lo que hay que sumarle su tamaño y peso, claro).

El escritorio

Otra cosa a tener en cuenta de Steam Deck es que tal y como os dijimos al principio, esto no deja de ser un PC a pequeña escala que en este caso usa SteamOS como sistema operativo, una versión basada en Linux desarrollada por Valve. De este modo, desde el menú principal podremos cambiar al escritorio siempre que queramos, donde nos encontraremos nuestra barra de herramientas, exploradores y navegadores web para que podamos trastear con ellos todo lo que queramos, pudiendo incluso instalar Windows o diversas aplicaciones para, por ejemplo, acceder a nuestras bibliotecas de GOG o Epic Games.

Ahora bien, por las pruebas que hemos realizado no os lo recomendamos, al menos por ahora, ya que el rendimiento de los juegos es mucho peor y los problemas de compatibilidad se disparan, pero siempre está bien saber que es algo que puede mejorar en el futuro y abrir las puertas a un sistema más versátil.

Conclusiones

No os vamos a engañar, Steam Deck es un dispositivo al que todavía le falta algo de rodaje y pulir ciertos puntos clave, limitando así su atractivo a un público más concreto y específico que otras plataformas. Además, detalles como la baja duración de su batería o su gran tamaño deja su portabilidad un tanto en entredicho.

Eso sí, cuando los juegos funcionan y son totalmente compatibles la experiencia que nos ofrecen es una auténtica pasada, permitiéndonos disfrutar de títulos realmente potentes con buenos valores gráficos, un rendimiento que suele ser ejemplar y unos controles cómodos y fácilmente configurables. Y si tenemos en cuenta el titánico catálogo de juegos que hay en Steam, solo es cuestión de tiempo que Valve vaya limando asperezas y ampliando la lista de productos compatibles para tener una máquina capaz de satisfacer las necesidades de los más exigentes.

En nuestro caso, estamos disfrutando mucho de lo que nos ofrece, pero para llegar ahí hemos tenido que pelearnos varias veces con el sistema, llevarnos unas cuantas decepciones con juegos de nuestra biblioteca que no terminan de funcionar y perder mucho tiempo configurando cada programa para dejarlo todo a nuestro gusto, unas barreras por la que quizás no todos estéis dispuestos a pasar, pero que al final acaban mereciendo la pena en la mayoría de casos. Ahora, solo nos queda cruzar los dedos para que la compañía siga dándole soporte continuado y termine de sacarle todo su potencial en los meses venideros para ofrecernos una experiencia más inmediata, fiable y que no nos dé tantos quebraderos de cabeza.

Hemos realizado este artículo tras comprar una Steam Deck de 512 GB.

Redactor