Una británica de 88 años, Cinthya Helm, dejó atrás su vida en el Reino Unido y encontró en Málaga lo que define sin rodeos como “sol, playa… una ciudad perfecta”. Llegó de vacaciones a la Costa del Sol, compró un piso en Fuengirola y terminó mudándose al centro de la capital.
Con el paso del tiempo, cuando las tareas diarias empezaron a pesar, optó por una residencia malagueña pensando en una estancia breve para recuperarse; la experiencia —cuidados, compañía y cero cargas— la convenció para quedarse de forma definitiva. Su historia resume un fenómeno cada vez más visible: mayores europeos que eligen España no solo para retirarse, sino para envejecer con apoyo y vida social, según recoge Saludiario.
España, destino para envejecer acompañado
El itinerario de Cinthya no es una rareza aislada, sino un espejo de tendencias que colocan a Málaga y su entorno entre los destinos preferidos por expatriados. En 2024, España copó el podio del Expat City Ranking de InterNations con Valencia (1ª), Málaga (2ª) y Alicante (3ª); además, Málaga lideró los indicadores de “facilidad para integrarse”, red de apoyo y satisfacción con la vida social, claves para quien llega a empezar de cero en la vejez.
Los datos demográficos sostienen esa foto: a 18 de diciembre de 2024, el Ministerio de Inclusión cifraba en unos 5,5 millones los extranjeros residentes en España, de los que alrededor de 415.000 tienen 65 años o más. Entre los mayores, los británicos figuran como la nacionalidad más numerosa, por delante de otros europeos, un patrón que encaja con las preferencias por litoral templado y ciudades medianas bien conectadas.
Residencias y apartamentos con servicios
Al calor de esa demanda han proliferado centros de mayores con servicios pensados para un retiro activo: residencias próximas al mar, piscinas climatizadas para ejercicio terapéutico y apartamentos con servicios que permiten autonomía sin renunciar a la asistencia sanitaria y social. En Marbella, por ejemplo, Bouco Puente Romano y Bouco Puerto Banús ejemplifican ese modelo con oferta de estancias temporales o permanentes y programas de actividad física en agua.
La ecuación se completa con clima, seguridad y servicios públicos, pero también con el factor coste: en 2025, el índice de Global Citizen Solutions situó a España como el mejor país del mundo para jubilarse, destacando el balance entre gasto mensual estimado, calidad de vida y acceso a la sanidad.















