OpenAI se prepara para encender una nueva etapa en la historia de la inteligencia artificial con el lanzamiento de ChatGPT-5, previsto para este mes de agosto. Sam Altman, su carismático y controvertido CEO, lo describe como un antes y un después en la relación entre humanos y máquinas: un modelo más preciso, personalizable hasta el extremo y con un rendimiento que roza lo que él mismo considera el primer peldaño hacia la inteligencia artificial general (AGI).
No llega solo. OpenAI también liberará dos modelos gratuitos, gpt-oss-120b y gpt-oss-20b, capaces de ejecutarse incluso en móviles potentes, y ofrecerá su servicio corporativo a agencias federales de EE.UU. por un simbólico dólar durante un año, en un movimiento que huele a expansión estratégica. Pero Altman ha ido más allá y, por primera vez, ha confirmado que GPT-5 lo ha sobrepasado debido a sus certeras respuestas: se sintió inútil.
Sam Altman admite que ChatGPT-5 ya lo supera en capacidad e inteligencia: "Me hace sentir inútil y no estamos preparados"
En las últimas semanas, Altman ha multiplicado sus apariciones en pódcast y conferencias, moviéndose entre la fascinación y la inquietud. En This Past Weekend confesó que ChatGPT-5 resolvió un problema de que llevaba días evitando: "Fue mejor que yo. Me hizo sentir inútil". El nuevo modelo destaca por su memoria casi ilimitada, capaz de recordar conversaciones pasadas, integrar datos personales —correos, notas, historiales— y adaptar su estilo al del usuario. Altman lo ve como "el primer paso real" hacia una IA más autónoma, aunque reconoce que aún no han cruzado esa frontera.
Sam Altman's "Oh Man" Moment With GPT-5
— AI Insights (@plzaccelerate) July 25, 2025
"I was testing our new model, got a question I didn't understand, put it in GPT five, and it answered it perfectly. I sat back in my chair and was just like, oh, man." pic.twitter.com/6caV4nEJ3x
La personalización es tal que muchos jóvenes ya lo usan como “un sistema operativo para su vida”: organiza agendas, planifica estudios y anticipa necesidades. Sin embargo, esa dependencia preocupa a Altman, que advierte: que hay ciertos límites."Es poderosa, pero no sustituye el criterio humano", indica.
Su comparación más repetida es inquietante: el Proyecto Manhattan. Para él, el potencial de GPT-5 es tan disruptivo como la tecnología que dio origen a la bomba atómica, y la sociedad no está preparada para controlarlo. Critica la ausencia de regulación y la lentitud de los marcos legales ante un desarrollo tan acelerado.
OpenAI ya ha pedido paciencia ante posibles problemas de capacidad en el arranque. El modelo debutará primero para quienes pagan 200 € mensuales, luego para usuarios Plus y, más tarde, en la versión gratuita. Altman lo resume con una advertencia que suena a prólogo de un nuevo capítulo tecnológico: "Estamos jugando con algo que redefine lo que significa pensar, decidir y crear. Y debemos hacerlo con una responsabilidad inmensa", concluye.
