La acelerada carrera por el desarrollo de la inteligencia artificial está encendiendo las alarmas. Roman Yampolskiy, profesor de informática de la Universidad de Louisville y creador del término “seguridad de la IA”, ha advertido que la llegada de una inteligencia artificial general —es decir, sistemas con capacidades cognitivas equiparables a las humanas— podría ser inminente. Para el investigador, el reloj ya está corriendo: sitúa el nacimiento de esta tecnología en 2027 y pronostica que para 2030 hasta el 99 % de los puestos de trabajo podrían desaparecer o quedar automatizados.
Un escenario de desempleo masivo
El impacto que anticipa Yampolskiy no es menor. Hablar de un desempleo de semejante magnitud supondría un colapso económico global de proporciones inéditas, comparable solo a las mayores crisis de la historia, pero con un detonante tecnológico. “En cinco años, veremos una tasa de desempleo sin precedentes”, subrayó en el pódcast Diario de un CEO, en el que insistió en que la transición no será gradual sino abrupta, empujando a millones de trabajadores fuera del mercado laboral en un corto período de tiempo.
No todos los expertos comparten ese fatalismo. Adam Dorr, investigador de RethinkX, prevé un impacto más escalonado, con efectos masivos a partir de 2045. Dorr sostiene que ciertas profesiones resistirán la automatización, en particular aquellas que requieren intervención manual, como la plomería, la fontanería o la reparación de sistemas complejos en entornos impredecibles. Una visión que comparte Geoffrey Hinton, el “padrino de la IA”, quien considera que el reemplazo completo de estas tareas es improbable incluso en escenarios de inteligencia artificial avanzada.
Los primeros sectores en transformarse
Sin embargo, el consenso entre investigadores y directivos tecnológicos es que los empleos de oficina de nivel inicial, así como los relacionados con asistencia legal y atención al cliente, serán los primeros en ser absorbidos por algoritmos. Dario Amodei, CEO de Anthropic, ha pronosticado que el ajuste de plantillas comenzará en 2030, particularmente en los entornos administrativos, donde ya proliferan asistentes virtuales capaces de realizar tareas de gestión documental y análisis de datos.
A pesar de este panorama, voces influyentes como Sam Altman, CEO de OpenAI, mantienen un tono más optimista. Altman asegura que el desafío de la automatización no solo eliminará empleos, sino que también creará otros nuevos en sectores emergentes, siempre que los gobiernos y empresas apuesten por políticas de reconversión laboral y educación tecnológica. Jesen Huang (Nvidia) y Yann LeCun (Meta) coinciden en que la IA será un complemento, no un sustituto total, liberando a los trabajadores de tareas rutinarias para que puedan enfocarse en labores de mayor valor añadido.
